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Anne se despertó, confundida sobre dónde estaba, primero preguntándose qué estaba haciendo

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Anne se despertó, confundida sobre dónde estaba, primero preguntándose qué estaba haciendo. Dejo que los recuerdos se asentarán en su cerebro mientras abría los ojos. No había nadie, más que él fuego crepitante, la criatura morada de cuencas vacías con pupilas azules que le miraba, una televisión encendida con volumen bajo… espera un momento.

Anne mira la cosa, entrecerrando los ojos y forzando su memoria, antes de que la criatura fije su mirada en ella, Anne se congela pensando que si no se mueve, no le hará nada.

Lo que, obviamente, es una mala suposición. Porque al momento siguiente siente como sus ojos se abren al ver a la criatura correr hacia ella para abalanzarse sobre ella, Anne grita, tratando de decirle que se aleje.

—¡Agh! ¡Basta, basta! —Anne dice, pero no hay terror en sus palabras, solo una confusión repentina. A parte, no es como si la criatura fuera ligera y de un aspecto adorable. Lo es, pero su boca que se abre como una flor carnívora y que está a centímetros de su rostro tampoco es tan agradable.

—Oh, ¿Ya te despertaste? —alza la mirada para verlo, Krel está ahí, con dos rebanadas de pastel de chocolate. O bueno, Anne piensa que es eso. No está en su forma humana, está en su verdadera forma, y Anne se pavonea internamente al saber que Krel le tiene la suficiente confianza como para andar en su forma con ella. Sin restricciones.

—Si, tu... Eh, perro interestelar, uh mascota alienígena me despertó. —La criatura se acerca ella y ronronea mientras Anne le acaricia la cabeza y la barbilla, no parece ser un perro, pero es la cosa más cercana en lo que Anne puede pensar.

—Parece que a Luug le gustas mucho. —Luug. Con que ese es su nombre. El nombrado sale del regazo de Anne, viendo las rebanadas de la golosina como si fueran para él. —Luug, eso es para Anne y para mí, no para tí.

Anne ríe mientras se levanta, o bueno, intenta, porque al momento en que puede poner su cuerpo sobre sus dos pies, siente como un calambre se apodera de su pierna derecha, le pica, y es tan repentino que su pie cede y tropieza.

Pero, como últimamente lo ha Sido, Krel está ahí y no le ha quitado los ojos de encima por varios días, lo que es bueno, amable; Anne sonríe y se pavonea ante todos los momentos en los que Krel simplemente… se quedaba con ella. Fue un alivio también tenerlo en la vista.

Siente como unas manos -muy grandes ha de decir-, le agarran por la cintura, es vergonzoso. Más porque las manos de Krel frías como son, entren en contacto con su piel caliente, creando un escalofrío involuntario. Siente como cae contra un pecho sólido y siente su cara arder, maldita sea Krel y sus jodidos cuatro brazos de mierda, que le agarran por la cintura y acunan su cuerpo con tanta delicadeza que Anne piensa que puede morir.

Es una tortura mirar hacia arriba y verlo en su totalidad, observar su... Piel -Anne cree que lo es-, observar cómo sus cara se compone de los azules más bonitos y como se funden con tonos más oscuros cuál ébano, cómo sus ojos son tan profundos mientras le mira, cómo sus pupilas son arcos, cuadrados, circunferencias y dios, Anne quiere quedarse en ese momento, observando a Krel hasta la eternidad si es posible.

²𝑪𝑶𝑵𝑭𝑼𝑺𝑬𝑫 | Krel TarronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora