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Pedri
Menudo partido, eso es lo único en lo que puedo pensar una vez que el árbitro pita el final. Hemos ganado 4-0 contra el Cádiz y no puedo estar más orgulloso, aunque pude haberlo hecho mejor si esta semana mi cabeza no hubiese estado por las nubes provocándome que me distrajese a los dos minutos.
Y todo por culpa de esa morena gallega que no paraba de acaparar todos mis pensamientos. Alina vivía en mi mente básicamente: desde que he vuelto a Barcelona, hemos hablado todos los días, algunos por videollamada y otros por mensaje. Llegaba a tal punto que no podía irme a la cama sin desearle buenas noches y recibir su respuesta, la cual nunca faltaba. No me atreví a contárselo a Gavi, no porque hubiese tenido algo con ella (lo cual ya me lo había dejado claro que no le interesaba para nada, que ya tenia su mirada puesta en otra chica y que prácticamente la noche en que se besaron iba muy subido, aunque no me lo acabe de tragar), sino más bien porque es un bocazas, y si se lo llego a contar seré el hazmerreír del equipo, cosa que por ahora no está en mis planes.
Cuando hemos acabado de darle la mano a todos los jugadores del Cádiz nos adentramos al vestuario, no sin antes un apretón de Xavi a la entrada que casi me arranca la cabeza. Según entro me siento y me deshago de las botas, noto como Ferran se sienta al lado mía y ya puedo oler el comentario que me va a soltar. Al levantar la mirada para mirarle, una sonrisa burlona asoma por su boca mientras alza las cejas repetitivamente.
Joder, no me bastaba con Gavi para ahora tenerlo a él detrás también
— Querías algo Ferran? — le pregunté con cansancio. Prefería que lo soltase ya para poder irme a la ducha.
El nombrado ensanchó su sonrisa aún más si era posible para después agarrarme por el hombro, apretando su mano en este.
— Nada que contar Pedrito? — preguntó con una falsa inocencia
— No, a no ser que te refieras a este partido el cual me alegro un montón por el resultado — comenté sacándome las calzas y los pantalones, quedándome en calzoncillos.
— Ah no? Ni una tal morena a la cual fuiste a visitar hace poco? — volvió a preguntar arqueando una ceja. No sé para qué coño montaba tanto revuelo si ya sabía la respuesta.
Me levanté ya desnudo en dirección a la ducha para poder quitarme todo el sudor acumulado.
— Venga Pepi ! No te hagas de rogar que quiero saberlo todo — volvió Ferran haciendo un puchero con los labios.
