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Como había prometido Chanyeol, una semana después había viajado a la extensión del Reino Kim, notando con sorpresa y agrado que había niños jugando en las calles cuando antes ni se asomaban afuera por miedo.

Llegó al castillo y fue recibido por Tae.

-¡Bienvenido tío!

-Me da gusto verte también Tae, ¿está todo bien por aquí?

-Mucho mejor, al pueblo le agrada Jimin y sale seguido para realizar actividades con ellos, ¿puedes creer que lo vieron darle su merecido a un Alfa y no le temen?, más que eso lo admiran.

-¿De verdad? -dijo con sorpresa.

-Si, pero ya te contará él, no debe tardar en llegar, entra -invitó y mientras los sirvientes cargaban el equipaje del Duque, los dos subieron y esperaron en la sala.

Mientras, Jin y Jimin se habían puesto a bailar a pedido del rubio con la música que tocaban en la calle, el Alfa al inicio se negó pero terminó cediendo después de la mirada que le dio su primo, los habitantes del pueblo aplaudían felices y algunos se unieron a ellos.

Habían dado los habituales paseos y ayudado en algunas tareas, cuando empezaba a hacerse tarde regresaban al castillo, sin imaginar que todos pensaban que ellos eran pareja y si la aceptación al príncipe Jin había crecido era por ver que pese a que "su omega" no tenía una actitud sumisa, no lo castigaba ni lo reprendía, lo dejaba hacer y en ocasiones le hacía segunda.

-Es muy impresionante Alteza, nunca imaginé que en algún Reino se permitiera que a los omegas se les enseñé a pelear.

-La fuerza de todos los habitantes es lo que hace fuerte al Reino, no deberíamos depender de los Alfas, cuándo sabemos que ellos tienen un deber que cumplir cuándo la situación lo requiere, deberían ir sin temer que algo le suceda a su familia, lo correcto es apoyarnos.

-¿El príncipe Jin permitirá que aquí también aprendamos a pelear? -cuestionó curiosa.

-¡Por supuesto!, para eso estoy aquí, sólo que primero queremos que dejen de temer al cambio y tener una mayor aceptación por parte de los Alfas sobre todo.

-¿Cómo fue que se permitió eso cuando los Alfas son tan orgullosos y sería una vergüenza para ellos que los demás reinos se enterarán?

-Serían tachados de débiles por los demás -habló un Alfa joven.

-El truco está en que no se note, para así ser el factor sorpresa, se les entrena para eso, siendo discretos y en caso de que tengamos que actuar, nadie sobrevive para contarlo, como ya se habrán dado cuenta -dijo en referencia al ataque del Rey Jung.

-Me gustaría entrenar con usted Alteza.

-¿No tiene algún problema tu padre?

-Estoy segura de que no lo tendrá, su preocupación todo este tiempo ha sido que algún Alfa intente sobrepasarse con nosotras mientras no está para defendernos.

-¿Cuántas omegas hay en tu familia?

-Tres, gracias al príncipe Jin mi padre no tuvo que ser castigado por interponerse a la voluntad de un Alfa de mayor rango que quería que mi hermana fuera a su cabaña.

-Se tenían que terminar esas tonterías, nadie debe ser obligado a hacer algo que no quiere ni mucho menos recibir un castigo por lo mismo y para mi sería un placer enseñarte a defenderte junto a tus hermanas, quisiera que más omegas se puedan unir, pero sé que eso llevará tiempo...

-Puedo hablar con más omegas para preguntar si están interesados, nos da confianza ver que su Alfa apoya su personalidad guerrera, todos estamos seguros de que serán unos buenos reyes para el pueblo, justo lo que necesita después de tantos años de miedo y represión.

GuerreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora