CAPÍTULO 20

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¥Eras tú ¥

—¿Segura que te sientes mejor Chloé?

Miro a Hanna y asiento en respuesta a su pregunta con una sonrisa a medias, de todos modos seguía sintiendo me culpable por haber salido tan tarde fuera de las líneas de la cabaña.

Aún duele un poco la zona afectada de mi pie, pero no se los hago saber.

—De verdad, ya había dicho que no había pasado algo muy grande. —agrego cuando noto que Hanna continúa con la mirada fija en mi persona.

Suspira y tumba su cabeza hacia atrás en el respaldar del sofá en qué está sentada.

—¿Y que fue lo que pasó? —inquiere Luna tomando un sorbo de su vaso y luego lo señala hacia nosotras para agregar:— ¿Les sirvo algo de jugo?

Estamos sentadas en la sala, han pasado cinco días desde el incidente y no he salido de mi habitación más que para comer hasta ahora que Luna y Hanna han irrumpido en mi refugio para sacarme a rastras con la excusa de que sea al menos hasta sentarnos en el sofá de la sala.
Con todos los ánimos que se me notaban a leguas que no tenía, acepté y estamos aquí, con dos horas de silencio que decidió romper la cazadora al preguntar cómo me sentía.

Dustin no ha hecho más que aparecer cuando sabe que ya me he dormido, lo supe porque su escencia quedaba hasta el amanecer incluso después de haberse ido, aún no me lo he encontrado desde lo que contó sobre aquella bruja maldita que conoció, y, sinceramente ya no sé si está enojado conmigo, o si su historia con aquel espectro es la que lo tiene tan distante.

Bruno sigue estando en su propio mundo, indiferente al de los demás, las ocasiones en las que me lo he topado en el pasillo ha pasado de largo sin mirar siquiera quien o qué está a su alrededor. Derek aparece siempre en el momento justo en que voy a comer, y, en cuanto ve que me he comido los primeros tres bocados, vuelve a desaparecer, todavía sigo sin entender de que se trata. Y Leo, bueno, sigue siendo el mismo masoquista que conocemos, solo que ha mermado un poco sus apariciones, al menos mientras yo estoy, casi no lo he visto aparecer.

—En lo que recuerdo no pasó mucho. —contesto a la primera pregunta de Luna y asiento a la segunda.

Hanna da la misma respuesta que yo, y Luna se pone de pie y se dirige a la cocina, vuelve a aparecer con dos vasos y nos tiende uno a cada una. Le sonreímos en forma de agradecimiento y sacude las manos en señal de que está bien.

Doy un pequeño sorbo, y el sabor a manzana invade mi boca, está a una temperatura conveniente y me echo hacia atrás aliviada antes de empezar a contar.

—Solo estaba sentada por ahí, en uno de esos lugares que me gusta mucho visitar por momentos, y de la nada empezaron a aparecer espectros menores. Intenté llamar a Dustin con la conexión de guardián y protegida que tenemos, pero en ese entonces parecía no querer funcionar. —Sostengo el vaso con ambas manos volviendo mi mente al recuerdo, y se siente como si la ansiedad de saber que no podía gritar auxilio vuelve a mí— Intentaron llevarme, pero apareció Nicolás, como si me conociera de siempre dijo unas palabras y ya no supe más.

»Cuando desperté, me encontraba en una cueva que no había visto antes, pero al salir el camino sí lo conocía, se me hizo extraña la situación, pero salí para irme, y el espectro volvió a aparecer, en mi intento de huída lastimé uno de mis pies, ya luego simplemente me llevó con ustedes.

Por Si Te Vuelvo A VerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora