Capítulo 9

424 42 80
                                    

    Siempre me pasaba lo mismo. Cada vez que Jake se sincera conmigo, mi mente se nubla y comienzo a sentirme mareada, como si todo le diera vueltas.
   —Lo siento Jake... —murmuro, intentando tranquilizarme— No quiero que mi corazón se rompa de nuevo —comienzo a llorar, recordando los momentos en los que había llorado por él—, no podría soportarlo....
    Me hago un ovillo en la cama, recordándome que tenía que ignorar esos sentimientos.
   —Amigo... Es mi amigo... Jake es solo un amigo...
   —Un amigo no te mete en problemas —escucho decir a Daliah en mi cabeza—, casi el FBI te detiene por su culpa...
   — ¿Por qué siempre apareces cuando se trata de Jake? —Pregunto al fantasma de Daliah, deseando que volviera a hacerme esas trenzas cada vez que me encontraba mal.
   —Porque sabes que me necesitas —me la imaginó riéndose. Su risa era siempre contagiosa—. Tienes que centrarte en encontrar a mi asesino, Carla, eso es lo que más importa. No ese hacker, centraros en quién me mató —es una voz llena de rabia, pero ¿Hablaba de verdad el recuerdo de mi hermana o la rabia acumulada que yo siento?—. Te toca salir a escena, Carla, prepárate para dar la mayor actuación de tu vida.
    Asiento. Tengo que recordarse de que tenía que conseguir información a través del grupo de Daliah.

    Aunque podría costarme la vida.



    Al día siguiente me planto en la academia de cine, esperando a Grace.
    Muchos alumnos me miran y susurran sobre mi. Algunos me miran sentados en el césped.
    Logro oír un pequeño murmullo de uno de ellos que pasa a mi lado.
   — ¿No es esa la hermana de Daliah? ¿La que acusaron de secuestro?
   —Pero al final no resultó ser ella, fue...
    Tomo aire intentando relajarme, mientras aquellas personas se marchan. Logro incluso escuchar la palabra FBI en uno de los alumnos que están sentados.
    Empiezo a tirar de uno de mis mechones de pelo, nerviosa. Quiero alejarme de aquí.
   — ¡Carla! —Exclama Grace al verme.
    Se acerca a mi, abrazándome. Después me dedica una pequeña sonrisa.
   — ¿Qué haces aquí? ¿Hay nuevas noticias? —me pregunta, mientras miro nerviosa los alrededores.
   — ¿Podemos hablar en un lugar más tranquilo? —le pregunto en voz baja, incómoda.
   —Claro, vamos a la cafetería donde íbamos Daliah y el grupo, te va a encantar —me coge del brazo como si fuéramos amigas de toda la vida— ¡Preparan el mejor café del mundo!
    Suelto una pequeña risa al ver su gesto exagerado. Su forma tan amigable me recuerda a Jessy. Pienso que será fácil convencerla entonces.

    Es una cafetería con decoraciones de fotos de personas famosas en el mundo de Jazz, incluso tenía un escenario para poder actuar.
    Pienso que, si no fuera tan tímida en mostrar al pueblo mis canciones, quizás podría tocar algo allí.
   —Aquí tienes —Grace deja un vaso de café en mi lado, luego se sienta en frente de mi, sin borrar la sonrisa— ¿Se sabe algo de las cartas? ¿Elliot te ha contado algo?
   —No había más huellas que las de Daliah, Dan, Phil y yo —suspiro, tomando un pequeño sorbo de café—. Así que estamos como al principio.
   —Vaya mierda... —masculla entre dientes, molesta— Es increíble que pudieran... Ahora entiendo muchas cosas...
    La miro con curiosidad por sus palabras.
   — ¿Qué es lo que entiendes?
    Grace suspira profundamente, después, se echa un poco para delante, susurrando.
   —Daliah llevaba meses extraña.
   — ¿Así que también lo notaste? —Le pregunto— ¿Por qué no se lo has dicho a la policía?
   — ¿Quieres decir a Elliot? —Arquea una ceja, con un cierto toque de sarcasmo en su voz— No sé... No me fío mucho de él.
    Miro sorprendida a Grace. Que ella lo dijera era algo curioso, sé que los había visto más tiempo junto que yo.
   — ¿Sabes algo de la ruptura? —me atrevo a preguntar.
   —Solo que terminaron de buena manera —se encoge de hombros, sin darle mucha importancia—, pero como ninguno me contó el motivo, sospecho que sea verdad.
    Asiento. De momento, Elliot quedaría en los posibles sospechosos entonces, pero solo porque parecía que había un secreto entre ellos que se lo habían ocultado a todos.
   —Te quería pedir un favor, por eso quería verte —empiezo por fin a hablar sobre el tema, dejando el de Elliot y Daliah a un lado— ¿Recuerdas que Daliah tenía un juguete de caballo?
   —Sí, lo recuerdo —asiente mi ya amiga, prestando atención.
   —Daliah nunca le contó a nadie que los caballos no le gustan, —sigo, intentando ver su reacción—, solo lo sabíamos la familia y su psicóloga.
    Grace cambia la cara, echándose hacia atrás en la silla.
   —Oh Dios... —empieza a ponerse nerviosa— Recuerdo hace meses en clase, sobre el último tema que debíamos rodar, el profesor nos hizo hablar de nuestros miedos y Daliah lo contó, que no le gustaba los caballos.
   —Grace —tomo aire, cerrando con fuerza los ojos a lo que voy a contar—, creo que alguien de vuestra clase debió de enviarle esas cartas y el muñeco.
    Grace me mira sorprendida, pero a la vez asustada.
   — ¿Crees que alguien de nuestra clase ha podido matarla? —pregunta en susurro.
   —Al menos, alguien con quien debía tener contacto.
    Veo que comienza a pensar. Espero a que me responda algo.
    Su expresión cambia.
   —Bueno, sé que era muy sociable, pero se podría decir que teníamos un grupo bastante cercano.
   — ¿El grupo con el que ibais a hacer el corto de terror? —pregunto, recordando a mi hermana decírmelo.
    —Sí —asiente Grace—, digamos que, sin echarnos flores, éramos bastante buenos en nuestros proyectos de clase, así que siempre pasábamos el tiempo juntos —frunce el ceño, dudando— ¿Crees que ha podido ser uno de ellos?
   —O que quizás deban de saber algo sobre sus últimos días —me preocupo, viendo como Grace duda de mi—, tan solo me gustaría hablar con ellos...
   —Pues podemos quedar cuando quieras.
   — ¿Puede ser por teléfono? —contesto rápidamente— Es que... Ya sabes cómo soy, me costaría hablar cara a cara...
   — ¡Por supuesto! —Grace me sonríe entendiéndome, dándome unas palmaditas en la mano— Entonces, luego creo un grupo y los meteré en él, lograremos llegar al fondo de este asunto, Carla.
   —Gracias Grace —le sonrió con timidez. Había sido fácil convencerla dada mi forma de ser. Además de que, si me encontraba cara a cara con ellos, Jake no podría leer el chat y obtener su conexión para vigilar sus chats—, es un alivio tener a la mejor amiga de Daliah de mi parte.
   —No paré de llorar cuando me contaron que estaba muerta —Grace da un pequeño sollozo, incluso una pequeña lágrima se le escapa—, la semana antes de que la matase, ella no estaba bien...
   — ¿Por el corto de terror?
   —Sí —asiente despacio—. Sé que odiaba las películas de terror... Bueno, me dijo que vosotras las evitabais —dice con una risa y asiento—, pero tuvo que aceptar no solo por la última nota, sino también por su sueño de ser actriz. Una actriz tiene que ser capaz de actuar en todos sus géneros de películas. O al menos era lo que ella decía.
    Suelto una risa. Cierto. Quería ser la número uno, la gran conocida. Y para eso, tenía que vencer a su miedo.

La mitad de mí / DuskwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora