Capítulo XVII: Querer acercarse

278 39 48
                                    

La noche en casa de Bakugo fue mejor de lo esperado. Ambos pasaron tiempo juntos sin ser constantemente interrumpidos, tranquilos y sin tener que ir de un lado a otro.

-¿Estás seguro que no te dejas nada, mitad? Si encuentro algo, me lo quedo.- Regañó a Shoto cuando hacía su mochila por la mañana para volver a su casa.

-Te lo puedes quedar.- Respondió sencillo.

Katsuki quedó inmóvil, no se esperaba aquel ataque.

-Gracias por acogerme sin previo aviso.- Volvió a escuchar la voz de Todoroki.- Lamento las molestias.

Estaba en una pequeña reverencia hacia sus padres.

-¡Joder, no! Levántate, hijo.- Su mamá le dio un pequeño regaño.- No hace falta eso. Puedes volver cuando quieras.- Le dijo amable.

Masaru abrazó por los hombros a su esposa y agregó:

-Serás bienvenido siempre que lo necesites y siempre que lo quieras.

Shoto ofreció una discreta sonrisa como agradecimiento, no sabía qué responder.

-Déjenlo ya, viejos.

Ambos padres pusieron los ojos en blanco.

Shoto y Katsuki se encaminaron a la casa del primero, Bakugo insistió hasta el cansancio para acompañarlo.

Llegando a la casa, gran casa, de los Todoroki, Bakugo se sintió un poco intimidado. No había pensado del todo lo que implicaba ir con él hasta su casa. Por suerte, sólo estaba Fuyumi y Natsuo. A ellos ya los conocía un poco y, por lo que suponía, eran los más agradables de estar y con quienes podía mantener una conversación no rara. Enji y Touya... No lo quería imaginar.

Fuyumi le ofreció quedarse a almorzar como agradecimiento (agradecimiento disfrazado para conocer más a Bakugo), pero negó con toda la amabilidad que encontró en ese momento. Sus nervios estallarían de saber que en cualquier momento llegarían los demás.

Natsuo, apenas Shoto llegó, salió corriendo hacia él, haciendo todo tipo de preguntas. Se le notaba angustiado, pero al mismo tiempo aliviado.

-Parece que te hizo bien ir.- Comentó su hermana al irse Bakugo y sentándose a comer.

-Sí, sus padres fueron muy amables.

Natsuo hizo una mueca por la escueta respuesta. Sabía a lo que quería llegar Fuyumi y sabía lo complicado que era que Shoto entendiera una indirecta.

-¿Qué hicieron?- Volvió a hablar Fuyumi.

-Oh, comimos.

-Y...

-Conocí a sus padres.

-¡Eso ya lo sé!- Hizo un pequeño berrinche.

-Fuyumi quiere saber qué más hicieron. No pudiste haber estado comiendo toda la noche con sus papás.- Intervino Natsuo.

-Ah. Vimos la televisión.

-¿Algo más?- Enarcó una ceja su hermano.

-Hablamos de varias cosas.

Los hermanos abrieron de par en par los ojos. Shoto, como siempre, estaba neutral, pero... Había un pero. Shoto estaba ligeramente pintado de rojo en sus mejillas.

-¡Shoto!- Exclamó Fuyumi.

-¿Por qué pones esa cara?- Dijo Natsuo tratando de mal esconder su emoción.

El más pequeño de los hermanos escondió su cara detrás del tazón de arroz que comía.

-¡No te tapes, mocoso!

Entre los reflectores (bakutodo)Where stories live. Discover now