Keep me away.

Capítulo 6.

Zayn.

La primera vez que lo vi me quede mirándolo sin ser capaz de ver nada más. Había empezado el año y tenía que encontrar mi dormitorio pero estaba muy perdido, tenía que llegar a pedir mis llaves o me cobrarían por llegar tarde, hasta que a un chico junto a mi se le cayeron sus cosas, estaban en una caja así que se hizo bastante desastre. Me sentí mal de verlo estresado, dudé un segundo pero al final me acerqué a él sonriéndole con amabilidad. Me agache a su altura y al verme sus ojos se iluminaron de alivio.

—Muchas gracias, no pensé que serían tantas cosas.— dijo rascándose la nuca.

—Descuida.— recogimos rápidamente sus cosas y las volvimos a guardar en la caja.

—Gracias otra vez.

Fue ahí cuando lo ví, sus ojos cafés brillaban y tenían un ligero toque de amarillo del lado derecho. Su nariz era redonda y sus labios delgados y rosados. Me quede sin habla, no sabía que decir.

—No hay de que.

—Me llamo Li..— fue interrumpido porque el tonto de Louis llegó corriendo sujetándome por los hombros, sacudiéndome histéricamente.

—¡¿Ya viste la hora que es?! ¡No llegaremos a tiempo! ¡Nada puede salir mal ¿ok? ¡NADA! Vámonos.— me tomó del brazo arrastrándome lejos del chico.

Voltee a mirarlo por última vez y me sonrió con agradecimiento una vez más. Nunca olvidaré su sonrisa.

No fue hasta el día siguiente que volví a verlo en el salón de música, estaba tan concentrado tocando el piano que no me vio. Yo estaba del otro lado de la puerta mirándolo absorto cuando un "¡Bu!" Me hizo dar un pequeño salto del susto.

Era Louis, por supuesto, que sonreía con malicia.

—¿Qué haces tan concentrado? Casi se te cae la baba.— dijo enarcando una ceja.

—Nada que sea de tu incumbencia, enano.— sabía que detestaba que lo llamara así.

El volteo los ojos irritado.

—Solo eres tres centímetros más alto que yo, así que cállate.— me empujó para ver lo que yo veía.

Me aparte nervioso, obviamente no deje que lo notara, lo disimule muy bien con molestia, pero nos conocíamos hace años por supuesto que lo noto.

—Es lindo, ¿has hablado con el?

Negué con la cabeza, entrecerró los ojos.

—¿Y qué esperas?—Me encogí de hombros—. Tan expresivo como siempre.

Suspire resignado, pensé que seguiría burlándose de mi pero en vez de eso, una idea se le vino a la mente, era obvio, sus ojos brillaban con astucia cuando se le ocurría algo.

—¿Qué tan bien se te da la música?— preguntó con una sonrisa quisquillosa.

Lo mire confundido, pero él sonreía de oreja a oreja.

—No lo se, supongo que se algo de guitarra.

Sonrió más (si es que eso era posible) y comenzó a avanzar a los dormitorios, nos había tocado en diferentes habitaciones lamentablemente pero eso no le impedía a Louis pasar todo su tiempo en mi habitación.