capitulo 3 ♡

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Narra Taylor

Me quedo esperando un rato en la plaza para que mis padres vinieran a buscarme.

Natalia acababa de entrar al hotel a la arrastra de su madre.

Se que si vamos a intentar algo, su madre nos iba a ser la vida imposible ¿será mejor resignarme? ¿Podre vivir sin ella?

Si tuviera  dieciocho años, me escaparía con ella sin pensarlo dos veces. Pero no, solo tengo trece años.

-¿y Natalia?- preguntan mis padres, una vez que llegan a mi lado

-se fue hace un momento- respondo

-¿y se fue así nomas ?- pregunta mi mamá

-la vinieron a buscar, y se fue- contesto

-oh! Esta bien, vamos a casa mañana tienes que levantarte temprano para ir a la escuela- dice mi mamá

-¡oh no! La escuela- digo con una mueca en la cara

-no no nada de muecas, tienes que estudiar para hacer alguien en la vida en el futuro

Y aquí empezaban las típicas charlas de mi mamá respecto a mi futuro. Sus discursos me los sabía de mejoría,  no se cual era la idea de repetirlas todos los días.

Pero al fin y al cabo igual terminaba escuchándola, y opinar sobre lo que me decía.

Cuando llegamos a casa, subo a mi habitación y hago la mochila para mañana. A veces me aburria ir al colegio, debido a que tenía que levantarme temprano. Era de esos chicos promedio, no me iba ni bien ni mal.

Me dirijo al baño y me lavo los dientes, era un poco tarde, así que solo decidí dormir.

***

Despierto atrasado, salgo corriendo de la cama al baño para ducharme. Esto me pasa porque la cama estaba muy comoda y calentita.

Me visto como puedo después de salir del baño. Tengo los zapatos desabrochado y la corbata suelta.

Tenía que llegar temprano porque la profesora Alison, mi profesora jefe, era todo un ogro en las mañanas. Y si llegaba tarde no me dejaba entrar durante toda su hora de clases.

Tomo mi mochila, que menos mal había arreglado las cosas ayer. Salgo de mi habitación y bajo las escaleras muy rápido, como si tuviera nitro.

Mi mamá estaba en la cocina preparándome el  desayuno como todas las mañanas, pero desgraciadamente no podre probarlo ya que estoy atrasado.

Tomo una manzana de la nevera y le doy un beso en la mejilla a mi mamá.

-voy atrasado- le aviso rápidamente

-¿no alcanzaras a desayunar?- pregunta

-no- respondo ya en la puerta- adios te quiero

-yo igual- fue lo último que alcanzo a escuchar, comienzo a correr a la escuela, no quedaba ni cerca ni lejos.

Cuando llego no había nadie afuera, eso comprobaba que había llegado atrasado.

Pero de todas formas entro y me dirijo a mi clase, con la esperanza de que la profesora Alison me dejara entrar.

Cuando llego a la sala número 14, toco la puerta, estaba nervioso pero estaba cruzando los dedos para que la suerte estuviera de mi lado.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora