Ponyboy, Mackenzie y Johnny ya estaban en el cuarto hablando de sus cosas mientras me esperaban para llegar al cuarto.
Entré pegándole una patada ninja a la puerta, de lo que me arrepentí en el momento uno de hacerlo. Por suerte no la rompí pero del impulso había chocado contra la pared causando un ruido fuertisimo. Los tres que se encontraban en la habitación me miraban con los ojos abiertos como platos mientras yo me tapaba la boca para aguantarme la risa. Ignoré lo que acababa de hacer y agarré unas gafas de sol que había al lado mía para ponermelas. Me senté junto a Ponyboy ya que Mackenzie estaba tumbada en las piernas de Johnny, supongo que ya se lo habrían dicho.
—¿Qué tal zorritas? —dije sentadome en la cama.
—Con el corazón a mil por el puto susto que nos has pegado —respondió Mackenzie.
—¿No será por como estás con Johnny no? —dije pícara.
Mackenzie se puso Roja mientras yo me reía de ella.
Estuvimos hablando un rato hasta que me acordé de la cámara y decidí hacerle una foto a Ponyboy y a Johnny juntos. Las paredes del cuarto de Ponyboy eran de un color morado azulado o directamente azul. Se lo comenté y los chicos accedieron. Escogimos un sitio en el que la luz daba perfecta para que sus caras se vieran bien y se sentaron en la cómoda que había, así no hacía falta quitarla y poner sillas y todo eso.
Tardamos un rato en colocarlos como queriamos (Mackenzie también me ayudó) y cuando lo logramos hicimos la foto. Tuve que repetirla ya que Ponyboy había cerrado los ojos por el flash.
(La foto quedó así)
—Bien, ¿os gusta? —dije enseñandosela mientras se imprimía.
—A mí me gusta —dijo Ponyboy
—Sí, y a mi —agregó Johnny—. Bueno venga, vámonos ya, supongo que habrán descansado lo suficiente.
Todos estuvimos de acuerdo y bajamos las escaleras como animales para llegar al salón. Al entrar, busqué a Steve con la mirada y me tiré encima para que me agarrara en brazos a pesar de solo hacerlo dos segundos.
—¿Nos vamos ya? —preguntó Two-Bit.
—Vamos —contestó Dally.
Salimos de casa y Mackenzie le preguntó un momento a Ponyboy para hablar a solas, él aceptó y me quedé a solas hablando con Johnny.
—Y bueno —dije—, ¿le habéis dicho a Ponyboy lo que os corté?
Johnny se puso rojo de la vergüenza y me negó con la cabeza.
—Tengo una idea —dije por su negación—, ¿qué tal que si marcas un gol le das un beso a Kenzie? Así se lo dedicas de paso.
—No sé... Quizás es un poco.. ¿Cursi?
—¿Cursi de qué? Si un chico le hiciera eso a su novia todas estarían celosas de ella —le contesté.
—¿Y si no es mi novia? —me preguntó.
—¡¿Que no es tu novia?! —exclamé— ¡Si os estabais liando!
—Ya pero... Surgió sin querer.
—Pues en vez de un beso pídele que sea tu novia.
Johnny aceptó y justo vinieron Ponyboy y Mackenzie, los dos mayores se fueron a hablar juntos y menos mal, tenía asuntos pendientes que resolver con Ponyboy sobre una apuesta.
—¿Tienes tu apuesta o no? —me preguntó.
—Claro que sí, llevo como tres días esperando este momento —le respondí.
—Bueno, te digo el mío —comenzó—. Si marco dos o más goles... Te echo tierra en el pelo.
—Vale, pues si marcas uno o ningún gol te cortas el pelo y te lo tiñes de rubio.
—No jodas Maddie.
—¿Acaso eres un gallina? —empecé a hacer ruidos de gallina hasta que paré por la risa que tenía.
—Vale, trato hecho.
Agitamos nuestras manos sellando el Pacto que acabamos de hacer.
[...]
Llegamos al final y los equipos los dividieron así: Darry, Johnny y Sodapop en un equipo y en el otro Steve, Two-Bit, Ponyboy y Dallas.
El principio del partido no lo vi, pero sé que estuvo reñido ya que cuando Dallas marcó todo su equipo se alegró un montón. El tiempo siguió y siguió hasta que Johnny consiguió marcar otro gol. Yo estaba sentada junto a Mackenzie esperando a que Johnny se le declarara pero no hizo eso, me hizo una señal de que lo haría luego mejor.
Decidí ponerme en pie para estirarme, habían pasado como 50 minutos y no me había movido de ahí. Justo cuando me levanté, Steve le pasó el balón a Ponyboy haciendo que él marcara. Chocó los cinco con Steve y cuando vio que nadie le miraba vino corriendo hacia mí y me besó. Realmente no me lo esperaba y me quedé atónita hasta que volví a la normalidad y justo alguien llamó a Ponyboy.
—¡Eh Pony! —gritó Dallas mirandonos junto a Soda— ¡Venga que tampoco te tienes que tirar tanto tiempo besando a tu noviecita!
Los dos nos pusimos rojos y nos separamos. Cuando Dallas dijo "noviecita" Steve se giró rapidísimo y le dio tiempo a vernos. Él solo se rió (muy raro) y fue hacia Soda para decirle algo por lo que solo soltó una carcajada y llamó a Ponyboy para seguir jugando. Me senté de nuevo con Mackenzie e intenté ignorarla lo máximo posible, pero ella no iba a parar hasta que tomara la revancha.
—Que bonito lo que te ha hecho tu novio ¿eh? —dijo riéndose.
—Sí, pero ni somos novios ni nada —dije con una sonrisa tonta mirando el suelo—, además, mejor callate que gracias a mí vas a dejar de estar soltera.
—¿Qué?
—Nada, nada.
[...]
El tiempo pasó y ya era demasiado tarde. Habían quedado 5-4 ganando el equipo de Ponyboy. Steve metió uno, Dallas dos y Ponyboy uno, lo que significaba que adiós a su precioso pelo y hola al "Ken" Ponyboy.
Estábamos yendo hacia casa de los Curtis y yo iba sola hasta que Ponyboy se me acercó y me rodeó por los hombros con su brazo.
—Hey Pony —dije sonriendo
—Hey Maddie —dijo acercándose más a mí.
Nos dimos un corto beso, o un pico, y volví a mirarlo con una sonrisa, hasta que me entró una duda.
—Oye Ponyboy —dije cuando se giró hacia mí—, ¿cual es tu segundo nombre?
—Michael —dijo riendose—, Ponyboy Michael Curtis, ¿por qué?
—No sé, me ha entrado curiosidad —dije riéndome—, el segundo nombre de Steve es Jacob y el mio es Alice.
—Ahh —dijo sin mucha atención—, oye Maddie, ¿qué tal si vamos al solar un rato? Ahora va a salir el atardecer y quiero contarte una cosa.
—Claro, pero primero debemos preguntárselo a Steve y eso —dije mirándole—, ¿y si llevamos a Johnny y Kenzie?
—Por mi bien —dijo mientras seguíamos caminando.
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without stopping looking - Ponyboy Curtis Fancic
RomansaMaddison Randle, chica greaser que se comporta como soc. Ella quería mucho a su hermano y eso, pero nunca tuvieron tanto en común como para él presentarle a sus amigos hasta aquel día.