Kung Fu Panda Fanfic - La Sombra de la Ciudad de Gongmen

(XVI) Número Incorrectos

El sol marcó el inicio de un nuevo día en la ciudad de Gongmen acompañado de un poderoso gong que sacudió el cielo y la tierra. Tigresa se despertaba, descubriendo que estaba sola acostada sobre su cama. Aún medio atolondrada, logró ponerse de pie cubriendo su cuerpo con las inmensas sábanas que arrastraba sobre el suelo, y rápidamente, se puso una ropa un poco más adaptada para el frío. Luego se sentó en un taburete y comenzó a cepillar su alborotado pelaje. Y no fue hasta que terminó de arreglarse cuando notó un pequeño trozo de papel doblado sobre la cómoda.

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真   我   我

是   在   有

個   主   地

美   街   道

妙   許   的

的   氏   情

夜   兄   報

晚   弟

        酒

        館

        後

        面

        等

        你

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[La carta en chino la hice con mucho cariño XD. Espero que no les moleste y si alguien que sabe Chino me dice que es un disparate, lo cambiaré con gusto. XD]

"Fue una noche maravillosa. Te esperaré tras la taberna de los Hermanos Xu de la calle principal. Tengo información de los túneles."

Decía la carta en su interior.

La carta despertó la curiosidad de Tigresa, además de darle un agradable impulso para comenzar el día. No lo había notado antes, pero Tai Lung tenía una caligrafía digna de los mejores escribas de la época. La maestra guardó el pedazo de papel celosamente en uno de sus bolsillos y se apresuró a su oficina para adelantar todos los documentos atrasados del día anterior. Al salir de su cuarto, tomó por sorpresa a los cuatro sirvientes que habían dado por hecho que ella seguiría durmiendo hasta tarde, y estaban sentados sobre las tablas de madera hablando de cualquier tontería.

Los sirvientes se pusieron de pie de inmediato, aún así, Tigresa estaba tan absorta en sus pensamientos que no se fijó en su descuido ni lo más mínimo. De hecho, mirando su rostro era difícil definir si estaba triste o feliz. Su boca dibujaba una leve sonrisa al estilo de la Mona Lisa, pero sus ojos estaban caídos, con manchas negras sobre sus párpados inferiores como los de alguien cansado o que había llorado por mucho tiempo. Para aquellos que desconocían de la "aventura" nocturna, la maestra Tigresa estaba haciendo su mejor esfuerzo para disimular su dolor por la muerte del maestro Cocodrilo, que en parte, no carecía de verdad.

Fang Yin: - Maestra Tigresa. ¿Pudo dormir un poco? - Ambas se toparon por los pasillos del palacio.

Tigresa: - Buenos días, Fang Yin. Si. Pude dormir un poco. -

Fang Yin: - Me dirijo a la cocina. ¿Te parece si desayunamos juntas? -

Tigresa: - Me encantaría. Pero debo ir a mi oficina. Hay muchos documentos atrasados que requieren de mi atención. De ser posible, pídale a uno de los sirvientes que me lleve algo a mi oficina. -

Fang Yin: - Con gusto, pequeña. - Dijo con dulce voz. - Pero recuerda descansar de vez en cuando. El estrés no es bueno para tu pelaje. - Dijo haciendo referencia a su suave lana.