En la nueva casa donde Hoseok llega a vivir luego de que su padre falleciera, comienzan a ocurrir sucesos escalofriantes que lo llenan de pánico, haciéndolo pensar que lo mejor es marcharse de ahí para siempre. Hasta que un habitante de otro plano t...
Dedicado especialmente para MarhYoriElyZabeh. Personita, lamento mucho la tardanza y lamento mucho no poder darte el maratón que pediste. Pero espero que estos dos capítulos puedan recompensarte. ¡Muchas gracias por tu apoyo!
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Era totalmente extraño pero definitivamente no quería separarse de la boca del fantasma, así que se aferró a su pecho, dejando de luchar por liberarse.
Además, las manos frías y blancas comenzaron poco a poco a apoderarse de su cintura, y todas las sensaciones que empezó a sentir por su cuerpo, estaba sintiéndose muy bien.
Extraño en el sentido de que, apesar de que no había el calor corporal que había podido probar en los labios de Changbin, la boca de Yoongi no tenía un sabor definido, también se sentía tan fría como su tacto pero realmente prefirió el sabor de Yoongi que del profesor.
Mantenía los ojos cerrados disfrutando de aquella nueva experiencia, pero desafortunadamente fueron interrumpidos por la rápida atención de la servidumbre a su llamado.
—Hoseok, ¡¿qué sucede?! ¡Abre la puerta! —Escuchó la voz de Jin y enseguida un intento inútil por abrir pues la puerta tenía seguro.
A Yoongi no le importó en lo más mínimo, no se detuvo, continuó besando al chico sin ninguna prisa.
—¡Hoseok, abre! ¡Ó si no tendré qué ir a buscar la llave de repuesto de tu habitación! —Advertía un angustiado Jimin, golpeando la madera forrada.
El chico golpeó suavemente el pecho del pálido y enseguida se obligó a separarse de su boca. —Están aquí, tengo qué abrir —susurró para no ser escuchado en tanto observaba los labios contrarios levemente enrojecidos.
Con un gesto irritable, Yoongi suspiró pesado y enseguida se dirigió al baño donde siempre se escondía.
Inmediatamente limpio el borde de sus labios de las salivas mezcladas y sumamente nervioso por lo acontecido, caminó hacia la puerta, abriendo.
—Oh, Hoseokie, ¿qué sucedió? ¿Por qué gritaste? —Preguntó Jungkook, mostrándose tan preocupado como el sirviente.
Con vergüenza, el chico se abrazó a sí mismo, arrepintiéndose por haberlo hecho, porque de lo contrario, seguiría besándose con Yoongi.
—Lo siento... Tuve otra pesadilla... ¿Pueden disculparme? No era mi intención sacarlos de la cama...
Jin no pudo evitar darse cuenta del bochornoso problema que sucedía con Hoseok: en su entrepierna, dentro de sus pantalones, una erecciones se levantaba anunciando su estado.
—Oh, por Dios, Hobi... —Se acercó a él y rápidamente giró su cuerpo de espaldas a ellos—. Jimin, Kookie, vayan abajo, ahora voy.
Los dos fruncieron las cejas incluído también Hoseok, al no entender la reacción del cocinero. Pero Jin permaneció detrás de él, sosteniendo los hombros para que no volteara y vieran su incidente.
