Capítulo 2

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7 años después

Su respiración era irregular, su cuerpo oscilaba de un lado al otro debido a los movimientos involuntarios de sus brazos colgados. No sabía cuánto tiempo lo habían dejado así. Colgado de ambos pies, con su cabeza hacia abajo. Antes de irse, sus captores le habían dado una buena paliza, podía sentir la hinchazón en su rostro y la sangre que goteaba del costado de su cabeza. Su nariz no la sentía del todo bien, lo más probable era que se la hubieran roto. Estaba asustado, podía notar que en cualquier momento volverían para dar el golpe de gracia y eso sería todo.

Tenía miedo, no sabía cómo escapar y cada pensamiento que venía a su mente rozaba entre el delirio y la confusión. Se preguntaba cómo llegó hasta ese lugar, qué hizo para merecer algo así y por qué nadie acudía en su ayuda. Este último era el que más le dolía. ¿Por qué nadie intentaba ayudarlo? Se suponía que siempre estaría protegido, que contaba con el apoyo de sus seres queridos. Pero sus esperanzas de ser rescatado morían con cada visita de sus captores.

Repentinamente escuchó la puerta abrirse, por su vista periférica notó que se trataba de su captor más violento. Un llanto comenzó a escucharse y comenzó de nuevo a intentar desatarse de donde estaba. Comenzó a escuchar las risas de siempre, y se le escapó un sollozo mientras suplicaba que se detuviera. Como tantas otras veces, su tortura no se detuvo, y pronto sintió los golpes en su cuerpo.

Grito una y otra vez, hasta que alcanzó a ver el conocido símbolo que colgaba de su cuello. No era la primera vez que veía ese talismán. Pero el hecho de verlo solo significaba una cosa.

Sintió el dolor de siempre, una punzada aguda en el pecho que causo que se sacudiera de forma violenta. Gotas carmesí comenzaron a caer mientras los ojos del joven se cerraban para siempre.

— ¡Nooooooo! —se escuchó un grito infantil lleno de terror—. ¡No por favor!

—Hermano tranquilo sh sh... tranquilo, estas soñando, estas soñando.

Dos voces infantiles rompieron el silencio de la noche y pronto llegaron el rey y la reina de Norvía. Una escena que se repetía noche tras noche se llevaba a cabo. El heredero del reino lloraba desconsolado sobre los brazos de su hermano y ambos padres iban a contenerlo y a tranquilizarlo.

—Ya mi niño, no llores más. Estas a salvo. —repetía la reina con lágrimas de cansancio e impotencia en sus ojos. Mientras lo abrazaba y lo arrullaba. Observó a su otro niño con gesto agradecido y lo acercó a sus brazos.

El rey sacudió la cabeza con gesto furioso y salió de la habitación. Desde que su hijo mayor nació pesadillas terribles lo atormentaban. Las primeras noches que se despertaba llorando parecían normales para tratarse de un recién nacido. Pero luego de un tiempo comenzaron a preocuparse, nadie entendía por qué el heredero sufría tanto durante las noches.

El rey y la reina recurrieron a las parteras, a los curanderos licántropos y a los brujos aliados pero el único que consiguió algo fue Kalek. El príncipe lograba dormir durante todas las noches, a excepción de una por cada mes.

El rey y la reina hicieron lo imposible para mantener en secreto lo que pasaba con su familia. Pero como suele suceder, los secretos del reino siempre llegan a los oídos que prestan atención.

—Volvió a ocurrir, el rey salió de la habitación enfurecido —le dijo una mujer rechoncha con ropa de sirvienta a otra que estaba oculta tras una capa.

—Seguro fue a ver a Kalek, pero es inútil. Nadie podrá brindarle una solución.

—Es nuestro momento, debemos actuar ahora. Soy testigo de que el príncipe se vuelve cada día más y más débil. El momento de atacar es ahora. Tenemos a un rey distraído por la situación con su hijo, a una reina deprimida que llora por los rincones y a un hermano que es débil de cuerpo y mente. Nadie en la familia real será capaz de hacernos frente.

—No debemos confiarnos, si bien por ahora nosotras controlamos lo que sucede, no debemos bajar la guardia. Daliane sugiere que debemos permanecer ocultas aún.

La sirvienta volteo los ojos con gesto cansado e irritado

—Además... —agregó la figura encapuchada— No debes pecar de ingenua, la reina no llegó hasta donde está por ser una cara bonita. No harás nada hasta que tengamos la reunión con Deliane. ¿Entendido?

La mujer asintió y se marchó al castillo para seguir representando su papel. Lo que no sabía es que de haber elegido otro camino podría haber seguido con vida. Esa noche, la reina le demostró su verdadera cara, una que había mantenido oculta tras sus rizos color caoba. Ella también había estado interpretando un papel y solo era cuestión de tiempo para revelarla a los traidores. 

La elección de Renan #ONC2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora