Capítulo 7

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—¿Estás lista? —preguntó Freen a la actriz que bajaba la escalera aún adormilada.

La fotógrafa miró a Rebecca asentir ausente y frotarse los ojos. Tomó el bolso deportivo donde había empacado lo necesario para el día y la guió hacia el auto, caminando un paso detrás de ella para evitar que cayera. Aunque la actriz estaba despierta, Freen sabía que estaba luchando por mantener la conciencia, tarea difícil para esa hora de la mañana. Abrió la puerta y de inmediato la vio deslizarse al interior, encogiéndose en el mullido asiento del copiloto. De forma gentil, le ajustó el cinturón de seguridad y la cubrió con una chaqueta que alcanzó a tomar del asiento trasero. Después, deslizó sus dedos por su cabello para retirarlo de su rostro y acomodarlo detrás de su oreja.

—Descansa un poco —le dijo a la actriz, —te avisaré cuando estemos allí.

Cuando la fotógrafa volvió la mirada hacia su acompañante, la respiración de Rebecca ya se había vuelto acompasada y tranquila. Sonrió para sí misma, sabiendo que era más que probable que la actriz no hubiera alcanzado siquiera a escucharla y condujo en silencio repasando lo ocurrido la noche anterior.

Tras la cena juntas, Rebecca le había hablado acerca del acuerdo al que había llegado con Nam. Debía volver a Bangkok a más tardar el siguiente martes, lo que les dejaba tres días más antes que la actriz tuviera que tomar un vuelo de regreso a casa. Freen, por su parte, le había compartido sus planes de visitar la casa de su madre en su regreso por carretera y de la fiesta de cumpleaños que le había preparado. Ambas habían lamentado no tener un dia extra para que la actriz pudiera asistir, sin embargo, aunque Rebecca había mostrado un interés genuino por conocer el lugar donde la fotógrafa había crecido, sabía que no podía permitirse tomar más tiempo del pactado, no solo porque Nam la asesinaría, sino porque pronto debía iniciar la promoción de su nueva película y no podría volver a escaparse con la misma facilidad.

Freen se acomodó el cabello llevando una mano hacia la nuca intentando concentrarse en el camino. Invitar a Rebecca a acompañarla había sido una cosa, pero sentirse nostálgica por tener que volver sin ella era algo distinto. La fotógrafa siempre había sido cuidadosa con su espacio personal y no acostumbraba que nadie externo a su círculo cercano tuviera acceso a los lugares que consideraba seguros. Lugares, cómo la casa de su madre, a donde podía retirarse cuando se sentía abrumada o cuando necesitaba recuperarse. Lugares que, ahora, estaba deseando compartir con Rebecca.

Miró por el rabillo del ojo y vió a la actriz revolverse inquieta en el asiento. Bajó la velocidad para asegurarse que su cinturón de seguridad siguiera bien ajustado y acarició su brazo para tranquilizarla. Rebecca murmuró algo que no logró entender y se giró, provocando que un rebelde mechón de cabello escapara de su confinamiento y resbalara hacia su rostro nuevamente. La fotógrafa estuvo tentada a retirarlo, pero se detuvo. Aquella sensación de familiaridad que experimentaba con la proximidad de su compañera de viaje, la empujaba a acercarse constantemente a ella y comenzaba a preguntarse en dónde estaban los límites porque, si bien, la actriz no había manifestado ninguna incomodidad, ella podía notar lo extraño que era buscar el contacto físico con frecuencia.

Las luces de un auto viajando en sentido contrario deslumbraron a Freen, que devolvió su entera atención al camino. Estaba conduciendo sobre la línea costera de la ciudad que llevaba al embarcadero de Rasada Pier y a lo lejos, los primeros rayos de sol se levantaban lánguidos en el horizonte proyectando un espectáculo de tonos rojos, naranjas y violáceos sobre la costa. Aquel día habían decidido destinarlo para realizar una visita a las islas Phi Phi, un pequeño archipiélago de aguas cristalinas rodeado de altas montañas calizas que constituía uno de los principales atractivos de la provincia.

Para llegar ahí, era necesario hacerlo vía marítima saliendo desde el muelle principal de la ciudad a donde en ese momento se dirigían. La noche anterior, Freen se había ofrecido a contratar un tour privado para ellas dos, ya que era consciente que se trataba de uno de los puntos más concurridos de Phuket y sería prácticamente imposible que la actriz pudiera pasar inadvertida, sin embargo, Rebecca había insistido en reservar con una pequeña agencia local que prometía ¨grupos reducidos¨, excusándose en que solo así podría sentirse como cualquier otro turista.

Spotlight | FreenBecky Donde viven las historias. Descúbrelo ahora