Mi sumisa 2

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Habían pasado los días desde que había masturbado a Vanessa la hija de mi amigo Pedro en mi auto, ella no salía de mis pensamientos, no dude en llamarla para que viniera a mi casa, deseaba hacerla mía, que cumpliera todos mis deseos, la cité para que fuera en la tarde mientras me preparaba para una tarde llena de placer, en mi mente rondaban muchas ideas pervertidas, que tendría que ponerlas en práctica cuando ella estuviera en mi presencia, mi deseo por ella había crecido mucho desde la última vez que había podido acariciar su cuerpo, ella me respondió rápidamente, estaba decidida a ocultar su romance con ese chico que la había besado y manoseado en la casa de mi amigo Pedro.
Llego a la hora acordada para nuestra cita, ella vestía un vestido juvenil de una sola pieza, bastante corto para hacer muy llamativos sus muslos, resaltaban con solo caminar, ese vestido le quedaba perfecto a la forma de su cuerpo, que al caminar emanaba una sensualidad que me embriagaba completamente.
—Recuerda que, si vine a tu casa, solo es para que guardes silencio y no le cuentes a mi papá lo que viste ese día, si lo haces te complaceré en lo que quieras.
—Así me gusta Vanessa, muy complaciente, lo prometo no le diré nada a tu padre si cumples mis deseos, no faltara a mi palabra, protegeré tu secreto si satisfaces mis deseos completamente.
—Bueno, no perdamos tiempo, que quieres que haga para complacerte—me dijo con una voz que denotaba mucha sensualidad.
—Quiero que vayas a esa mesa—le señale con mi mano derecha la mesa que se encontraba en el centro de mi sala.
Ella me obedeció mientras me miraba de forma curiosa.
—Date la vuelta, quiero que te inclines sobre la mesa y te subas el vestido.
—¿Qué ideas pervertidas tienes en tu mente? —me preguntó mientras obedecía lo que le había dicho.
En unos segundos lo sabrás—le respondí mientras me acercaba por detrás.
La vista con su vestido subido era muy excitante, tenía puestos unos pantys rosas de encaje que se encondían bajo la forma firme de sus nalgas que destacaban por encima de las otras partes de su cuerpo, no dude en darle una nalgada, sentí su piel enrojecerse ante mi movimiento, le di varias nalgadas seguidas para luego acariciar el área castigada por las palmas de mis manos.
—¿Disfrutas tocarme? —me preguntó.
—Me encanta hacerlo, tus nalgas son tan firme que es una delicia sentir tu piel—mi dedo resbalo para acariciarla en medio de su panty.
Mi caricia logro sobresaltarla, volvía a sentir su caliente vagina que se encontraba debajo de la fina tela, mis dedos se movían lento, presionando suavemente, sintiendo como su humedad crecía en su sexo, ella se apoyó en la mesa mientras mi dedo recorría completamente su vagina, masajeando suavemente esa delicada parte que deseaba probar con mi boca.
—Quítate el vestido, date la vuelta y siéntate en la mesa.
Mientras ella me obedecía camine a buscar algo que tenía pensando usar esa tarde.
—Abre las piernas, quiero verte muy bien.
Me obedeció mirándome fijamente, no pude evitar bajar la mirada a ese punto que quería volver blanco de mis perversiones.
—Eres tan pervertido, prácticamente me estas comiendo con tu mirada—me dijo de una manera tan sensual.
Le mostré lo que tenía en mi mano, el sonido del vibrador que encendía la turbo.
—Comerte, devorarte, tantas cosas quiero hacerte, te quiero completamente para mi esta tarde.
Use el vibrador para acariciar su cuello, bajar lentamente a sus pechos por encima de su sostén, me dedique a acariciar sus pechos a la altura de sus pezones, mire sus labios y no pude evitar besarla mientras la acariciaba con el vibrador, baje al vibrador hacia su abdomen, no me detuve mucho tiempo en ese lugar, acaricie con el vibrador el interior de sus muslos, subiendo lentamente hacia el centro de su panty, al acariciarlo presione con el vibrador, ella separo sus labios de los míos para emitir un leve gemido, volvía presionar mientras realizaba movimientos circulares sobre la delgada tela de su ropa interior, su humedad iba en aumento lo cual era evidente con solo bajar la mirada.
Volví a besarla con intensidad, mis labios rápidamente pasaron a su cuello, bajando hacia sus pechos, los libere del sostén para besarlos con intensidad y deseo, los llenaba de besos, mi lengua acariciaba las puntas de sus pezones con deseo, mi mano volvió a dirigir el vibrador a su entrepierna, presionando la punta justo en su entrada vaginal, aumentando la velocidad de su vibración, la escuchaba gemir más seguido lo que causaba que mi excitación aumentara, moví la tela de su panty a un lado para colocar la cabeza del vibrador justo en su entrada vaginal, que sintiera como vibraba mientras presionaba levemente, comencé a succionar sus pechos con intensidad mientras dejaba que el vibrador se hundiera lentamente en su mojado interior, el vibrador comenzaba a penetrarla, mientras succionaba fuertemente dejando rojos sus pezones, empuje fuertemente para hundirlo completamente en su interior, arrancando un fuerte quejido de placer de sus labios, movía mi mano para que el vibrador entrara y saliera de su vagina, me concentre en seguir succionando sus pechos mientras aumentaba la velocidad del vibrador, que se empapaba de los abundantes jugos vaginales de Vanessa que emanaban de su vagina, lo empuje al fondo mientras me alejaba, me empecé a desnudar, deseaba penetrarla.
Me acerque para retirar el vibrador que estaba completamente empapado de sus jugos, sin darle tiempo de descansar la penetre con mi pene en su lugar, tomándola de las nalgas firmemente la atraje contra mi cuerpo mientras me hundía completamente en su caliente interior, mis embestidas eran rápidas e intensas, escuchaba el ruido que causaba la mesa al moverse con cada penetración que realizaba, la besaba metiendo mi lengua dentro de su boca, buscando iniciar una batalla con la lengua de Vanessa que me demostraba el deseo que sentía, sentía sus uñas hundirse en mi espalda al sentir mis fuertes embestidas, mantuve el ritmo, nuestros cuerpos comenzaban a sudar, sentía mi cuerpo caliente del deseo que sentía por ella, disfrutaba cada penetración en su ardiente interior.
Baje mis besos para atrapar sus pezones con los labios, seguía entrando en su caliente interior, mis embestidas eran fuerte y profundas, mi boca viajaba de sus pechos a sus labios, embriagándose con el delicioso sabor de su boca, Vanessa rodeaba con sus piernas mi cintura, atrapándome en ese vaivén de deseo que demostraba nuestras ganas, sus uñas hundiéndose en mi espalda con cada embestida, nuestros cuerpos sudorosos ardiendo al ritmo de nuestras sensaciones, disfrutando cada movimiento con intensidad, mire sus ojos y se notaba que estaba disfrutando tanto como yo de ese momento de placer, estábamos entregados al placer, solo queríamos disfrutar el momento, el calor de su interior me mantenía tan excitado que mi cuerpo vibraba al penetrarla.
Me salí de su interior para bajarla de la mesa, le di la vuelta para que se apoyara en la mesa, sujete fuertemente sus caderas mientras le abría las piernas, guie mi miembro a su entrada nuevamente desde esa posición, empuje suavemente para entrar de nuevo en su cálido interior, acerque su cuerpo para besar su cuello y moverme lentamente con firmeza, empujaba para entrar y salir, sentía el calor de su cuerpo, sus nalgas firmes chocaban con mi pubis, era una sensación placentera penetrarla desde esta posición, mis embestidas eran más profundas, podía sentir sus paredes vaginales sujetando mi pene firmemente, use mis manos para tomar sus pechos, mis dedos empezaron a juguetear con sus pezones, halándolos mientras mantenía el ritmo de mis penetraciones.
Mi boca tomo uno de los lóbulos de su oreja, pase mi lengua notando como causaba escalofríos en su cuerpo, le susurre lo que sentía en ese momento, todo el placer que estaba sintiendo al penetrar su caliente cuerpo, mis palabras encendieron su cuerpo, podía sentirlo en su interior, escucharlo en sus gemidos, me deje llevar aumentando el ritmo de sus embestidas causando que mi pene disfrutara todas esas sensaciones producto del aumento de mi velocidad, la lujuria me dominaba, no quería que esto terminara, quería poseerla una y otra vez de todas las formas posibles, la tome del cuello para inclinarla contra la mesa, con su cuerpo acostado sobre la mesa mis embestidas se hicieron muy duras, la tome del cabello mientras mantenía mi ritmo, ella me miro con una mirada que me demostraba cuanto disfrutaba nuestro encuentro,
Desde esta posición podía entrar tan profundo en su interior, no me detuve, quería disfrutar cada centímetro de su interior, por eso empujaba profundamente para sentir ese calor que me enloquecía, ese roce tan delicioso que me hacía perder control de mi cuerpo, ella también se movía al ritmo de mis embestidas, sus caderas se movían en forma circular exprimiendo mi placer, estaba disfrutando tanto que sentí como mis sensaciones placenteras aumentaban considerablemente, mi cuerpo estaba tan caliente, tan sensible que todo era tan intenso, desde mi pene comenzó esa oleada de placer que se extendía por mi cuerpo, su cliente interior empezó a contraerse, se aferraba a mi pene como un guante, tanta fricción comenzó a vencer mi resistencia, sentía como mi semen empezaba a subir por mi pene, oleadas de placer antes de la salida inminente, fuertes contracciones mientras terminaba de expulsar mi semen me hicieron temblar.
Sus movimientos me llevaron al cielo mientras tenía mi orgasmo, descanse unos segundos sobre su espalda mientras recuperaba mi aliento, le bese el cuello por última vez mientras salía de su interior para vestirme, había disfrutado esa tarde, Vanessa era una chica deliciosa que planeaba disfrutar más seguido si ella estaba dispuesta a complacerme.

El libro de las perversiones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora