En la nueva casa donde Hoseok llega a vivir luego de que su padre falleciera, comienzan a ocurrir sucesos escalofriantes que lo llenan de pánico, haciéndolo pensar que lo mejor es marcharse de ahí para siempre. Hasta que un habitante de otro plano t...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El primer día oficial como el nuevo amo Jung Hoseok, había comenzado bastante bien: aunque sus planes eran desayunar todos juntos, solo el pequeño Taehyung, Namjoon y Jungkook el chófer, lo habían acompañado a la mesa.
Seokjin preparó un festín de diversas frutas picadas para acompañamiento a los esponjosos hot cakes que el chico bañó por completo con miel pura de abeja.
Además de huevos revueltos perfectos y un poco de tocino, café, té y leche saborizada de fresas que cosechaban justo en su huerto privado.
Un desayuno de ensueño que disfrutó en cada mordisco, sintiendo una inmensa felicidad en su pecho al poder degustar de ese grandioso manjar.
Aún todo parecía haber estado perfecto, lo raro siguió en el ambiente: sus acompañantes casi no hablaban, ninguno se esforzó por mantener una charla amena. Se limitaban a responder, lo que hizo que Hoseok se limitara también a querer congeniar.
—Taehyung, da las gracias para que puedas levantarte y vayas inmediatamente a cepillarte los dientes... Se hace tarde para tus clases —Habló Namjoon, revisando la hora en el reloj de su muñeca.
El pequeño afirmó suavemente con la cabeza y se levantó, haciendo enseguida una reverencia hacia Hoseok. —Muchas gracias por los alimentos, señor Jung...
El nombrado sonrío con ternura y se levantó para acercarse a él. Bajó a su nivel colocándose en cuclillas y dejó una caricia en su mejilla. —No tienes que agradecerme nunca por un plato de comida, Taehyung... Tienes el derecho de ser bien alimentado, y en esta casa, siempre se te dará ese derecho, ¿bien? —Taehyung volvió a afirmar en silencio, dejando su mirada en el piso—. Y otra cosa más... No me llames señor Jung, te doy la confianza de llamarme solo Hoseok. De hecho —se dirigió a los demás—, todos aquí quiero que me llamen Hoseok... El señor Jung era su antiguo dueño, yo solo soy Hoseok.
Aunque Jungkook estaba por aceptar, Namjoon se adelantó a interrumpir con su misma seriedad. —No podemos hacer eso, señor... Somos los sirvientes y eso es muestra de nuestro respeto.
Hoseok se incorporó y mostró una sonrisa tranquilizadora. —Usted lo dijo anoche, Namjoon... Hay un nuevo dueño y las cosas cambiarán. Así que empecemos por ahí. Hoseok y punto, además, no creo que llamarme así les haga perder el respeto por mí o esta casa. Todos vivimos aquí, solo quiero una pacífica y armoniosa convivencia...
Pronto y en medio de su discurso, comenzaron a escucharse agudos arañazos sobre el techo encima de sus cabezas, sonidos provenientes de la habitación de arriba.
Sonidos claros a causa de la madera, arañazos casi inhumanos que causaron un escalofrío en Hoseok.
Taehyung trago fuerte y permaneció quieto, en tanto Namjoon apretaba la mandíbula y Jungkook fingía no estar escuchando aquello.
