𝟏𝟓. 過去 𝐩𝐚𝐬𝐭

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Cuando entró al templo se sorprendió de lo espacioso que era por dentro, aunque lucía más como una casa con un altar hacía dos espíritus que el demonio ya le había mencionado.

—Ten, esto es para ti, Junhui.

Habló Wonwoo, y Jun se giró, viendo que Kuroni le ofrecía algo. Estaba sobre sus brazos extendidos y se tardó unos segundos reconocer aquello.

Wonwoo sonrió y se lo pasó, así que Jun no tuvo de otra más que aceptarlo y ver bien que era.

Un kimono color lila con patrón de flores sakura, tenía un obi blanco e iba acompañado de unas zori del mismo color con unos calcetines tabi, también blancos. Nunca había visto una prenda tan bella en su vida y no pudo esconder su admiración.

—Me gustaría que te lo pusieras —habló el demonio con su voz profunda, viendo el rostro sorprendido del hombre.

Junhui también lo miró y no supo qué decir. Supuso que no era una petición, pero tampoco se lo había dicho como una orden.

De todas maneras Jun no era rebelde y su personalidad era más sumisa que la de su hermano, así que asintió.

Wonwoo volvió a sonreír y estiró una mano señalando a una puerta contigua.

—Ahí te puedes cambiar, que por cierto, esa será tu habitación —dijo, y Jun no se esperó tanta hospitalidad de parte de un demonio, pero eran seres enigmáticos y uno nunca podía estar seguro de sus intenciones.

Volvió a asentir y abrió la puerta deslizable hacia un lado, entrando a la habitación y cerrándola tras de él.

El cuarto estaba iluminado por varias velas en el suelo y tenía un futón tendido. Era muy simple y él no se puso a ver nada más, pues se dedicó a quitarse la ropa y ponerse el kimono, cosa que no era fácil sin ayuda, pero él recordaba cómo hacerlo.

Tardó un poco en vestirse, pero cuando lo hizo pudo sentir algo diferente en él. El demonio había vestido a su novia y le presentaba ese templo como nueva vivienda. Poco a poco Jun iba entendiendo que su vida estaba siendo escrita por Wonwoo. Kuroni elegiría incluso la ropa para él.

No sabía cómo sentirse, aunque tampoco podía quejarse. El kimono era hermoso y había comido bien. Kuroni le consiguió un lugar para dormir, ¿pero, eso es lo que hacía una novia? ¿Era cuidada por el demonio y no hacían nada? Claro, le pediría algo a cambio, eso lo sabía muy bien.

Ya vestido, sabía que Wonwoo lo estaba esperando y no podía quedarse encerrado ahí, aparte de que el cuarto estaba iluminado muy tenue y le ponía los pelos de punta.

Volvió a abrir la puerta deslizable y salió al cuarto principal del templo, donde el demonio lo esperaba.

Cuando Wonwoo lo vio, su mirada se intensificó y sus ojos oscuros se pasaron por todo el cuerpo de Jun, que se sintió tímido de repente.

Kirei... Te ves hermoso, Junhui.

Jun no supo qué decir. Mantuvo sus manos unidas al frente y no quiso ver al demonio.

Pero Wonwoo se acercó a él y tenía una especie de adorno para el cabello que era un broche con una flor de lavanda. Se lo colocó a Junhui en el cabello castaño y sonrió, complacido de ver al hombre ya arreglado.

—De verdad eres muy bello... Y todo mío.

Junhui miró al suelo, avergonzado y azorado. Wonwoo puso sus dedos en su barbilla y levantó su rostro para que el humano lo viera.

—¿Te gustó mi regalo? Sólo mereces las mejores ropas.

El hombre no quiso responder, pero tampoco quería hacer enojar al demonio, así que asintió.

El Festival de los Demonios (WonHui/GyuHao)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora