11. Dime Si Sientes Lo Mismo

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" QUE MIS VACÍOS DÍAS SON LLENADOS POR TUS BESOS"

" QUE MIS VACÍOS DÍAS SON LLENADOS POR TUS BESOS"

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📅 MÁS TARDE

La Villa Olímpica no estaba muy lejos de la playa donde había tenido lugar la fiesta. Era un paseo de casi veinte minutos que a los futbolistas les apetecía dar. Sobre todo, porque así bajaban todo el alcohol que habían ingerido esa noche. La luna aún seguía encima de ellos, iluminando sus pasos por las calles de Daytona.

Pedri iba hablando por teléfono con su mujer, Naira, mientras Gavi iba delante charlando animadamente con algunos de sus compañeros de selección que los acompañaban. Nico y Sara caminaban juntos uno al lado del otro. El gallego giró su cabeza para mirarla, para ver como las luces de la noche se reflejaban en su pelo. Se armó de valor y cogió su mano izquierda para entrelazarla con la suya. Ella se quedó un poco sorprendida al sentir el contacto de sus dedos con los suyos, pero le sonrío en respuesta y apretó su mano mientras caminaba. Lo que no pudo evitar, fue un pequeño bostezo que salió de su boca. Le pidió perdón al chico, medio riéndose.

- ¿Estás cansada Sara? –le preguntó él sintiendo que los latidos de su corazón se desbocaban cada vez que ella lo miraba. ¿Cómo podía sentir tanto por ella en tan poco tiempo?

- Un poco. Mañana tenemos entrenamiento a las 10.00 y me cuesta un poco dormir -le confesó encogiendo sus hombros con gesto cansado. 

- Pues en el avión te quedaste frita –le dijo él recordándole ese momento que ambos vivieron hacía solo unos días. 

- Eso es porque tenía una almohada muy blandita –le soltó ella emitiendo después, una gran carcajada.

- Eso no te lo discuto.

- No sabía que Pedri estaba casado -le hizo saber ella, mirando como el jugador canario reía con lo que fuera que le estuviera contando su mujer.

- Pues serás de las únicas. Fue un escandalazo. Imagínate, 18 años y casado. Y en las circunstancias en las que se produjo su matrimonio. Pasaron por mucho para estar juntos, pero, ambos están muy enamorados. Y ella es increíble -le contó Nico afianzando aún más, su agarre sobre ella. 

- No me imagino con 18 y casada...bueno, ni a mis 20 años tampoco -le dijo ella medio riéndose. 

- Bueno, supongo que cuando encuentras a esa persona que amas, y sientes que quieres pasar el resto de tu vida con ella...la edad no importa -Nico fijó su mirada en Sara mirando con una intensidad que a ella le hizo sentir un pequeño escalofrío. 

Nico notó que a Sara le brillaban los ojos cuando él le hablaba. Y su voz era tan dulce que al  chico le costaba mantenerle la mirada de los nervios. Se quedaron en silencio unos segundos. Con la mirada se lo decían todo. Nico levantó su mano y la llevó hasta sus labios besando la palma de ella. Sara sintió esos labios en su piel y se le cortó la respiración.

El último latido/Nico GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora