Capítulo XVIII: Nuevas experiencias

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Lo tomó con firmeza de las muñecas y las llevó a sus costados, a la altura de sus caderas, sin lastimarlo. Veía con ternura la cara sonrojada de Shoto por su nerviosismo, su pene también optaba por unos colores más rojizos de lo habitual.

-N-no, Katsuki.- Trató de apartarlo de entre sus piernas poniendo uno de sus pies en su hombro, pero Katsuki lo esquivó sin problemas.

-¿No quieres?

-No es eso...

Miró hacia arriba y luego cerró con fuerza los ojos al ser consciente de la posición en la que estaban.

-Me da vergüenza.- Hizo amago de cerrar las piernas, pero sólo lograr apretar y acercar la cabeza de Katsuki que se hallaba entre sus piernas [secretamente, Katsuki se derritió entre ellas al sentir la excitación recorrer todo su cuerpo en un segundo].- Y-y tengo miedo.

Con dulzura sacudió la cabeza para hacerse espacio, besó larga y tendidamente los muslos que lo encerraban. Eran cálidos y apretables. Acarició con la yema de sus pulgares las muñecas sin soltarlo y le habló con cuidado. No era que él tuviera mucha experiencia, pero sabía que para Shoto todo era su primera vez, así que podía entender su nerviosismo. Como extra, Katsuki padecía de una abrumadora confianza en él mismo la mayor parte del tiempo.

-Si no quieres seguir, me detendré apenas me lo digas.

Sin esperar respuesta, se acomodó sin dejar atrás su posición y echó una rápida mirada hacia su presa. Shoto lo veía con la mirada un poco nublada sin la intención de frenarlo. Se veía un poco aturdido nada más, pero era lindo.

Sacó la lengua y dio una pequeña lamida a parte del tronco y parte del glande.

-¡Katsuki!

El cuerpo bajo él se arqueó. Probó dando otra lamida, esta vez más larga y húmeda y sintió las piernas de Shoto temblar. Supuso que se sentía bien. Lo confirmó cuando, al meter parte de su pene a la boca y buscar con los ojos a Shoto, lo encontró desecho. Era lindo lo sincero que era, era excitante. Su cuerpo siempre era honesto, para bien o para mal. Shoto se hallaba curvando la espalda con el cabello bicolor revuelto entre las sábanas del futón. Su pecho subía y bajaba con intensidad, reluciendo sus lindos pezones ahora erectos. Sus dedos seguían contraídos y parecía no saber qué hacer con su cabeza cada que Katsuki lo lamía con más fuerza.

-¡K-katsuki!

Volvió a gemir su nombre. Se dijo que haría lo posible para que ese fuera el único sonido que pudiera hacer.

Decidió ser un poco más atrevido y aventurarse. Soltó el pene de su boca y dio algunos besos por el tronco mientras bajaba.

-¿Q-qué hac-¡Mgh!

Sin dejarlo terminar de preguntar, puso en su boca uno de sus testículos, tratándolo con amabilidad.

-E-es... Demasiado... Vergonzoso... - Hablaba con dificultad.

Podía fácilmente sacarse a Katsuki con una buena patada, aunque tampoco tenía que llegar a tales extremos. Sabía que si le pedía que se detuviera lo haría, pero... Se sentía irremediablemente bien. Era extraño y alentador lo bien que se sentía estar así de vulnerable con las piernas abiertas ante Katsuki.

No pasó tanto para que terminara por correrse de una forma un tanto silenciosa. Le daba mucha vergüenza escuchar su propia voz de esa manera, así que se contuvo lo más que pudo. A Katsuki no le agradó, pero tampoco tenía razones para presionarlo, tendría toda una vida con él para enseñarle que con él no hacía falta medirse ni esconderse.

Al fin lo soltó, sonrió ligeramente burlón y satisfecho con sus habilidades, pero también feliz de que Shoto pudiera abrirse, en más de un sentido, para él. Con ese sentimiento, fue en búsqueda de su boca. Shoto hizo una ligera mueca al sentir su propio sabor en ella.

Entre los reflectores (bakutodo)Where stories live. Discover now