𝟎𝟏𝟔. besos en el portal

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CAPÍTULO DIECISÉIS
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CAPÍTULO DIECISÉIS✧・゚: *✧・゚:

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ALINA

Abro los ojos lentamente mientras me estiro en la gran cama que tiene Icía en su departamento. Me giro levemente y me impulso para incorporarme y apoyarme en las almohadas. Porque sí, Icía es de esas personas que tiene seis pares de cojines para dormir.

La luz del sol entra por la ventana porque no bajé las persianas. Me gusta despertarme con ella por lo que nunca las cierro para que entre la mayor luminosidad posible.

Bostezo levemente y paso mi mano por mi pelo a la vez que los recuerdos de ayer me invaden, haciendo que sonría como una tonta enamorada.

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Hemos llegado por fin al departamento de Icía. Pedri ha sido tan amable de acercarme al hotel y llevarme hasta aquí con su coche.

El nombrado me ayuda a sacar la maleta y me acompaña hasta el portal donde desgraciadamente nos diremos adiós. Aunque no creo que sea para siempre: aún me quedan unos días aquí en Barcelona por temas de trabajo así que si tengo suerte, puede que Pedri pueda sacar tiempo para vernos por lo menos una vez más.

Me giro, dejando la maleta contra la puerta y miro al moreno que tengo enfrente mía. Juego con las llaves que tengo en mis manos sin saber muy bien qué decir.

Las despedidas siempre se me han dado mal. No me gustan y además de que lo paso fatal, siempre acabo diciendo algo sin sentido y yéndome lo más rápido. Por lo que espero no cagarla esta vez.

— Bueno... — empiezo yo, carraspeando levemente — Gracias por traerme y gracias por todo lo de hoy. Me ha encantado y me ha hecho muy feliz Pedri.

Le sonrío y él hace lo mismo, metiendo las manos en sus bolsillos. Y nos quedamos ahí, mirándonos el uno al otro, grabando el perfil del otro en nuestras mentes por si acaso.

Al final acabo dando yo el paso, acercándome a él y abrazándolo, oliendo su aroma que me tranquiliza. El canario corresponde con la misma fuerza, acariciando con sus manos mi cintura.

— Gracias por hacerme tan feliz Pepi, no sabes lo mucho que necesitaba esto. — susurro contra su cuello, dándole un besito a este.

Lo noto tensarse y al cabo de unos segundos, darme un beso en la cabeza.

Al separarme, lo miro a sus ojos café y me acerco a darle otro beso, pero este en la mejilla. Me quedo unos segundos besando su piel para después sonreír y darme la vuelta.

𝑬𝑵𝑪𝑯𝑨𝑵𝑻𝑬𝑫, pedri gonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora