Sudor frio escurría por la frente del menor, temblando y respirando agitadamente empezando a balbucear y estremecerse. Estaba teniendo una pesadilla, algo no tan extraño en el pelinegro, pues su personalidad le hacía temerle a muchas cosas, y desde que era niño ese tipo de sueños lo afligían de vez en cuando. Y ahora con todo lo que le había estado pasando, era de esperarse que volviesen las pesadillas y un poco más fuertes.
- Oye ¡Oye! Despierta. - Sintió como recibía un golpe en la mejilla no tan fuerte como para lastimarle pero si para que volviera a la realidad.
Despertando sin reaccionar a lo que pasaba y con lágrimas en los ojos abrazó a la persona que lo había despertado, no tenía conciencia de lo que hacía, sólo quería sentirse a salvo y su hermana era la que solía reconfortarle luego de un mal sueño.
Cuando finalmente se calmó, abrió muy grande sus ojos, apartándose del contrario, quien se había dejado abrazar, pero quedando inmóvil sin responder al contacto.
- Yo...yo lo siento, es..es que tuve una pesadilla. - Disculpó quitándose las lágrimas que sobraban de su rostro mientras se sonrojaba.
-Como sea, ya es tiempo de irnos. - Dijo el mayor levantándose del suelo ágilmente.
Barcode se maldijo internamente por su acto tan infantil y patético. Suspiró para levantarse e ir desperezándose, colocándose, al mismo tiempo, su par de gafas que milagrosamente no se habían dañado en todo ese tiempo, y que aún portaba con él, cuidándolas con su vida ya que sin éstas estaría perdido.
Otro día en aquella verdadera pesadilla.
Diez minutos después, ambos ya se encontraban dentro del auto y en marcha hacia un lugar desconocido para Tinnasit. Tenía la mente en blanco, simplemente observando el paisaje.
Hora tras hora el camino era cada vez menos, ninguno de los dos decía absolutamente nada.
En ningún momento Barcode durmió de nuevo, siendo acompañante del piloto quien seguía con el rostro levemente fruncido. El menor de vez en cuando observaba el rostro contrario de reojo. No quería admitirlo, pero el hombre era alguien atractivo, cosa que lo perturbó un poco al estar analizándolo de esa forma al saber que se trataba de un criminal.
El auto, después de algunos minutos más, fue desacelerando hasta completamente detenido.
- Ya llegamos.- Dijo el mayor bajando del auto, haciendo que el pelinegro reaccionase.
Barcode suspiró pesadamente antes de bajar y dirigirse hacia una casa de lo más acogedora a simple vista.
-Jeff, vaya vaya, cuanto tiempo. - Un hombre de edad considerable, los recibió en la entrada de la vivienda.
"¿Jeff? Ese es su nombre" Pensaba Tinnasit al finalmente hallar la respuesta a una de sus múltiples incógnitas. El nombrado sin inmutarse pasó al interior de la morada, seguido por el menor con la cabeza gacha.
El ambiente era relajado, y se podía oler el café recién hecho. Mientras pasaban a la sala, escucharon un par de maullidos acercándose, hasta que pudieron visualizar a una mata de pelos café dirigirse hacia ellos.
El animalito rápidamente fue a por el más joven quien se sorprendió y dejándose se agachó para acariciarle.
- Le agradas. Mucho gusto soy Korn Theerapanyakul, pero puedes decirme Korn.- Saludó el gentil hombre.
Levantándose un poco, Barcode tímido sonrió amablemente al señor.-Soy Tinnasit Isarapongporn.-
- ¿Está arriba lo que te pedí?- Interrumpió el tal Jeff.
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Adicto a ti | JeffBarcode
FanficUn temido mercenario y un simple estudiante. El destino a veces juega muy sucio. Esta es una obra originial de @JLBCLS.