Capítulo Diez ✧♡°

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   Hoseok abrió inmediatamente la puerta a su sirviente quien llevaba como había prometido, una bandeja con un refrigerio para llenar su estómago

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   Hoseok abrió inmediatamente la puerta a su sirviente quien llevaba como había prometido, una bandeja con un refrigerio para llenar su estómago.

—Jimin, te lo agradezco pero no era necesario...

El sirviente entró a la habitación y, sin ninguna sospecha, dejó la bandeja sobre la cama, para tener las manos libres y poder sujetar las contarias, y ambos sentarse sobre el colchón.

—Es necesario porque pasas todo el día afuera y podrías enfermarte por no comer bien, estás muy delgado además —explicó amablemente, regalándole una sonrisa.

Hoseok no podía reprochar el gesto de Jimin, no podía negarse a sus cuidados porque Jimin le causaba una calidez paternal que no había sentido nunca: su sirviente le mostraba su sincera preocupación y eso lo hacía sentir querido, algo que jamás había sentido.

—Ya es tarde, Jimin. Has estado trabajando todo el día... Ya deberías estar en la cama descansando.

El sirviente tomó la bandeja y se encargó de acercarle el sándwich de pavo a la boca. —Estoy bien, estoy acostumbrado. Ahora mi deber es cuidar de ti.

El chico abrió la boca para tomar un mordisco, mientras pensaba si Yoongi se había ido o seguía escondido.

—Puedo cuidarme solo... No creo que me suceda nada malo estando en este lugar.

Jimin seguía sonriendo, mirándolo enternecido.
—Pues como sea, es nuestro deber mantenerte a salvo...

Hoseok aguardó en silencio un momento, tragó el bocado cuando de pronto, una idea llegó a su cabeza. Quizás el sirviente podría ser más amable en darle detalles que necesitaba saber.

—Jimin...

—¿Mmh?

Aclaró la garganta luego de dar un sorbo a la leche tibia y se preparó para hacer todas sus consultas. —¿Cómo era el señor Jung? ¿Era un hombre bueno? ¿Tuvo más hijos? ¿Otra esposa? ¿Cómo murió?

La sonrisa de Jimin se desvaneció, poniendo en cambio un gesto duro mezclado con tristeza. Parpadeó un par de veces, como si necesitara tiempo para reunir las respuestas correctas.

—¿El señor Jung...? —Se preguntó a sí mismo, mirando un punto en específico lejos de la mirada del chico—. Jung Bonhwa era un... Un hombre muy trabajador... —Musitó poco convencido.

—Sí, eso mismo ha dicho Namjoon... Pero yo quiero saber más acerca de él...

Nervioso, a la cabeza del sirviente pronto llegaron los terribles sucesos que presenció con el hombre en vida:

—¡Déjame solo, Miyeon! Ahora no quiero hablar, solo vete —ordenó Namjoon sentándose en la silla del escritorio provisional en su habitación.

Seo Miyeon, su esposa, lloraba desconsoladamente tratando de hacerse escuchar.

—Por favor, Namjoon, déjame explicarte... No es lo que parece...

Faint -YoonSeok- (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora