Malibú
– Por favor la señorita Hamilton.-dijeron
– Ahora llam...
Enseguida reconocí de quién provenía alcé la voz o más bien grite cerca de la entrada.
– ¡Aqui estoy Alfred!- dije corriendo hacia el.
– Venga conmigo señorita.
– Aun me falta una ronda de saltos y ..
Me interrumpió
– Su madre dijo que la equitación podría esperar.
– Okey voy por..
No acabe de hablar cuando ya me estaban arrastrando a la salida
– Tranquilo Alfred tomate tu tiempo.
Río con mi comentario y yo también, no sabía porque la prisa.
– Alfred creo que te pasaste un semáforo en rojo escuchas en ROJO.-dije con un tono exagerado.
– Su madre dijo que la trajera enseguida y su madre da miedo enojada.
– Mama enojada creo que te equivocaste de señora, nuestra casa es la 606.- dije con sorna
Adoraba molestar a las personas
Me echo una mirada de pocos amigos y después una sonrisa.
— Me encantará ver cómo la regaña su madre cuando le diga que no ha echo la maleta.- fue su turno de decir un comentario malicioso.
Pero no entendía nada
— Maleta? Pero si no me ha dicho ...
¡Carajo! si me había comentado algo pero no le puse mucha atención.
— Ademas el regaño por irse a entrenar cuando le dijo que no.
Doble carajo pero que podía decir era algo olvidadiza.
Ug si claro solo un poco chica
— Merda... Oops se me escapó.
— Llegamos señorita baje del auto.–Sonrío perversamente
— Acaso adoras el sufrimiento ajeno Alfred o que, por favor apiadate de esta alma en pena y llévame lo más lejos de mamá en modo ogro.
— A ti te quería ver Eliza Hamilton.-pronuncio severamente.
— Mom recuerda las arrugas no son nada lindas.- dije bromeando.
Merda se enojó más, es que no tienes buenas ideas o que.
Pues tú no colaboras mucho que digamos.
— Anda apresúrate a bajar tu maleta Eliza.
— Eh mamita es que..–Trate de explicarme pero..
— Detente ahí hijita querida porque...
No la deje terminar y corrí escaleras arriba.
....
Debí ser una nuevo récord hacer una maleta en diez minutos.
Lo cierto es que no sabes ni que metiste.
Pero tengo la maleta y eso cuenta nena.
– Ya me vas a decir a dónde vamos mamá.
Me hartaba tanto secretismo, no solo porque no se si es que metí ropa necesaria, temía que mis padres me llevarán a un campamento con la intención de la convivencia prefería ir a dormir durante todo el mes a una iglesia.
– Ya lo sabes cariño te lo mencioné el mismo dia que te dije que comenzarás a hacer tu maleta.- sonrió angelicalmente.
Mi madre era preciosa sin duda entendía la mirada boba de mi padre y viceversa.
...
Papá nos esperaba en la escalera del jet vestido formalmente con un traje Armani a medida.
– Cómo están las dos mujeres más preciosas de todo el mundo.
Amaba a mi progenitor daba vibes de chico malo mezclado con un chico risueño.
Lo digo porque tiene muchas fotos de joven con chaquetas de cuero y tengo que decir que tenía toda la pinta fuckboy aunque mamá dice que era todo lo contrario.
Aunque tengo mis dudas porque que karma estarán pagando con esta humilde servidora.
....
No se cuánto paso ya me quedé dormida en cuanto me senté en el cómodo sofá o eso parecía.
...
-Cariño despierta ya llegamos.
Me removí aún cerrada los ojos porque tenía mucha pereza.
-Voy voy.-respondí somnolienta.
Me senté sin abrir los ojos
- Pero a dónde.- pregunté en un balbuceó
- A Malibú cariño no te lo dijo tu madre y también ...
Deje de escucharlo por el mareo ya que me levanté de un salto.
Me encantaba Malibú fue uno de los primeros sitios que visitamos todos juntos en familia.
Corrí escaleras abajo pero tropecé y gracias a mi daddy no me fui de bruces al suelo.
– Con más calma que ya estamos aquí cielo.- dijo mi padre
– Papi porque no me dijiste que veníamos aquí no traje ropa adecuada para pasear.-hice un puchero
-Tu madre ya no te lo había dicho cielo.-Preguntó alzando una ceja.
Tenía cara de interrogatorio pero mi padre no me regañaba así que lo mire con ojitos de perro....espera y bingo.
– Te daré la tarjeta para que vayas de compras después de que me lo cuentes princesa porque supongo que olvidaste la tuya.– me dió un beso en la frente y solo sonreí.
.....
Estaba de compras con Alfred después de comer charlando con mi papá y pues ellos tuvieron que ver unos negocios, odio que trabajen cuando estamos de vacaciones por lo general siempre olvidó mi maleta y mi papá va de compras conmigo echándole el visto bueno.
– No cree que ya compró demasiado.- se quejó
– Alfred para una chica nunca es demasiado además te voy a comprar una linda camisa playera.-mencione con emoción.
Me vio y solto una carcajada y no se porqué.
– Mejor debería comprarse una cositas de esas que quitan el maquillaje porque parece un gran mapache.- dijo con una sonrisa burlesca.
Pero si que tenía razón.
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Un Dulce Internado
Teen FictionEliza Hamilton será enviada por sus padres a un internado a las afueras de la ciudad para que le enseñen modales y a convivir, tendrá que conocerlo y si no le gusta volver a casa pero habrá más de una razón para querer quedarse.