—Se lo merecía —sacudió su mano.
—Gracias —le susurré.
El no dijo nada y nos seguimos adentrado entre la multitud llena de tantas cosas, su bulla es inigualable porque son personas bullosas y alegres, demasiadas alegres diría yo.
Más adelante vimos una casa grande en el medio de tantas casas pequeñas, dándome una idea de que ahí vive quién sea que gobierne aquí.
—¿Quién vive ahí? —pregunté más tranquila al ver a pocas personas.
—Yo y ahora tú. Mientras estés aquí, por supuesto.
Comenzó a caminar hacia la entrada y me di cuenta que los demás se han quedado atrás.
—Hasta que me mates querrás decir —murmure molesta.
—Pude haberlo hecho hace mucho, pero sería desperdiciar demasiadas cosas —soltó una risita traviesa y abrió la puerta.
Creo que me arrepiento de venir con él, aunque no tenía opción. Terminamos de entrar y la casa por dentro es hermosa, típica de un pirata. Esta está llena de muchos cuadros familiares, oro por doquier, armas y espadas, es como un castillo pirata.
Y de todos los retratos familiares que hay en las paredes, hubo uno que me llamó la atención y es uno grande que está en las escaleras, donde hay un hombre pirata de pelo castaño al conjunto de una mujer pirata, que parece una princesa por su forma de vestir, con dos niños: una niña y un niño, siendo esté más grande, pero lo que me llamó la atención fue lo lindo que se ve ese cuadro familiar, refleja mucha felicidad.
Seguimos caminando y cuando terminamos de subir pude ver como un ave negra se posa en su hombro. Es un cuervo.
—Wao.. es muy.. —comencé hablar olvidado mi odio hacia él.
—¿Horrible? —completo por mí.
—¡No! —exclame sorprendida por lo que mis ojos ven—. Es hermoso y debo de admitir que superaste mis expectativas sobre ustedes —observe la lámpara colganda en el centro del techo, de figuras piratas en oro. Esto es demasiado para mí.
—No me digas. ¿Pensabas que todos seríamos personas horribles y sucias? Lamento romper su expectativa hacía nosotros —se paró en una puerta color marrón con una calavera en oro en medio de la puerta. ¿Que tiene con el oro y las calaveras? ¡Dios!—. Aquí es. Dormirás aquí —abrió la puerta y me dejo entrar—. Espero sea suficiente para la princesa mimada.
—No soy ninguna mimada, ya deja de llamarme así —lo mire mal porque ya estoy cansada de que me llame así—. Y no se preocupe, he estado en situaciones peores —rodé mis ojos y terminé de adentrarme a la habitación.
—No me digas —fingió sorpresa y me hizo mirarlo. Esta apoyado en el marco de la puerta—. Es mi habitación, espero la cuides en mi ausencia —dio por terminado el tema y comenzó a caminar.
—¿Por qué le concede su habitación a una simple mujer que pronto matará? —con curiosidad lo tome de la mano haciendo que se pare en seco.
—Porque es el único lugar en el cual no pueden entrar sin mi autorización —aclaró saliendo de mi agarré como si yo fuese una peste—. Espero descanse, mañana será un gran día.
Con eso comenzó a bajar después de dejarme libre de los grilletes, por supuesto.
Si claro, un buen día. Me concentré en la habitación, en la cual hay una cama bastante grande con el espaldar de caoba y varias gemas incrustadas en el, eso debe valer una fortuna.
Está está forrada en una manta de lana de oveja que se ve suave y te dan ganas de tirarte ahí para nunca volver a salir.
También hay una alfombra roja con bordados dorados al frente de la cama y también hay una peinadora parecida a la cama por las gemas y el color.
El pobre tiene buen gusto, debo de decirlo. También posee un escritorio con un mapa abierto en el, con una brújula ahí y al lado hay un cofre con algunas joyas y oro al igual que un mapa terráqueo.
El es muy poderoso, no hay duda..
Mi mirada cayó al ropero de madera pintado de negro con una cerradura dorada, fui allí y trate de abrirlo, pero esta cerrado así que me fui y me tiré en la cama a mirar el techo.
Este es puntiagudo y hay un infinito mar donde hay un navío militar negro, con la misma bandera negra del barco en donde vine. En ese océano se encuentra una isla que supuse es donde estamos, y arriba del mar se extiende una noche estrellada con una luna dorada en lo alto.
Verlo desde aquí refleja tranquilidad, y no debo ser una pirata para recibir esa calma.
Me quedé ahí a contemplarlo hasta que alguien entro después de tocar y escuchar un pase de mi parte.
—El capitán dijo que seguramente tendrías hambre, así que traje esto para ti.
—Gracias —lo tome cuando lo depósito en mis manos.
Ella me dio una sonrisa y se fue. Es una chica hermosa a pesar de tener ratas con algunos adornos y su vestimenta pirata. Su belleza es inigualable, una belleza que nunca creí ver en una mujer pirata, y no me mal entiendan.
Comencé a comer sentada en la cama pensando en lo que él me ha dicho en el barco, si mi padre tiene el poder de entrega ese cofre en un día. ¿Por qué no lo hizo y me salvó? Eso es muy confuso.
Terminé y puse la bandeja en el escritorio y me quedé allí sin saber que hacer o decir, hasta que comencé a caer rendida en el sueño porque mi cuerpo sigue débil..
💀💀💀
Unos toques me sacaron de mi tarea de descifrar el paradero de un tesoro que al parecer él está buscando, fue difícil hasta para mí inteligencia, pero lo logré.
Mire hacía la puerta y la chica de anoche está adentro de la habitación otra vez.
—Disculpa mi falta de modales, mi nombre es Annette, pero puedes llamarme Anny. ¿El tuyo?
—¿A eso te envío tu capitán? —le pregunté normal, pero la pregunta pareció apenarla.
—Lo siento. Vine a traerte su recado de qué en la tarde tienen una reunión con el consejo pirata —eso me puso alerta.
No quiero bajar sin bañarme aunque vayan a matarme y no quiero decírselo, me hace sentir incómoda porque no es mi ambiente.
—Esta bien, supongo que bajaré.. más tarde.
—¿Que sucede? ¿Te sientes mal? —preguntó curiosa, y yo solo esquive su mirada—. ¿Puedo ayudarle en algo?
—Yo.. necesito algo, pero..
—Pero..
—Me da vergüenza decirlo —solté de repente.
—¿Y que es tan vergonzoso?
—Es.. es.. ¡Necesito un baño! —me tape la cara—. Necesito bañarme.
—Oh.. —Fue lo único que dijo por unos minutos—. Hay un lago que solemos usar para bañarnos muchas veces, si desea la puedo llevar allí o puedo prepararselo aquí.
—¿Queda muy lejos? —la mire curiosa porque en mi vida había ido a poco lagos.
—No, está cerca. Vamos —me dio una sonrisa, pero no sé si es bueno salir con ella cuando el no está, además, aún no me acostumbro a estas personas y me dan miedo—. Tranquila, no te pasará nada conmigo, soy como Ed.. digo, como el capitan, nada te pasará.
—Bueno..
Salimos. Las calles estan más llenas que la otra vez y hay más personas porque ahora no solo hay hombres y mujeres ebrios, sino que también niños por doquier y viven una vida común y feliz, como cualquier persona normal.
Vi como las personas saludan bullosa y amablemente a Anny y ella le responde el saludo. ¿Y yo? Pues yo solo voy cohibida en mi lugar, aunque debo admitir que la ropa que el me dio me sirvió para pasar desapercibida como una de ellos, eso creo.
Doblamos por un mercado con todo tipo de cosas comerciantes.
—Este es el mercado, compramos lo que necesitamos aquí —me dio una sonrisa mientras llega a un tipo de cerca.
—Entiendo.
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PRINCESA INGLESA. (Completa).
FantasyUn barco. Piratas. Tesoros. Una princesa. Un reino. Algo inevitable, ¿Que podrá ser?