(XIV) Secretos

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Tai Lung: - Rápido. Sígueme. Se están alejando. -

Tigresa: - Tai... Espera. -

Siguiendo su sentido del oído, Tai Lung comenzó a adentrarse en los barrios bajos por las calles y corredores más oscuros y fríos sin hacer el menor ruido, incluso caminando sobre la nieve. Tigresa lo seguía de cerca, pero procuraba mantener la distancia suficiente cómo para no interrumpirlo.

A veces, Tai Lung parecía algo perdido y no era capaz de escuchar con precisión las leves pisadas que se movían bajo sus pies, pero tras unos segundos de silencio y concentración, podía volver a seguirles la pista. Por más de veinte minutos, siguieron los pasos de cerca, interrumpidos solamente algunos letreros de maderas que crujían al mecerse con las brisas ocasionales, o el sonido de la madera de las casas contrayéndose por el frio extremo. Finalmente, Tai Lung se detuvo frente a una casa evidentemente abandonada.

La estructura estaba hecha pedazos. Malamente las paredes se mantenían en pie, aunque el improvisado techo de bambú estaba fragmentado y solía levantarse con las pequeñas ráfagas de viento ocasionales. Tai Lung se detuvo justo a uno de los lados de la casa y se arrodilló para concentrar sus sentidos. Tigresa no podía hacer nada más que acercarse poco a poco, pero sin previo aviso, Tai Lung la agarra de la mano y tira de ella con fuerza.

Tigresa no tuvo tiempo a reaccionar. Para cuando se había percatado de lo sucedido, tenía la espalda apoyada sobre el pecho de Tai Lung, mientras el leopardo de las nieves cubría su boca con la mano.

Tai Lung: - Shhh. Espera. - Susurró al oído de Tigresa.

Cuando los dos felinos quedaron en silencio, unas extrañas voces pudieron ser escuchadas:

????: - ¿Está todo listo? -

????: - Si. Tenemos a los activos en posición. -

????: - Muy bien. Lleven el cargamento a los puntos de encuentros y comiencen con la siguiente distribución. -

????: - ¿Alguna novedad del "Titiritero"? -

????: - No. Al parecer "el canario aún sigue en su jaula." -

????: - Muy bien. ¿Qué hay del otro? -

????: - El muy idiota no tiene la menor idea. - Una risa se hizo presente en cuatro voces diferentes.

????: - Silencio. Y váyanse de una vez. -

Tras ese último comentario, se pudieron escuchar levemente algunos golpes de madera, pero eventualmente cesaron. Las voces correspondían al menos a cinco individuos diferentes, así que claramente estaban actuando en grupo. Con mucha discreción, Tigresa se asomó para intentar ver al interior mientras Tai Lung hacía un pequeño rodeo a la casa.

Al ver que el interior de la casa abandonada estaba vacía, Tigresa decidió entrar para intentar averiguar lo que había ocurrido. Comenzó a revisar las cosas del lugar pero todo estaba completamente en muy mal estado. Claramente nadie había vivido allí por al menos un año. Y quien quiera que hubiese sido, no tuvo tiempo de recoger sus pertenencias.

La casa abandonada constaba de una modesta hoguera que parecía no experimentar las brasas desde hace mucho tiempo, una cama rota y varios muebles de bambú, algunas cacerolas oxidadas o cuencos de maderas tirados por una esquina. Nada realmente relevante. Finalmente, tras un rápido vistazo, Tai Lung accedió al interior.

Tigresa: - ¿Alguna pista? -

Tai Lung: - No. Ni una sola huella sobre la nieve. - Ambos susurraron.

Tigresa: - Entonces... La entrada debe estar aquí por algún lado. -

Kung Fu Panda Fanfic - La Sombra de la Ciudad de GongmenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora