Capítulo 1

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-Muy bien, eso es todo. Terminamos.

Una ronda de aplausos se escuchó mientras el staff comenzaba a moverse libremente por el estudio de Sarocha Chankimha.

-Gracias, ha sido estupendo -exclamó la modelo haciendo una pequeña reverencia y acto seguido comenzó a caminar hacia los camerinos en medio de una conversación con su mánager, quién solo atinó a hacer un gesto de despedida con la mano a la fotógrafa.

Sarocha Chankimha, fotógrafa de profesión, comenzó a desmontar su equipo, guardando cuidadosamente cada pieza que le había supuesto tanto esfuerzo conseguir. Aunque la fotografía siempre había sido su pasión, viniendo de una familia de clase media que dependía económicamente de la pequeña cafetería de su madre y de su propio trabajo, no había sido sencillo llegar a hacer de su pasión una carrera y más tarde un trabajo de verdad. Suspiró y se alisó el cabello mientras continuaba con su labor. El sol de media tarde caía en pleno sobre los altos ventanales de cristal, bañando todo el lugar con una cálida luz dorada que la hacía recordar los dias dificiles en su viejo apartamento en la zona norte de Bangkok, cuando las elecciones del día consistían en comprar algo más para la despensa o los materiales que requería para sus cursos en la facultad de artes. La elección para ella nunca fue difícil, aunque a menudo su estómago le hiciera sentir su protesta insistentemente durante las horas de la noche. Sin embargo, su determinación de llegar a ser alguien y por supuesto, su talento, la habían llevado a participar en varias exposiciones importantes durante su último año en la universidad y, más tarde, algunas exposiciones individuales que la hicieron hacerse de cierto nombre en el mundo de la fotografía.

-Ey Freen -se escuchó desde la entrada del estudio.

Sarocha escuchó el sobrenombre que usaba su familia y amigos para referirse a ella y se volvió para encontrarse de frente con un joven alto, de cabello lacio y rostro amable que caminaba en su dirección con una sonrisa. Heng, amigo y socio de la compañía que la empleaba eventualmente cómo fotógrafa de celebridades, era de las pocas personas con las que Freen mantenía una relación estrecha desde que se habían conocido algunos años atrás en su época universitaria. Eran tan cercanos que la mayoría de los que los conocían habían mantenido la esperanza de que en algún momento, la amistad se transformara en amor y ellos dos se comprometieran finalmente.

-Espero que traigas mi cheque -bromeo Freen al tiempo que le daba un golpe fingido en el brazo. -Tengo mi maleta en el auto y si salgo ahora no tendré que dormir en algún lugar a pie de carretera.

Freen no estaba segura de cómo había dejado que Heng la convenciera de incursionar en la fotografía comercial y las sesiones de estudio, pero le causaba cierta desazón que siempre consistieran en hacer ver a él o la figura cómo un ser etéreo e inalcanzable. Para ella, se trataba de un mundo superficial y completamente alejado del entorno que realmente le gustaba retratar, el mundo del que provenía. No obstante, era un trabajo bien remunerado, que le permitía pagar el alquiler y seguir manteniendo suficientes momentos de libertad para salir a la carretera y explorar los lugares más bellos solo acompañada de su cámara.

-Si, si, lo tengo mu daeng -Heng río al notar el gesto de su amiga al escuchar el apodo que él usaba para molestarla. Hurgó en la bolsa interior de su saco y le tendió un sobre que alcanzó a retirar antes de que Freen pudiera tomarlo.

-Hey! -protestó mientras trataba de alcanzar su cheque.

-No te enfades mu -se apresuró a decir-, antes de darte esto tengo una propuesta para ti, y sé que si te lo doy, en menos de dos minutos estarás en tu auto con rumbo a quién sabe dónde.

-No seas molesto, Heng -amenazó la fotógrafa- llevo planeando estás vacaciones hace meses.

-Esto te va a interesar, puedes creerme

Spotlight | FreenBecky Donde viven las historias. Descúbrelo ahora