Capítulo 3

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Sol y arena

Me encantaba los rayos de sol en mi espalda odiaba las marcas de bikini así que me solté las tiras de la parte de arriba mi hermoso bikini morado con negro fue el único que me encantó para el primer día ¡Claro! Aún no comprendo cómo me trajeron a este hermoso lugar si estaba castigada pero a papá se le pasó de un día para otro y fue algo muy raro.

— Cariño despierta

Me removí en un intento de seguir durmiendo pero algo hirviendo tocó mi espalda.

— AYYYY JODEER PERO QUE ......

No termine la oración porque mi mirada se encontró con la de mi madre.

—Esa boquita señorita.– dijo severa

—Pero que.. que paso mami ¡auch!–tartamude por el dolor.

—Pasa que te quedaste dormida Amelia Eliza Hamilton Graham.

Y saben una cosa que mi nombre era un claro aviso de que nada bueno vendría después

—No lo digas mamá.–hice puchero

—Si que lo hago te compre un precioso vestido descubierto en la espalda ahora que te pondrás señorita.–dijo frunciendo los labios.

—Y para que necesitaría vestido nuevo querida progenitora.–pronuncie con sorna.

—Seguro se me olvidó decirte cariño tendremos una gala a las nueve en el ...

—Traición de mi propia madre.

—No exageres solo es un baile cariño y ya dije que se me olvidó.

—Si claro o no me lo dijiste para que no me resistiera y pudieras llevarme.

—No fue..

—Si

—No f....

—Si

—Ya fue suficiente.–dijo con determinación.

Me enoja que haga esto e intente llevarme a eventos que odio sin mi autorización.

—Pero..–trato de safarme

—Pero nada es un evento familiar y vas a ir así que andando.

.....

Cuánto tiempo se podría tardar un simple peinado
MUCHÍSIMOOOOOO
y ni se diga el bendito maquillaje sin duda esta era la peor tortura de todas.

—Estás más hermosa de lo que eres.

—Si claro parezco un payaso madre.–plasmo una mueca de asco en mi rostro.

—Dios cambia esa cara señorita o te quedas toda la noche–la verdad esa mirada de mi madre me asusta asi que..

Sonrío angelicalmente para ella obviamente exageradamente.

—Hay hija eres igualita a tu padre

—Yo no soy igual a nadie–le enseño una sonrisa mezquina a través del espejo

—Y entonces eres hija del aire supongo.– frunció el ceño.

—Obvio mi madre es el agua–digo muy convencida.

Suelto una carcajada por su cara y se pone peor por no reírme decentemente.

—Apresura esas manos que llegamos tarde.–musita dramáticamente dando la vuelta para arreglarse el moño.

...

Dos largas horas en el coche hizo que ya no sintiera mi lindo trasero y gracias a quien sea ya habíamos llegado a nada más y nada menos que a Ellice Street

Un Dulce InternadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora