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ALINA ☾
Habían pasado un par de semanas desde esa sesión de fotos. La marca había lanzado la campaña por redes sociales, y puedo decir que el mundo estalló. Que una de las estrellas del Barcelona salga en una campaña de una marca no era muy extraño pero, ¿Posando con una chica? Puedo decir que media población española está deseando que me muera.
La verdad es que esto último me ha tenido bastante nerviosa. No quiero abrir Instagram por miedo a ver todo lo que me están llamando. No quiero dejarme influenciar por comentarios que hace gente detrás de una pantalla pero, sé que en el momento en el que los lea, me voy a venir abajo más rápido que un edificio derrumbándose.
Por eso he intentado mantenerme lo más ocupada posible: entre reuniones, contratos con diferentes marcas y viajes por toda Europa, no me ha dado tiempo ni de dormir más de cinco horas diarias.
Pero aún así, no lo cambiaría por nada. Las oportunidades que estoy teniendo son muy difíciles de encontrar, y si tengo que sacrificar mi sueño diario por ello, que así sea. Porque pienso en el futuro y sé que sino aprovecho el momento ahora, en unos años no tendré la misma suerte.
Ahora mismo me encuentro en Madrid, acabando unas entrevistas y unas campañas con una marca que me hace mucha ilusión: Luis Vuitton. Tengo la enorme oportunidad de ser la cara de su nueva campaña y no puedo estar más feliz.
Cuando me he enterado me he puesto a llorar de la emoción. Es un enorme orgullo poder participar en este proyecto con una marca que admiraba en los escaparates cuando era más joven, soñando con algún día poder comprarme uno de los bolsos que estaban expuestos.
La campaña saldrá el mes que viene, noviembre. Por lo que estas semanas que quedan de octubre serán todo sesiones de fotos y pruebas de vestuario. Pero por fortuna, no tengo que viajar fuera del país: una de las oficinas centrales de la marca se encuentra en Barcelona, por lo que no tendré que salir de la ciudad catalana.
Aunque eso no es por lo único que me alegro, sino también por cierto canario que no ha parado de mandarme mensajes desde la ultima vez que nos vimos.
Ambos hemos estado muy liados, él con sus entrenamientos y partidos y yo con este nuevo proyecto. Aún no se lo he contado pero sé que se alegrará por mi.
Mucho no hemos hablado estas semanas por lo ocupados que hemos estado, pero todas las noches sin falta, me manda un mensaje de buenas noches.
Tengo muchas ganas de verle, de acurrucarme entre sus brazos, de sentir sus labios besando mi cabeza, de escuchar su risa, de perderme entre sus ojos color café. Tengo ganas de él y no puedo esperar a pisar Barcelona para nuestro esperado reencuentro.
Con mi cabeza repleta de pensamientos del canario, salgo de las oficinas donde tuve la reunión y cojo un taxi que me lleva al hotel donde me hospedo.
Decido llamar a Icía, contándole la noticia la cual no duda en felicitarme y darme la enhorabuena por la oportunidad. Ella me cuenta que las prácticas le están yendo genial y le han dado la oportunidad de quedarse por más tiempo, cosa que no puede enorgullecerme aún más. Porque aunque la echo de menos, quiero que cumpla sus sueños, y si no poder verla en meses es el precio, estoy dispuesta a pagarlo.
Al acabar, me doy una ducha para relajarme y al salir me tumbo en la cama, revisando y contestando mensajes de mis padres y de mis amigas.
No tarda mucho en aparecer el mensaje del futbolista: "buenas noches Lina 🤍", el cual me provoca una sonrisa. Le respondo y decido irme a dormir porque mañana cojo el ave a Barcelona y la emoción no me la saca nadie.
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El viaje en el tren se me pasó volando. Cuando he llegado, dejé mis cosas en casa y salí a pasear por la ciudad y aprovechar el día que hacía aunque hiciese mucho frío. Desayuné en un café precioso y fui hasta la Sagrada Familia para dar una vuelta.
Pedri no sabe que estoy aquí. Se me ha hecho costumbre no avisarle cuando vengo y decido mandarle una foto mía con la Sagrada Familia de fondo, escribiéndole un "muy bonita pero la casa de Gaudí tiene mi corazón 😉💞"
Sonrió tontamente y sigo caminando, escuchando mi música y simplemente mirando a la gente pasear a mi lado. Puedo notar algunas miradas puestas en mi, sobretodo de niñas más pequeñas que yo o que aparentan mi edad, y sin poder evitarlo, me pongo las gafas de sol aunque no las necesite.
No me considero famosa ni nada por el estilo pero, me incomoda que se me queden mirando y más si sé porqué lo hacen. Ser vista con Pedri iba a desencadenar estos comportamientos pero acostumbrarse a ellos no es fácil.
Cuando ya llevo algunas horas, decido dirigirme a casa para descansar y hacerme algo de comer. Pero cuando llevo ya la mitad del camino, la bocina de un coche me sorprende, provocando que suelte una palabrota y me gire para ver al responsable de que casi me de un paro cardíaco.
Una sonrisa se instala en mi rostro mientras levanto las gafas de mi rostro para poder verle la cara al futbolista: el mini verde de Pedri se para a mi lado, dejándome ver a su conductor que lleva una sonrisa enorme en su cara.
— Así que siendo turista de nuevo — se burla de mi, apoyando un brazo en la la ventanilla que tiene bajada — y se te olvida invitarme sabiendo que soy el mejor guía de Barcelona. Muy mal Alina.
Me río de su comentario, sintiendo como la felicidad me invade al escuchar su voz de nuevo. Cuando lo vuelvo a mirar, le sonrió negando con la cabeza. Él me guiña un ojo y me hace un asentimiento con la cabeza, indicándome que me suba.
Lo cumplo, dando la vuelta y sentándome en el vehículo el cual ya tengo memorizado. Pedri sigue todos mis movimientos con sus ojos, hasta que lo miro y me sonríe.
Se acerca a mi hasta que sus labios se encuentran con los míos en un beso el cual se lo devuelvo con gusto.
— Te he echado de menos — susurro sobre su boca. El sonríe burlonamente y vuelve a besarme, pasando su mano por mi nuca para pegarme aún más a él.
— Ya sabes que yo siempre te echo de menos — me responde en el mismo tono.
Le sonrío para acto seguido darle un beso de esquimal y separarme. Pedri pone el coche en marcha y su mano encuentra su sitio encima de muslo, alternando con la palanca para el cambio de marchas.
Y así, de forma tan simple, estoy en casa. Ya tengo más que asumido que para mi, Pedri, es lo más cerca de hogar que puedo tener aquí en la capital catalana. Y por mucho que pase entre nosotros, ese sentimiento permanecerá conmigo siempre.
oh no! he regresado :) no es muy largo y tampoco pasa gran cosa pero, tenedme paciencia que quiero escribir cosas que tengan sentido y no escribir por solo actualizar el siguiente capítulo será más entretenido porque tengo previsto que Alina conozca más a fondo a los amigos de Pedri (y a lo mejor algo sobre el pasado del canario 🫣) estaré un poco desaparecida (lo sé, otra vez 😩) porque me quedan diez días y ya termino definitivamente 🥳 nos vemos prontito, gracias por ser tan pacientes y el amor que le dais a esta historia ❤️🩹
