Prologo

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¿No lo encuentras extraño? Lo único que compartimos es el apellido







°*•Ω•* °』







Jaider no lo terminaba de comprender. Él había perdido, le arrebataron su libertad, destrozaron su cuerpo hasta límites inhumanos, pero ese pequeño bastardo, ese miserable doncel que se había atrevido a humillarle y mancillar el apellido familiar, todavía seguía enseñándole los colmillos... la mirada de Bavilo continuaba siendo desafiante.

Las cadenas mantenían sus brazos estirados en forma de X, tirando dolorosamente de sus articulaciones, con unos grilletes lastimando tanto sus muñecas al punto de que, de estas, corrían múltiples hilos de sangre que recorrían sus musculosos brazos. Las túnicas blancas con las que había sido vestido presentaban muchas manchas de sangre, provenientes de su espalda expuesta, la cual casi ya no poseía piel debido a la inmensa cantidad de heridas recientes que tenía. La habitación estaba inundada con el delicado aroma del príncipe... un campo de duraznos luego de la caída de la lluvia...un aroma muy peculiar y demasiado delicioso, incluso Jaider había tenido que medicarse para que el aroma de su propio hijo no lo llevase a hacer algo imperdonable.   

  — Te sigues esforzando en vano, a pesar de que has escupido en mi cara innumerables veces, todavía eres mi hijo, cede de una maldita vez y ahórrate el sufrimiento.

Bavilo se mantuvo en silencio, sosteniéndole la mirada, gemas amatista mirándose con un infinito rencor... entonces el príncipe le escupió. Una mezcla asquerosa de saliva, moco y sangre cayó justo en el pecho del emperador, casi a la altura de su corazón, ensuciando su pulcro y caro traje. Jaider respiro profundamente con una burbujeante rabia contenida.

  — De esta forma no te ayudas en nada, ni a ti, ni a él — pronuncio con especial malicia, generando que el muchacho gruñera enseñándole los colmillos al alfa supremo de esas tierras. — Antes nunca me hubieras enseñado los colmillos... tsk Finalmente permitiste que esos criminales te corrompieran.

  — Es hilarante, es muy hilarante y me encanta —una amplia sonrisa se formó en los labios del príncipe —todavía te sientes un macho alfa intocable y poderoso, pero no te has dado cuenta que, lentamente, perdiste toda la autoridad sobre tu propio imperio y sobre todos tus omegas... pa-te-ti-co

¡PLAF!

La mano del emperador ardía, pero no más que la mejilla del joven príncipe, pues la bofetada que su progenitor le había asestado seguramente pondría morada su mejilla, pero a él no parecía dolerle, pues la sonrisa de Bavilo solo se ensancho más, brindándole una expresión un tanto retorcida, con un hilo de sangre corriendo por la comisura de su labio.

  — No hay caso contigo, desde que llegaste a este mundo supe que solo traerías desgracia a la familia y al imperio, pero aún así fui necio e incluso te llegue a considerar un candidato al trono...

  — Tu asqueroso trono me vale mierda —lo interrumpió de golpe, viendo a su padre como si lo hubiera insultado al hablarle del trono — y además, tu no podrías reconocer a alguien digno aunque el mismismo dios fundador bajase y te lo dijera directamente.

  — ¿Y tú sí? —dejó escapar una pequeña risa —rodeado de todos esos criminales, peleando con más de ellos, metiéndote en las crisis de reinos que no te incumben...¿tú reconocerías a alguien digno? No me hagas reír.

  — Tienen más nobleza, honor y dignidad de la que tú podrías llegar a desear tener alguna vez —. Las risas de Jaider desaparecieron.

No cambiaria, ni siquiera por él mismo, su hijo se había deshonrado así mismo, y, a pesar de tener la mínima oportunidad para remediarlo, él insistía en el camino difícil...era una verdadera lástima.

  — Esta es la última vez que vengo a hablar contigo — Bavilo murmuro un "Gracias a Dios" que Jaider ignoro intencionalmente — debiste aceptar dócilmente lo que te correspondía...al igual que todos... si sigues con esa actitud, solo te espera una vida de infierno del que no puedes escapar y del que nadie te sacará, porque tus amiguitos no vendrán a rescatarte.

Bavilo se quedo en un silencio absoluto, donde solo se escuchaba su agitada respiración. El príncipe cerro los ojos un segundo y se dedico a escuchar, al abrirlos, le dedico una sonrisa de pena a su progenitor.

  — Casi, casi, siento algo de pena por ti —admitió con burla. — Mi sugerencia para ti: refuerza todo y moviliza a tus tropas... aunque no duraran mucho.

  — ¿Acaso finalmente enloqueciste, doncel? — Bavilo ni siquiera reacciono al oír que su padre usaba su género como un insulto.

  — Te lo había dicho antes, cuando amenazaste su vida.

Mientras padre e hijo tenían esa charla tan personal luego de tanto tiempo separados, en el medio de la gran plaza de Arbezela, la presencia de ciertas infames figuras estaba causando revuelo. La figura líder, portadora de un llamativo sombrero de paja, inundado por la ira, destrozo la gran estatura dedicada al dios sol del imperio, Astotelia.

Provocar a mi familia no es una buena idea...padre.


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Ni siquiera yo me creo que me puse a hacer esta combinación, pero me ha gustado bastante y creo que puede ser bueno. Ojalá a ustedes les haya gustado también.

Este lo voy a escribir despacito, pues todavía debo pulir cositas antes del primer capítulo. 


We Are Family... Las Joyas de la Princesa x One PieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora