𝟎𝟎𝟒. la primera mirada

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CAPÍTULO CUATRO

Quedaba una hora para el dichoso partido y Alina quería tirarse por la ventana del hotel

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Quedaba una hora para el dichoso partido y Alina quería tirarse por la ventana del hotel. El día anterior (sábado) se pasaron toda la mañana y parte del mediodía en la habitación ya que la señorita Icía tenia resaca y le gustaba ser una dramática.

En cambio Alina no podía sacarse de la cabeza el maldito beso, beso que poco más y acaba follándoselo en mitad de la discoteca. Y es que el chico era guapísimo, pero no tenia ni idea de cual era su nombre. Pero de algo le sonaba de haberlo visto en algún sitio. Podría preguntarle a Icía, pero sabiendo que le haría un interrogatorio y se pondría a gritar como loca, decidió quedarse callada.

Estaban a domingo, día en el que el Barcelona se enfrentaba al Valladolid a las 19:30 en el Camp Nou, e Icía estaba que se cagaba de la emoción.

— No me puedo creer que vayamos a verlos en persona — dijo con emoción Icía mientras se miraba al espejo. Alina rodó los ojos al verla alisar las arrugas de la camisa azulgrana que se había puesto con el nombre de uno de los jugadores y el número 30 — Tú no estás ansiosa Lina?

— Pues la verdad es que me podrían ofrecer mil euros y aún así no iría — respondió la morena, pero ante la mirada asesina de su amiga respondió — pero tengo curiosidad por ver el tan aclamado Barcelona

Icía cerró los ojos agarrándose el puente de su nariz con una de sus manos. Después volvió a mirarse al espejo, sonrió satisfecha y cogió su bolso para girarse mirando a su amiga

— Ya verás, acabarás amando ver un partido de fútbol en directo — guiñó un ojo a su amiga — y quien sabe, alomejor incluso te enamoras de alguno de los jugadores

Alina simplemente volvió a rodar sus ojos, cogiendo su bolso y levantándose de la cama donde estaba sentada

— Anda vamos — dijo Icía — que vamos a llegar tarde

— Tarde? Pero si aún queda una hora para el partido — exclamó Alina frunciendo el ceño

— Ya lo sé, pero no quiero chapar cola y además me gustaría coger unas palomitas de esas que te vienen con la caja del equipo — sonrió Icía tímidamente — y tenemos que sacar fotos, ya sabes la vergüenza que me da hacerlas en público. Por lo que si vamos antes no habrá tanta gente. Es más, fijo que estarán calentando, así te puedo decir quien es cada uno

Alina asintió, sabiendo que no podría decirle que no a su amiga. Pero a su vez sonrió levemente, viendo la ilusión que le hacía a Icía ver un partido en directo de su equipo favorito.

𝑬𝑵𝑪𝑯𝑨𝑵𝑻𝑬𝑫, pedri gonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora