CAPÍTULO 09

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¥ Déjà vu ¥


—¡Es que no me lo puedo creer!

Pongo los ojos en blanco, ya perdí la cuenta de las veces que Leo se ha quejado de la misma situación en el dia. No sé si sus planes son darnos jaqueca o que tenga un poco de consuelo, pero si es la primera opción, seguro que lo ha logrado al cien.

—Leo ¿quieres superarlo ya?—se queja Derek—Han pasado tres semanas.

—¡Es que no es justo!—vuelve a chillar y deja de caminar por fin por todo el salon para lanzarse sobre el sofá a mi lado— sería normal viniendo de Bruno, pero de Dustin jamás.

Suspiro con cansancio y acomodo mis pies lo mejor que puedo en el poco espacio que me ha dejado Leo en el sofa. 

Lo que tiene a Leo haciendo drama por todo el salon hace más de media hora, es el estúpido paseo que Dustin nos aconsejó que hiciéramos, pero, por cosas suyas al final, decidió que no deberíamos de salir y lo canceló apenas terminó de cocinar.

Eso, es lo que tiene a nuestro querido Leo quejándose de que no es justicia, y pataleando porque según él, Bruno es el amargado en la relación.

—Osea, Bruno es un amargado en sí, pero Dustin me decepciono.

Y vuelve otra vez a ponerse de pie para caminar por todo el lugar. Hanna aparece, decidida a darle un zape que lo lance lejos, pero Leo es más rapido y materializa su cuerpo con el primer intento. Hanna lanza un segundo y esta vez, Leo lo esquiva con una sonrisa en su rostro.

—Vas mejorando, tomatito—se acerca, toca su nariz con un dedo y se aleja con la misma rapidez.

—Lo mismo digo, enjendro del mal—Hanna lo fulmina, y el muy desgraciado sonríe como si le estuviesen dando mil años de vida.

¿Ya mencioné que Leo a veces no es normal? ¿No? Bueno.

Bruno aparece, y camina directo a tomar asiento en el sofa contiguo al mío sin molestarse en saludar a todo el personal que hace un incómodo silencio en el lugar.

Derek silva y Bruno ojea el libro que nunca sé de dónde carajos se supone que sale porque nunca esta en sus manos cuando pasa delante de nosotros.

—Dejen de mirarme como el extraterreste que decidió aceptar su invitación a comer, intensos—dice, sin siquiera levantar la vista a ninguno de nosotros.

Sacudo la cabeza, aún me cuesta acostumbrarme a la indiferencia de ese cazador.

—Como les decía, de Bruno es más aceptable cualquier tipo de negacion—y vuelve Leo con lo mismo otra vez.

Todos suspiramos en cancancio, con excepción del recién llegado, es obvio que no sabe, y mucho menos le intersa saber de qué se supone que estamos hablando, aunque su nombre fuese pronunciado en su precencia. Se trata de Leo despues de todo.

—Leo ¡Calla de una vez que me das jaqueca!—suelto exasperada.

—Pequeña Loi, tú estas acostumbrada a ver la negación de tu guardián. Yo estoy liado a darle la vuelta al mundo unas cinco veces al menos— palmea mi espalda y desordena mi cabello.

Alejo su mano de un manotazo, ya me resigné a que nunca diga mi nombre como es.

Luna suelta una pequeña risa, y se acerca a tomar asiento al lado de Bruno.

—Me gusta la manera en la que llamas a todos, señor Leo.

Hanna gruñe, masajeando sua sientes con notable cansancio.

—Luna, primero que nada, deja de llamar señor, el único vejestorio aquí es Dustin—alega— segundo, no lo halagues con los apodos que tiene o no los dejará de decir.

Por Si Te Vuelvo A VerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora