Guerrero

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—¿Como es posible que estén en guerra?

—Era algo que se veía venir, fueron atacados una vez y un Reino siempre tarda en recuperarse de eso, posiblemente lo vieron como una oportunidad —explicó Chanyeol.

—¿Lo sabías y no me dijiste? —preguntó a su padre molesto— tenemos que ayudar.

—También acabas de salir de una guerra, no estas en condiciones de ir a otra ni tampoco tienes autorización de hacerlo.

—Ya se mandó un pequeño grupo de Alfas para apoyar, pero la mayor parte de nuestros guerreros estan distribuidos entre los reinos derrotados de los que ahora somos dueños, recuerda —mencionó Nam.

—Ya que todavía no se confía en los guerreros de cada reino y mandamos a los que sabemos son leales, estamos justos de personal, no podemos arriesgarnos a tener menos por si algo así nos pasa también.

—¿Entonces sólo puedo quedarme a esperar? —preguntó molesto.

—Así es, lo siento hijo pero de todas formas no podríamos hacer nada, es su batalla.

—¿Quién los atacó?

—El Reino Xung ji, atacaron a mitad del día con infiltrados en el pueblo, parece que su objetivo no solo es exactamente derrocarlos, sino deshacerse de ellos.

—¿Qué razón tendrían?

—Venganza —resumió Chanyeol.

—Una sin sentido considerando que han pasado muchos años ya —habló la Reina.

—¿Por qué?

—Hace tiempo el bisabuelo de tu Alfa atacó el Reino Xung ji para demostrar que era más fuerte, el daño en el pueblo fue menor pero asesinó a la Reina—comenzó a contar Jisoo.

—Quizá en la mayoría de los reinos se ven a los Omegas como trofeos o adornos pero para cualquiera cambia esa percepción cuándo se encuentra a quién te hace sentir cierta conexión, en cuanto ella murio él lo hizo también de tristeza y fue cuando tuvieron una gran crisis de la que les costó salir, se dice que juraron vengarse pero nunca actuaron, hasta ahora al parecer.

—Supongo que no quisieron desaprovechar el actual estado del Reino para por fin hacerlo…

—Asi es, pero hablo enserio cuando te digo que no puedes ir —insistió Chanyeol.

—Podría ocurrir algo y te necesitariamos en el campo de batalla, mientras debes descansar —apoyó Nam.

—Bien —se limitó a decir y la comida continuó.

Al terminar se levantó para ir a su habitación a continuar descansando y Jisoo aprovechó para acercarse a su esposo.

—¿Le crees?

—Eso quiero hacer.

—Estamos hablando de su Alfa, dudo que permanezca tranquilo mucho tiempo.

—No es su batalla.

—Quizá no directamente, pero si alguien decidiera por cualquier razón atacarte, también se volvería un ataque contra mí —mencionó antes de alejarse, haciendo pensar a Chanyeol al respecto.

Suspiró con pesar al entender que no debía sorprenderse si su hijo terminaba escapando.

Así que sólo maldijo al día siguiente cuándo al abrir la habitación de Jimin encontró vacío, la cama bien tendida y una nota sobre los cojines.

—¡Alisten de inmediato mi armadura y caballo! —ordenó saliendo de la habitación.

Jisoo lo vio salir apresurado y se acerco curiosa a la nota imaginando lo que diría, pero sólo pudo suspirar divertida.