" Y QUE JAMÁS ABANDONARÉ EL ABRIGO DE TU CUERPO"
📅️ AL DÍA SIGUIENTE
La mañana en la que la selección femenina de fútbol disputaría su primer partido, amaneció soleada y despejada. Esperaban que eso fuera el preludio de la victoria del partido de esa tarde contra Marruecos, un duro rival. Sara miraba por la ventana el discurrir de los atletas por la Villa Olímpica. Vivir este ambiente, todas estas sensaciones, era lo mejor que le había pasado en la vida. Algo que jamás olvidaría.
Terry aún estaba en la ducha cuando tocaron a la puerta de la habitación que ambas compartían, con insistencia. Fue a abrir terminando de recogerse el pelo en una coleta baja. El corazón le dio un vuelvo y una agradable sonrisa se instaló en su cara al ver a su visitante. Nico. Recién levantado y aún con los ojos hinchados de dormir.
Ayer no lo vio en todo el día. Después de desayunar, trasladaron a las jugadoras en un autocar hacia uno de los campos de entrenamiento, algo alejadas de la Villa Olímpica. Al regresar, para la hora de comer, lo hicieron en otra sede, descansaron en sus habitaciones, y ya, por la tarde, tuvieron charla técnica y un par de actos promocionales. Por la tarde las llevaron a la Universidad de Florida, donde les estuvieron enseñando las instalaciones, e incluso, cenaron allí. Para cuando volvieron a la Villa, eran más de las doce de la noche.
-Buenos días, neni -le dijo él saludándola de esa forma que a Sara le alteraba todo su cuerpo.
- Buenos días, Nicolás -ella se mojó los labios y abrió un poco la puerta para que él entrara. Nico sólo avanzó un par de pasos dentro de su habitación.
- Te he traído esto -el gallego le tendió una camiseta roja de la selección. Sara la cogió emocionada. Llevaba el 11 en la espalda. El mismo número que ella.
- Yo también uso el 11 -Sara le dio la vuelta a la camiseta y vio su nombre detrás, N. GONZÁLEZ. Algo que la emocionó, pues era cierto que deseaba ponerse la prenda perteneciente al jugador.
- Eso es el destino, Sara.
Ambos no podían apartar su mirada de la del otro. Otra vez esa sensación, la de que no existía nadie a su alrededor. La rubia mordió sus labios emitiendo un pequeño suspiro. Nico se acercó muy despacio. Alzó una de sus manos y puso un mechón de su pelo detrás de su oreja mientras ella contenía el aliento por su cercanía. Sara miró sus ojos marrones tan perdida en ellos como en el dueño de esa mirada que la hacía temblar de arriba a abajo.
- ¿A qué hora jugáis? ¿A las 18.00 al final? -le preguntó Nico sin poder apartar su mirada de los suyos. Parecía como si lo llamaran a probarlos de una vez, y eso era lo que deseaba.
- Eso es -le contestó ella sin moverse ni un centímetro de delante de él. Ella también miraba sus labios y pensaba como sería besarlos. Como sería perderse en ellos una y otra vez.
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El último latido/Nico González
FanfictionCuando Nico vió a Sara por primera vez sintió eso que llaman el primer amor. Ese que te enseña a amar, pero también a sufrir. Unieron sus almas desde la primera mirada. Se amaron con cada latido de su corazón. Crearon su pequeño mundo a miles de k...