Y así, la maestra Tigresa emprendió un nostálgico viaje de regreso a la gran ciudad de Gongmen. Habían pasado años desde la última vez que estuvo en la ciudad y de seguro muchas cosas habían cambiado. ¿Pero quién sabe? Puede que esta nueva etapa de su vida sea algo interesante.
Tigresa recordó con nostalgia los paisajes campestres y las pequeñas villas por las cuales pasaron cuando viajó con Po y el resto de los cinco furiosos. Incluso visitó aquella pequeña aldea donde los pescadores le brindaron apoyo para navegar por el río hasta la gran ciudad. Y para su sorpresa, la pequeña villa recibió a la gran maestra con gran alegría y regocijo.
Tigresa pasó la noche en la pequeña villa mientras oía los cuentos que los residentes le hacían acerca de Gongmen. Según ellos, la ciudad se había expandido aún más, y su gran puerto ahora abarcaba varios kilómetros alrededor de la zona costera. Afianzando su puesto como la ciudad más importante de todo el sur de China.
Temprano en la mañana, Tigresa vió con nostalgia aquella barcaza que la llevó junto a sus compañeros mucho tiempo atrás, y aún sobre la curiosa embarcación, aquél pescador. Aquél conejo rudo con su peculiar parche negro sobre su ojo izquierdo.
Pescador: - Así que la marea te trajo conmigo una vez más. -
Tigresa: - Un placer verlo, viejo amigo. -
Pescador: - ¿Y bien? ¿A donde tengo el placer de llevar en esta ocasión? -
Tigresa: - Debo ir a Gongmen. ¿Puede llevarme allí? -
Pescador: - ¿Cómo se te ocurre preguntar eso? Por supuesto que llevaré a una de las heroínas de China. Le debemos mucho a ustedes. -
Tigresa: - Muchas gracias. -
El pescador llevó a la maestra una vez más río abajo rumbo a la ciudad de Gongmen. La corriente del río era agradable, y la barcaza se deslizaba con gracia sobre las mansas aguas del río. Tigresa sabía que el viaje tomaría un par de días, así que acomodó sus cosas en el interior de la embarcación y pasó la mayor parte del tiempo escuchando las historias que el pescador le contaba acerca de la gran ciudad.
A Tigresa no le llamó la atención ninguna de las historias que el conejo le contó, con excepción de una en particular. Había rumores de que algunos residentes comenzaron a comportarse de forma extraña. Según los rumores, algunos se mostraban agresivos sin ningún motivo aparente, y a veces se comportaban erráticamente. Pero la guardia de la ciudad los ponía bajo custodia casi de inmediato. El pescador creía que todos eran falsos rumores, pero Tigresa tenía un mal presentimiento al respecto.
Después de varios días navegando, la embarcación finalmente atracó en el gran puerto de Gongmen, pero esta vez, la maestra no tuvo que ocultarse bajo los muelles para pasar desapercibida. La imagen del puerto y de la ciudad era impresionante. Las historias que escuchó eran ciertas. La gran ciudad de Gongmen había crecido exponencialmente, y sobre los muelles había un constante flujo de mercancías y pasajeros.
Tras agradecer al pescador, Tigresa tomó sus modestas pertenencias y se dirigió rumbo al palacio de la ciudad, pero no estaba preparada para lo que se iba a encontrar. Las calles de Gongmen estaban abarrotadas de personas que seguían su camino sin prestarle mucha atención a nada en particular. Tigresa tuvo que tener mucho cuidado para no chocar con los agitados ciudadanos, hasta que finalmente pudo llegar a una plazoleta donde pudo tomar un descanso. El mayor problema, era que no tenía idea de en qué parte de la ciudad estaba.
Con tantos cambios, a la maestra le costaba trabajo poder ubicarse en la gran ciudad, así que no tuvo más remedio que trepar sobre uno de los edificios para ver la ciudad desde las alturas, pero no pudo creer lo que veía desde ahí. Tigresa nunca había visto una ciudad tan grande. Los relatos eran ciertos, incluso estando a más de veinte metros sobre el suelo, la maestra no era capaz de ver el horizonte tras la gran cantidad de edificios. La mirada de Tigresa estaba enajenada con tanta opulencia, hasta que algo llamó su atención.
ESTÁS LEYENDO
Kung Fu Panda Fanfic - La Sombra de la Ciudad de Gongmen
FanfictionVarios años han transcurrido desde que el guerrero espiritual Kai fue derrotado por el Guerrero Dragón, y desde entonces, Po ejerce como maestro en el Palacio de Jade. Pero en la vida de todo alumno llega un punto en el cual debe arrancar sus raíces...