Capítulo 31

1.5K 171 19
                                    

Jeff salió de la habitación tan deprisa como pudo.

"Soy un imbécil ¿Por qué lo hice?" Ni siquiera sabía porqué se estaba lamentando sobre una de sus decisiones, y más sobre una que consideraba tan insignificante como el de tener sexo.

Debería sentirse aliviado, pero no lo estaba. Algo andaba mal y eso lo sabía muy bien.

"Ya deja de pensar en eso, mañana se te olvidará." Pensó perdiéndose entre las calles de aquella ciudad. Había cosas más importantes sobre que pensar.

Era consciente que no fue nada amable con el menor incluso sabiendo que era su primera vez, provocándole una sensación de culpa.

"No debes preocuparte por el mocoso, no hiciste nada que él no quiso."



Barcode se encontraba dándose una segunda ducha en un mismo día. Después de haber tomado una pastilla para menguar el dolor en sus caderas el efecto poco a poco iba surtiendo efecto. La lluvia superficial recorría todo su cuerpo, sintiendo un ligero consuelo.

"Soy un estúpido." Se regañaba mentalmente el pelinegro, mientras lavaba todo su cuerpo. Incluso aun podía seguir sintiendo las caricias y mordidas que le había proporcionado el mercenario. Un estremecimiento recorrió su cuerpo.

"Deja de pensar en eso. Incluso él lo dijo, no debo pensar en tonterías."

¿Ahora como debía actuar cuando estuviese Jeff presente?

Sabía que cuando el mercenario regresara no le traería un ramo de rosas ni le pediría matrimonio, eso estaba más que claro.

"Supongo que debo actuar normal, como siempre lo he hecho." Sabía que se mentía a sí mismo, después de lo que pasó ya no podría estar como si nada hubiese pasado.

En ocasiones por parte de sus compañeros de universidad, escuchaba que eso era muy normal, tener encuentros casuales sin sentimientos ni nada de por medio ¿Pero por qué sentía que aquello estaba mal?

Barcode fue crecido en un ambiente amoroso y comprensivo. Tanto sus padres como su hermana eran uno de sus motivos principales para superarse en la vida. La relación de sus padres no era perfecta, sin embargo se notaba a kilómetros el amor, respeto y adoración que sentían por el contrario. En algún punto de su corta vida, Barcode imaginaba poder encontrar a esa persona con la cual quisiera pasar el resto de su vida, tal y como lo habían hecho sus padres. Sabía que sonaba anticuado y hasta infantil pero él estaba esperando a que llegase la persona indicada para poder tener su primera vez en todos los aspectos. No era algo de lo cual reflexionase cada día ni nada por el estilo, incluso casi nunca pensaba en querer encontrar a esa persona especial, o estar deseoso de sentir el verdadero amor. Simplemente lo dejaba fluir sabiendo que en algún momento llegaría el posible amor de su vida.

Pero ahora todo lo que en algún momento pensó e imaginó se había esfumado como una simple brisa.

Desde el momento en el que se topó con aquel mercenario, su vida se convirtió en un desastre total.

Ese hombre había entrado en su vida sin su permiso provocándole intensas e inexplicables sensaciones que hasta el momento lo mantenían en constante debate mental. Todo lo que consideraba como imposible se volvía realidad al seguir permaneciendo junto a Jeff.

Y ahora con lo ocurrido hace menos de una hora. Donde él mismo se entregó en bandeja de plata ante el mercenario. Convirtiéndose en uno más de los posibles amantes de Jeff.

Barcode no quería eso. Pero no podía hacer nada aparte de quedar callado y hacer como si nada hubiese pasado.

"Já, que irónico. Tuve sexo antes de tan siquiera tener mi primera cita."

Ya no era un niño de cinco años, ya había pasado por mucho y no se comería la cabeza pensando demasiado en un situación como esa.

"Bien, sólo tuve un desliz. ¿Eso pasa en la vida adulta, no? Es normal que los adultos tengan sexo."

Pero no con un mercenario al que no le importa nada.

"Él ha hecho varias cosas por mí. No puedo negar que no ha sido del todo malo conmigo."

Y otra vezpensando en ese hombre.

- ¡Ya! Deja de pensar en él. - Una vez completamente limpio cerró la llave de la ducha y se postró frente al sucio espejo del baño. A través del reflejo pudo verse de la cintura para arriba y lo que vio lo dejo un tanto sorprendido.

- ¿Cómo es que...- Tenían marcas esparcidas por todo su torso y cuello? Marcas rojas junto con otras que tenían dientes marcados. No eran muchas, pero se podían apreciar perfectamente en contraste con su pálida piel.

Con su mano tocó la marca más pronunciada, estaba justo en el centro de su pezón derecho.

- Ouch. - Dolía cuando la tocaba.

Estaba seguro de que cuando volviese a ver al contrario, su tonta mente repetiría la escena de ellos dos, una y otra vez. Ya no lo podría ver a los ojos.

Nunca pensó que el sexo se sentiría así, al principio estaba bastante miedoso y en ocasiones sentía cierto dolor o incomodidad ya en el acto, pero cuando el dolor pasó al placer, ahí cambió de opinión. No esperaba perder su virginidad con un hombre, pero a Barcode nunca le importó el género, así que por esa parte no se sentía del todo mal. Sólo le sorprendía haber caído específicamente por Jeff, ya que siempre estuvo reticente ante el mercenario. Si aquello hubiese pasado semanas antes estaría completamente seguro de que hubiese gritado un rotundo NO, y habría huido de la escena para no volver jamás.

Pero ahora todo era diferente.

"Seguro soy el único tonto que anda sobre pensando las cosas."

Ya no podía negarlo, sabía que sentía cosas por Jeff, sentimientos que nunca experimentó y que no sabía clasificar. Sentimientos que llevaron hasta él de algún retorcido modo.

No quería indagar mucho en ese inmenso mar desconocido, así que sólo podía asegurar que sentía ¿atracción? hacia Jeff.

Sí.

Atracción, sólo eso. ¿No?

Barcode se apoyó en el lavabo dejando caer su cabeza levemente en señal de sentirse abrumado por la situación.

Tinnasit no era mucho de hablar sus problemas con otras personas, normalmente solía quedarse todo para él mismo, sin embargo, aquello ya lo sobrepasaba.

- Necesito hablar de esto con alguien. - Susurró apartando la vista de su cuerpo magullado para comenzar a vestirse.

Salió del baño una vez listo. Y como supuso, el causante de sus actuales problemas aún no había regresado.

"Sólo fue cosa de una vez, no creo que quiera repetir lo que hicimos."

Si ya no ocurría alguna situación parecida, su tonta atracción hacia el mercenario podría seguir manteniéndose oculta. Ni siquiera quería pensar en la posible reacción que tendría éste al enterarse de que se encontraba experimentando cosas por él.

Una risa irónica brotó de los labios del pelinegro.

"Que sea lo que Buda quiera."

Adicto a ti | JeffBarcodeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora