capitulo 15 ♡

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Quedo mirando a Sofia por unos segundos.

Pongo en marcha el auto y voy a mi casa.

El sabor dulce de sus besos aun lo sentía en la mia. Lo que pasó hoy siempre lo voy a recordar aunque me pegue en la cabeza y todos los recuerdos de mi memoria se borren.

El viaje casa se me hizo bastante corto, suponía que mis padres aún no habían llegado debido a que las luces de mi casa estaban como los había dejado.

Estaciono el auto, apago el motor y me dirijo a mi casa.

Una vez dentro me dirijo a la cocina, necesitaba tomar algo así que saco del refrigerador una cerveza.

Me siento en la pequeña isla, saco del bolsillo de mi pantalón mi celular.

Lo desbloqueo y pude ver que tenía diez llamadas perdidas de Alison. La llamaría pero sinceramente no quería arruinar el día.

Así que dejo el celular a un lado. Sin mis padres la casa se sentía bastante vacía.

Miro a la habitación donde horas antes estaba llena de espuma. Mi sonrisa vuelve a salir.

Toco mi labio lentamente, tenía muchas ganas de volver a repetir el beso. Y si es necesario congelaria ese momento para que nunca acabase.

Sentía algo por Sofía, pero ¿que era?

Mi celular comienza a sonar, sacandome de mis pensamientos.

Miro la pantalla para ver quien era, salía un número desconocido.

-¿halo?- contesto.

-hijo, no vamos a poder volver- dice mi mamá del otro lado de la línea- nos quedaremos en un hotel.

-¿Donde estan?- pregunto.

- tu padre quería pasar un día conmigo- dice.

-¿Y porque ni me avisaron?- pregunto.

- lo íbamos hacer, pero no estabas- responde mi madre.

-ah bueno, entonces que lo pasen bien- contesto.

-volvemos mañana en la mañana- dice- te quiero hijo, nos vemos.

-yo igual, adios mamá- respondo.

Cuelga la línea, bien recien eran las nueve ¿que iba hacer ahora? Tengo la casa completamente para mi.

Cuando bajo de la isla, pude escuchar un ruido en la puerta principal de la casa.

Comienzo a caminar cuidadosamente a la puerta, para quien este al otro lado no se de cuenta que estoy ahí.

Por el pasillo agarro un bate de beisbol. Que usaba cuando era pequeño.

Cuando llego a la puerta, miro por la ventana que tiene en los lados. Pero no había nadie.

Que raro, estaba seguro que había oido algo.

Pero para asegurarme, abro la puerta y salgo de casa. Miro hacía todos lados, pero no había rastro de nadie.

Cuando doy la media vuelta para volver a entrar, la cara de Cris aparece al frente mio.

-¡Ah!- grito- joder, casi me matas de un infarto- digo poniendome la mano en el pecho.

-no seas exagerado- dice entrando a la casa.

-¿que haces aquí?- pregunto.

-¿que? ¿Me estas hechando?- pregunta.

-claro que no, pero tu nunca vienes a esta hora de la noche- contesto.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora