Capítulo 12

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----Hace un año----

    Daliah había ignorado mis mensajes, así que fui a su apartamento emocionada.
    Mi corazón latía rápido, lleno de felicidad. Y como era Daliah a quien le había contado todo, era la única persona que debía saberlo.

    Justo llego cuando otras personas salen del portal y me dejan pasar, reconociendo quién soy —o quizás piensan que soy Daliah—. Subo las escaleras corriendo y al llegar a su puerta, llamo con la mano, deprisa.
    Cuando abre, no me doy cuenta y le doy en la nariz.
   — ¡Au! —exclama, mientras se lleva la mano a la cara.
   — ¡Perdón! —Exclamo asustada— Perdón Daliah.
   — ¿Qué haces aquí tan temprano? —entra en la casa y la sigo.
   — ¿Temprano? Son las doce del mediodía y es sábado.
   —Por eso es temprano.
    La sigo hasta su cuarto y se tira de cara a la cama, haciendo un sonido de molestia.
    Me acerco y me tumbo a su lado, dándole unos toquecitos en la espalda.
    Gira un poco la cabeza y me mira, aún con cara de cansancio.
   —Espero que sea que has ganado la lotería o juro que te saco de mi casa a patadas —me dice en un tono de enfado.
    No paro de sonreír. Estoy demasiado feliz.
    Apoyo la cabeza en mis manos y muevo los pies en el aire.
   —Me lo ha dicho —digo, con un tono de felicidad.
   — ¿Qué te ha dicho qué quién? —suspira y se incorpora un poco, colocando la mano en su cabeza para apoyarse.
   —El anónimo —contesto y veo cómo se va despejando—, me ha dicho su nombre.
   — ¡¿Qué?! —Se incorpora casi de un salto, apoyándose en los brazos— ¡¿Y por qué no me has avisado?!
   —Te he enviado montones de mensajes para quedar y decírtelo —contesto y me incorporo apoyándome en la pared—. Si no te fueras a la cama tan tarde....
   —Bueno, era viernes y en sábado no trabajo —contesta encogiéndose de hombros— ¿Y cómo se llama él? O ella, ya sabes que nunca te discriminaría, hermanita.
    Pongo los ojos en blanco. Normal, como nunca he salido con ningún chico.... Pero en fin, quizás ahora cambie.
   —Se llama Jake —contesto con un suspiro, mientras mi vista se queda examinando el techo.
   —Jake... —escucho a Daliah decir, pensativa— Creo que alguna vez me acosté con un Jake-
   — ¡Daliah! —grito asustada, pensando que quizás es ese Jake ¿Y si en realidad es a ella a quien tenía que haber sido ese mensaje?
   —Tranquila, no creo que sea el mismo Jake —me dice mientras empieza a recogerme el pelo, con una sonrisa—, creo.... —veo que se pone a pensar— ¿Y cómo has logrado que te lo dijera?
   —Pues-
   —Por favor, no me digas que le has dicho que te gusta y con eso ha logrado decírtelo.
    Pongo los ojos en blanco.
   —No, le dije que como él sabía el mío, yo debería saber el suyo —le respondo, dándola a entender que no voy en plan desesperada. Y porque no soy así, me darías vergüenza decirle que me gusta.
   —Bien hecho, es lo que debes hacer —termina de trenzarme el pelo y me mira, dándose un golpe en los muslos— ¿Y ahora qué? ¿Qué vas a hacer?
   —Yo... —me muerdo el interior de la mejilla, dudando en su contárselo— Pues no lo sé...
   —O sea, que le preguntas si nombre ¿y ya está? —me mira resoplando.
    Le miro con vergüenza y sabe en seguida que ha pasado algo más.
    Sus ojos brillan con curiosidad y empieza a hacerme cosquillas.
   — ¡Me lo vas a contar ya o te mato a risas! —exclama, haciéndome reír.
   — ¡Vale! ¡Vale! —digo entre risas, deteniéndola— Me preguntó si salgo con alguien.
   — ¡¿Bromeas?! —grita, con una gran sonrisa— ¡¿En serio te preguntó eso?! —Asiento y veo cómo intenta calmarse— Vale, bien, eso es bueno, al menos tenemos un nombre y que está interesado por ti, pero aquí llega lo importante... ¿Su apellido? ¿Dónde vive? ¿Es todo real lo que te dice?
   —Daliah... —cojo la manta y me tapo con ella— ¿No me puedes dejar ser feliz sin agobiarme?
   —Es justo lo contrario, quiero que seas feliz sin que corras peligro —me quita la manta y me mira preocupada—, ya sabes que eres demasiado buena Carla... No quiero que te pase nada... y menos con ese tío raro...
    Asiento, un poco triste. Es cierto. Quizás esté jugando conmigo. Quizás me lo preguntó porque le intereso que esté en la investigación.
   —Me dijo que me encontraba fascinante... —contesto, y mi hermana me acaricia el cabello con cuidado.
   —Y eso es estupendo, pero... —suspira y me mira frunciendo el ceño— Ten cuidado con él ¿Vale? Aún no sabemos qué tiene que ver él con Hannah, no te dejes enamorar por palabras bonitas.
    Vuelvo a asentir, suspirando.
    Daliah me abraza y me acaricia la cabeza con cariño.
   —Ya sabes lo mucho que me preocupo por ti...
   —Sí —digo en voz baja—, lo sé.
    Daliah se ha vuelto muy cuidadosa en todo lo que me sucede, casi como si tuviera miedo de que algo malo me fuera a pasar.

La mitad de mí / DuskwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora