Vera estaba compartiendo una cena con la familia de su futuro marido y entre el postre y las bebidas, la velada se había extendido hasta la madrugada. Fue en medio del relato de una anécdota vergonzosa que sintió el celular sonando. Se trataba de Pía, por lo que se disculpó y salió afuera para hablar con ella.
—Es Renan, no sabemos que tiene, estuvo gritando hasta quedarse sin voz, ahora mismo ya no grita pero está tiritando como si tuviera frío y no es consciente del lugar en el que está y tampoco parece vernos a Jacinto o a mí. Es como si estuviera en otro lugar.
— ¿Llamaste a la ambulancia del pueblo? Quizás ellos puedan entender mejor que le sucede o inclusive traerlo a la ciudad. —explicó su amiga
—No puedo hacer eso. Héctor me dijo que en lo posible mantuviera a las autoridades fuera de esto.
— ¿Y Héctor? Llévalo al hospital y que lo trate de nuevo.
—No puedo, terminamos mal la última vez —dijo Pía con resignación en su tono —. Y no quiero deberle nada. Además de que no quiero correr riesgos de nuevo.
— ¿Qué sugieres entonces? —preguntó Vera
— ¿Puedes venir con Martín? Sé que ambos están con los preparativos del compromiso, pero no se me ocurrió a otra persona que sea de confianza y que pueda observar que le sucede.
—No lo sé Pía, no me gusta que Martín vaya al pueblo —dijo Vera con inquietud
—Sólo sería por esta vez, te lo prometo, no te pediría algo así sino fuera grave. Me asustó muchísimo encontrarlo tan mal.
—De acuerdo, tranquila, ¿sí?, déjame preguntarle a Martín y te aviso.
Vera cortó la llamada y respiró hondo. Se giró para ver por la ventana la escena que se desarrollaba adentro de la casa. Sonrió al ver a Martín brindando con sus familiares. La velada había estado bastante bien a pesar de la ausencia de su suegra. Sin embargo, la llamada de Pía había cambiado su estado de ánimo. Sabía que una parte de ella no quería llevar a su prometido a La Alameda. Esa pequeña parte de sí que se niega a volver para atrás, o enfrentar su pasado, es la misma que no quiere que Martín se vea en ningún sentido relacionado a su vida antes de él.
Pero al mismo tiempo, existía otra parte, una más fuerte, a la que no podía darle la espalda. Esa parte era la que consideraba a Pía una hermana. Después de todo por lo que había pasado junto a ella no podía dejarla a la deriva. No después de la muerte de Diana, y menos aun teniendo presente los últimos mensajes de Jacinto.
—Amor, ¿qué pasó? ¿Pía tiene problemas de nuevo? —Martín se acercó y la abrazó
—Más o menos, necesita que la ayudemos con algo.
—Lo que sea por la hermanita de mi futura esposa. —respondió él sincero
Ella lo abrazó más fuerte y lo besó, siempre supo que él era especial. Por eso el día en que lo conoció no pudo despegar sus ojos de él.
[...]
Al día siguiente, Jacinto preparaba el desayuno mientras escuchaba el ruido de un auto al acercarse. Pía le había dicho que Vera vendría con Martín y que debía esperarlos bien temprano. Este hecho no habría sido ningún problema para alguien acostumbrado a levantarse antes de que el sol salga, pero la noche que había pasado al lado de Renan no le había permitido descansar.
En aquel momento, los ojos de Jacinto estaban enrojecidos por la falta de sueño. Pero de todas formas, preparo todo sin problemas en la mesa para esperar a sus invitados.
—Ya llegaron —comunicó Pía que había estado al lado de Renan durante las últimas horas.
Jacinto asintió y salió con Pía a recibir a Vera quien era víctima de los saltos de un entusiasmado ovejero.
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La elección de Renan #ONC2023
FantasyHistoria Finalista del ONC2023 🏆 Género: Fantasía, romance -+-+-+- Sinopsis: Uno de los príncipes de Norvía ha desaparecido, el reino no puede explicarse cómo lo hizo sin dejar rastro o esencia alguno. Su hermano, el heredero, no titubea al escapa...