Modales
— Eliza por fin te encontramos.- llegaron a mi jadeando, ambas como si hubieran corrido una maratón.
— Como que tengo dos corredoras para una olimpiada.- dije con sorna
— No te burles, odio que nosotras no tengamos elevadores.- bufó Grace
— Pero Amy llevas más tiempo aquí, deberías ya estar acostumbrada.- la mire y sonrío diabólicamente
— Bueno....
Y ahora que, algún día me dirán que las monjas se pasean en traje de baño por las salones y por eso no nos dejan salir pero que más me puedo esperar de este viejo y ambiguo lugar
— Ya has visto la mayoría del lugar y muchos salones son apartados para que subas bajes por un mismo lugar literal es como un castigo diario pero en esta vida para todo hay solución menos... para la muerte y no te lo debería decir yo, pero... en cada salón hay un pasadizo solo tienes que encontrar el botón y voilà ascensor a la orden.- me sacudió tomándome de los hombros.
— ¡Malditas!
» Todo el jodido día me ha tocado subir y bajar de más de cinco salones además de que algunas zorras me dejaron a mi merced.- levanté mi libro con la intención de dejarlo caer para asustarlas.
— Cálmate tía.- Amy levanto las manos en señal de rendición.
— Si, que es como un castigo adelantado.- movió sus manos en el aire dramáticamente Grace.
— Me he perdido, teníamos clases juntas a la primera asignatura, dónde estabais.- las mire acusadora.
— Inhala y exhala tía que estás toda la cara como un tomate.- susurró Grace.
Tome su consejo solo porque sentía arder mis mejillas.
— Vale esperad un momento.- Amy volteó a ver a todos lados y luego a su Apple watch nuevo.
» Tenemos 10 minutos antes de la última clase así corred.- tomo nuestras manos.
...
— Vale llegamos, si alguien nos pilla en los pasillos las tres nos hemos olvidado un libro vale.- jadeó Amy
— Pero porque hemos corrido, que se me va a salir el corazón.- respire exageradamente tocando mi pecho.
— Pues que tenemos que llegar a la ala oeste para la penúltima clase.
»Si además Grace no puede mentir como debería.- siguió Amy
— ¡Eh! que no es culpa mía tía.- gruño en respuesta.
— Vale vale chicas, cerrad la puerta.
— Para que Amy tenemos prisa.- me quejé
— Tu has caso Eliza.- Grace se movió a su cama a dejar sus libros.
Cerré la puerta digitando el código.
— Ya está, pesadas.- me crucé de brazos.
— Mirad que mono móvil te he conseguido.- lo sacudió Amy
— Pero a quién le gusta el rosa, te había dicho en negro.- refunfuñe
— Chica ya todo tu ser es de ese color creés que el móvil te opaque.- sonrío burlesca Grace
Agarre el móvil, se había tomado la molestia de instalar toda app que le pareciera y no estaba tan mal tenía una funda transparente además traía una foto de Amy con un cachorro muy mono.
— Vámonos tenemos 5 minutos y no me apetece correr.- dijo Grace cargando su pequeña mochila.
— Esperad
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Un Dulce Internado
Ficção AdolescenteEliza Hamilton será enviada por sus padres a un internado a las afueras de la ciudad para que le enseñen modales y a convivir, tendrá que conocerlo y si no le gusta volver a casa pero habrá más de una razón para querer quedarse.