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Anne sabe que una manera de llegar al corazón de un hombre, es por el estómago; eso funcionó con Seamus cuando empezaron con las citas y la mierda amorosa

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Anne sabe que una manera de llegar al corazón de un hombre, es por el estómago; eso funcionó con Seamus cuando empezaron con las citas y la mierda amorosa.

El problema es que tal vez eso solo se aplique a los humanos, pero ¿Y los akiridianos? ¿Cómo demonios los conquistas? Anne realmente no es una gran experta en todo esto del amor, más concentrada en la escuela y su ruptura.

Con Seamus había Sido facil, se hablaban, iban en la misma escuela, se habían conocido. Anne pensó que era buena idea salir pero bueno, al final solo fue una experiencia pasajera. Sin rencores, al menos por parte suya.

Tal vez es porque no lo había sentido así, no en esta magnitud. Si, claro: había amado a Seamus, sino no hubieran salido en primer lugar, pero comparado con lo que siente por Krel parece nada.

Es completamente abrumador, es una emoción tan potente que Anne piensa que se va a desmoronar con el peso de la misma. No sabe porque, o porque lo ama tanto, tan descomunalmente, tan abrumadoramente. Es horrible, es horrible.

A veces, en su propia habitación en medio de la noche, desea no tener este tipo de sentimientos. Anne había caído, jodidamente había caído por Krel tan fuerte que incluso a veces dolía.

Krel no tenía la culpa de nada, pero a veces Anne de encontraba mirándolo con anhelo, con desagna. Como si esos sentimientos que aprietan su corazón en un puño no los hubiera conseguido por su propia cuenta.

Maldice a cupido, a Eros o a quien sea que le haya flechado. A veces, estos sentimientos son tantos, que Anne se preocupa de que en cualquier momento pueda ceder y romperse.

¿Porque? Ni siquiera lo sabe. ¿Romperse en qué? En pedazos pequeños, y si así fuera, ¿Quién demonios la recogería? Suspira, es demasiado exagerada para un simple enamoramiento.

Y a su vez, estos sentimientos parecen una bendición.

La magia es también una maldición, una puerta a la muerte y es un mundo desconocido del que Anne nunca quiso ser parte. Las pesadillas no suelen ser tan frecuentes, pero cuando las tiene, es como si quisieran que viviera con el miedo de si misma para la eternidad. Como si Anne cediera a la oscuridad creciente que la envuelve.

En esas noches, encuentra consuelo en la voz de Krel, en el toque de Krel a través de abrazos. Cuando sus manos se entrelazan y Krel le susurra que no es real, que todo es solo una simple pesadilla producto de una alucinación, producto de la magia que pulsa sus venas. Cuando Krel, compra dulces y tiene en su habitación solo para dárselos a Anne.

Anne ha encontrado felicidad y consuelo en esos pequeños gestos que se apoya en ellos tan desesperada, no tratando de que sean frecuentes pero tampoco queriendo que el recuerdo del toque desaparezca en sus recuerdos.

Es como si Krel en cualquier momento fuera a preguntar sobre su actitud, sobre sus dilemas. Sobre qué cosas escribe en la noche en ese libreta con decoración de hojas. Sobre su vacilación cuando empieza a hablar.

²𝑪𝑶𝑵𝑭𝑼𝑺𝑬𝑫 | Krel TarronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora