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maratón 2/2
unos días después
ALINA ☾
Os estaréis preguntando qué hago en el aeropuerto de Barcelona. Pues bueno, tomé la decisión de sorprender a Pedri y venir a Barcelona. Lugar el que por cierto me negué en su momento a volver a pisarlo, pero cierto canario ha complicado esto.
Aunque ya haya estado en este aeropuerto, me sigue pareciendo un laberinto: no sé catalán y siempre me lleva mínimo veinte minutos para encontrar la salida (podéis llamarme tonta, lo entiendo). Al salir ya con las maletas, llamo a un taxi y voy en dirección al hotel. Le mando un mensaje a Gavi diciéndole que ya he llegado y él me responde con el emoji de la cara con los en forma de estrellas.
Y es que me puse en contacto con él hace unos días por el tema de la sorpresa. Es el mejor amigo de Pedri y por ello sabe todo de la vida del canario. Le conté mi idea y me dijo que a Pedri le iba a encantar. Me dijo que sobre las 11 tenían entrenamiento y que podía acercarme hasta allí y sorprenderlo.
La verdad es que estaba muy nerviosa. Si que es cierto que él y yo nos hemos conocido durante estos días (más a fondo de lo que esperaba) y puedo decir que definitivamente estoy muy colada por él. No sé si enamorada porque es un sentimiento muy fuerte, pero Pedri hace que sienta, hace que sonría inconscientemente y que mi corazón lata con más fuerza. Es esa persona serotonina, esa persona que te proporciona la luz y la alegría que buscamos en los mínimos detalles de nuestro día a día. Pedri es mi rayo de sol en un día de tormenta y lluvia el que por nada del mundo quiero que se apague.
Y es por eso que he decidió venir hasta Barcelona. No me gustan las ciudades tan concurridas por la ansiedad social que me generan. Pero al ser su hogar, estoy decidida a darle una segunda oportunidad y poder empezar a quererla de la forma en la que yo lo quiero a él. Y que por muchos malos ratos que pueda pasar en ella, sabiendo que Pedri se encuentra por sus calles es suficiente como para enfrentarme a ello.
Una vez llego al hotel, subo a la habitación a dejar las maletas y tirarme en la cama un rato. La verdad es que no he desayunado nada y me muero de hambre, por lo que el rugido de mi estómago me obliga a levantarme del colchón y bajar a bajo a comer algo. Cojo unas piezas de melón y sandía y un panecillo en el que unto mantequilla y me siento a desayunar. Aprovecho y reviso mi calendario: este mes tengo varias sesiones fotográficas con varias marcas y no puedo estar más ilusionada. Sé la suerte que tengo con este trabajo y de poder colaborar con marcas que ni en mil años pensé que podría. La industria en la que trabajó es muy difícil y sobretodo en la sociedad en la que vivimos. Por lo que siempre me doy un golpe de realidad y doy gracias por tener las oportunidades que tengo y las gracias a la gente que me apoya y está ahí para mi.
