5. El consejo

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Había vuelto sola al campamento

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Había vuelto sola al campamento. Esperaba que quizás Percy hubiera podido volver también por su cuenta por el agua utilizando sus habilidades. Pero Percy no estaba en el campamento y comunicar yo sola las malas noticias no había sido precisamente agradable. La muerte de Beckendorf no sentó bien, especialmente a Silena. Clarisse se la había llevado aparte. Esas dos tenían una extraña amistad.

Pero mientras dejaba a Buckbeak en los establos con los pegasos (Quirón hasta había aceptado que Buckbeak se quedará allí el tiempo que fuera necesario, así no tendría que estar encerrado en la habitación de Grimmauld Place), no era en los últimos sucesos en lo que estaba pensando, ni en la guerra contra Cronos. Era Harry quien me preocupaba. Sabía que ese día (o sea, el día siguiente, pero en Inglaterra ya sería el día siguiente) se enfrentaría a su vista, a una posible expulsión. Solo esperaba que todo saliera bien.

No pasé una buena noche. Las pesadillas me atormentaron. Sobre Cronos, sobre Voldemort. Me desperté tres o cuatro veces en mitad de la noche. Y cuando finalmente llegó el alba, decidí que no quería volver a dormir. Aunque me sentía como si no hubiera dormido nada.

—Estás horrible, Hope —dijo Annabeth mientras nos dirigíamos a desayunar

—Gracias —respondí con sarcasmo

—No, en serio, ¿has dormido algo?

—Algo —dije, y justo en ese momento, un bostezo escapó de mis labios—. Son las pesadillas. Llevo unos días así, pero hoy especialmente... Supongo que con lo que pasó ayer y eso...

—Beckendorf tomó su decisión —dijo Annabeth—. Tu lo dijiste.

—Lo se —dije—. Da igual, puede que comer algo me venga bien.

—Hope, puedes decírmelo —dijo Annabeth—. Te entiendo, tampoco está siendo fácil para mi. Dudo que para alguien lo este siendo.

—Lo se, de verdad, Annabeth, lo se —dije—, y te lo agradezco, pero es que... agh, no es solo Cronos. También es Voldemort, y la posible arma que esté buscando, y lo que me pasó en junio, y encima hoy uno de mis mejores amigos tiene... o ha tenido, o como sea, una absurda vista por la que es posible que lo expulsen o lo hayan expulsado... y la diferencia horaria es una mierda.

—Eso son demasiadas cosas —dijo Annabeth

—Ese es el problema.

—Lo que quiero decir es que no te agobies —dijo Annabeth—. Ahora estás aquí. Te necesitamos. Centrate en lo que puedes hacer ahora mismo.

—Supongo... que tienes razón —admití—. Puedo intentarlo.

Después de desayunar, me retiré un rato a entrenar con la espada. Me serviría para desahogarme además. Traté de despejar mi mente de todo lo relacionado con Voldemort, Hogwarts o Londres. Me centré solo en Cronos y en donde demonios estaba Percy. No necesitaba centrarme en la magia. Aunque sabía que Cronos tenía magos en su ejercito, sabía que Quirón lo tenía hablado con el MACUSA para que ayudasen.

HOPE: LA BATALLA DE MANHATTAN (IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora