13. Bajo La Luz De La Luna

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" PORQUE JAMÁS SENTIRÁS OTRO AMOR MÁS BUSCADO"

" PORQUE JAMÁS SENTIRÁS OTRO AMOR MÁS BUSCADO"

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📅 MÁS TARDE

Acabaron en una explanada con césped cerca de la piscina de la residencia. Al final estaban cerca de 15 personas, pues también se les había unido Adriana, una taekwondista y Ginés, un chico que hacía escalada. Al final, se mezclaron entre ellos tirándose los globos indiscriminadamente. Las risas y el cachondeo lo tenían asegurado, y más de uno estaba ya mojado de arriba a abajo.

Gavi y Sara se encargaron de llenar los globos mientras los demás se repartían por la explanada. La malagueña se fijó en el sevillano. No paraba de mirar a Noelia descaradamente y ya sin ningún tipo de disimulo. 

- ¿Qué me miras Sarita? -le preguntó Gavi dándose cuenta de que la malagueña no le quitaba ojo- a ver si me voy a pensar que te gusto yo en vez de otro que yo me sé

- ¡Eres tonto! -le dijo ella golpeando su hombro.

- Estás babeando, Martín -le dijo Sara llamando su atención.

- Cualquiera no babea con ella -el sevillano le dio un buen repaso a Noelia. Ella sintió su mirada y se dio la vuelta para encontrarse con los ojos del jugador barcelonés que la miraban con deseo.

- Pequeño Gavira -le dijo Noelia riéndose- me estás comiendo con los ojos, chaval.

- ¡Eso es lo que tú quisieras, que yo te comiera! -le respondió el otro con prepotencia. La portera caminó los pocos pasos que le separaban del chico y les ayudó a llevar los globos.

- ¿Sabes qué? que voy a dejar que lo hagas -Noelia se llevó uno de los cubos guiñándole el ojo al sevillano, el cual se puso como un tomate. Se dio la vuelta y Sara lo miró reprimiendo una carcajada.

- Te vas a quemar como sigas así Martín -le dijo Sara revolviendo su pelo.

- Eso es lo que quiero, que ella me queme -le respondió él con sinceridad.

Estuvieron jugando un buen rato pasándose los globos, o dejándolos caer accidentalmente. Lo que se trataba era, de divertirse, y lo estaban consiguiendo. Nico se acercó a Sara con uno de los "globos" en la mano. Llevaban toda la noche buscándose, pero aún no habían conseguido acercarse lo suficiente el uno al otro.

- ¡Para, Nico! -le dijo ella riéndose mientras ponía sus manos delante para que él no se acercara más.

- Estás demasiado seca, Sarita -le contestó él con una sonrisa burlona.

- ¡Porfi! -siguió suplicando ella.

El gallego la miró y pensó que era la chica más bonita que había visto en su vida. Con su pelo rizado medio mojado, las mejillas sonrosadas y la camiseta medio mojada, a la cual le había hecho un nudo y se le veía un trozo de estómago. Nico se acercó más a ella y le lanzó el globo dándole de lleno en las piernas. El agua le salpicó todo el cuerpo y ella gritó al sentir la humedad mojar sus pantalones. Alzó sus ojos mirando al gallego y se lanzó detrás de él persiguiéndolo por la explanada. Nico corrió al principio más deprisa, pero, se dejó atrapar por ella, que era lo que quería. Sara acabó subida encima de su espalda. Pero Nico no dejaba de moverse y sin saber como, acabaron los dos en el suelo.

El último latido/Nico GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora