En la nueva casa donde Hoseok llega a vivir luego de que su padre falleciera, comienzan a ocurrir sucesos escalofriantes que lo llenan de pánico, haciéndolo pensar que lo mejor es marcharse de ahí para siempre. Hasta que un habitante de otro plano t...
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Namjoon se encontraba sentado en el sofá, manteniendo la mirada perdida en tanto sostenía la campana que lo protegía sobre su regazo.
Estaba aturdido por el fuerte sonido de sus pensamientos pero seguía muy firme en terminar con todo apenas llegara Hoseok.
Yoongi entró con mucho sigilo a la sala de estar y detrás de él, lo acompañaban Jin y Jimin.
El pálido se alarmó cuando observó un arma sobre la mesa. Un pequeño revolver negro que causó angustia en el fantasma.
—Namjoon —llamó, tratando de tener la atención del moreno.
Pero este se mantuvo mirando al frente, sin ningún gesto en su cara.
—Namjoon, por favor hablemos —pidió esta vez el cocinero, acercándose con los demás.
—No hay nada de qué hablar —respondió por fin el amo de llaves, todavía sin mirarlos—. Tenemos que terminar con toda esta mierda... ¿Acaso no querían descansar en paz?
—Pero esta no es la manera, Namjoon —mencionó Yoongi, deteniéndose a unos cuantos pasos del sofá—. Hoseok no es como su padre, o sus abuelos... Ni siquiera Taehyung, él es solo un niño.
—¿Y tú cómo sabes, Min Yoongi? —cuestionó firme, mirándolo fijamente—. Desde que llegué a vivir aquí, no paraste ni una sola noche en molestarme, pidiéndo que sacara los restos de tu cuerpo... Me jodiste en toda mi niñez, ¡me hiciste creer que estaba volviéndome loco!
Los fantasmas se tensaron al verlo sujetar con fuerza la campana, pero se mantuvieron cerca de él.
—A Hoseok ni siquiera le atraen las mujeres como a ellos... —se atrevió a confesar, intentando hacerlo cambiar de parecer—. Hoseok no es cómo los Jung.
El moreno comenzó a reír en tanto negaba para sí mismo, y entonces se inclinó para tomar el arma y contemplarla.
—¿Cómo estás tan seguro? ¡Es un Jung! ¡Lleva su maldita sangre! —expresó furioso—. Hoseok, Gihun y Bonhwa están cortados con la misma tijera... Y este Hoseok es el último primogénito, seguramente tiene oscuras intenciones. ¿Lo has olvidado? Aquel Hoseok lastimó a tu madre, Gihun lastimó a la madre de Jin y Jimin, y Bonwha me quitó a mi mujer... ¡Lastimaron a cada una de las mujeres que pisaron esta jodida casa!
—Pero este Hoseok, mi Hoseok, no es como ellos —afirmó el pálido, sintiendo todavía el calor que el chico había dejado en su pecho—. Hoseok es bueno y estoy seguro de que sería incapaz de lastimar siquiera a un indefenso insecto.
Namjoon volvió a reír y enseguida se levantó, desafiándolo con su mirada.
—¿Tu Hoseok? Espera, no me digas qué... —se burló entre risas, tratando de provocarlo.
