En la nueva casa donde Hoseok llega a vivir luego de que su padre falleciera, comienzan a ocurrir sucesos escalofriantes que lo llenan de pánico, haciéndolo pensar que lo mejor es marcharse de ahí para siempre. Hasta que un habitante de otro plano t...
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Después de su ducha nocturna, Hoseok podía sentir que ya no tenía más miedo por todo lo que había en esa casa, sino que la valentía y la necesidad de saber los misterios detrás de Namjoon, lo estaban invadiendo.
Estaba claro que no podía confiar en nadie de ahí, ni siquiera en Yoongi pues el fantasma no había hablado claramente en cuanto a su estadía en ese lugar.
Así que tenía que seguir con sus propios planes y averiguarlo por su cuenta; si Changbin iba a ayudarlo, entonces tenía que tomar todas las oportunidades para lograr encontrar todo tipo de información que le sirviera.
Porque además, los sirvientes también habían sido muy indiferentes en cuanto a los temas del pasado, así que se limitó a hacer más preguntas.
Con la toalla absorbió el agua de su cabello, estaba preparándose para ir a la cama, pero Yoongi lo visitó como cada noche.
El pálido tocó la puerta y enseguida entró, encontrándose con el chico de pie a un lado de la cama.
—Hola, Hoseokie...
Este le dedicó una sonrisa y en medio de la penumbra, encendió la lámpara en la mesita de noche.
—Hola, Yoongi...
—¿Cómo te fue hoy? ¿Estuviste la tarde entera con el profesor? —Preguntó, acercándose hasta él.
—Sí... Estuve con él.
El fantasma lo abrazó por la espalda y reposó la mejilla sobre el hombro. —Te extrañé tanto, amor mío... Te necesitaba aquí conmigo...
Apesar de las circunstancias, los sentimientos que Hoseok estaba desarrollando por él, estaban muy presentes y definitivamente no quería alejarlo.
—Yo también te extrañé, Yoongi. ¿Qué estuviste haciendo todo el día?
—Nada en especial... —Frotó la punta de su nariz sobre la nuca—. Pensé en ti, di un paseo por toda tu casa y luego leí un poco...
—¿Por qué no puedes salir de aquí? ¿Ni siquiera al jardín?
—No —respondió, girando el cuerpo para quedar de frente y continuó abrazando su cintura—. No sé porqué pero simplemente no puedo... Es como si en cada salida hubiera una fuerza magnética que me obliga a quedarme, y si intento pasarla, siento un dolor insoportable en el cuerpo... Tal parece que permaneceré aquí por toda la eternidad.
Hoseok lo abrazó por el cuello y frunció los labios en un gesto triste. —No me digas eso... Me siento tan mal por ti.
—No tienes porqué, amor mío... Ahora me siento bien porque estás aquí conmigo... —Susurró acercándose a su labios e inmediatamente lo besó.
La boca del fantasma se había convertido en el lugar seguro para Hoseok, así que no dudó en besarlo también, permitiendo el intercambio de emociones.
