13) Igual que sus ojos.

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Se quedó a dormir conmigo, pero al abrir mis ojos ya no estaba aquí.

Mi mente rápidamente me llevo al beso que tuvimos anoche y las declaraciones que hubieron, haciendo que me sea imposible no sonrojarme.

Me cambié y trate de peinar mi larga cabellera, dejándola suelta en ondas sobre mi espalda y decidí bajar para desayunar.

Al estar en la cocina me sorprendió mucho verlo ahí, porque siempre sale a estas horas de la mañana. El por su lado miró cada uno de mis movimientos mientras come uvas con una lentitud mortificadora.

—Buenos días —me senté frente a él.

—¡Buenos días! —Annette me dio un mini abrazo, después de poner un plato en la mesa y él.. él solo me mira, poniéndome nerviosa.

—No llevas la máscara. ¿Por qué? —tome una manzana verde y lo mire intrigada.

—No tiene caso. Ya me has visto la cara.

Apoyo su cabeza en la palma de su mano y me miró con intensidad, como si quiere saber algo de mí, o como si quiere que diga algo, no se.

Pensé un rato en que responder o decir, mientras le doy una mordida a mi manzana bajo su atenta mirada.

—¿Y si no te hubiese visto?¿Cuando tendría el privilegio de verte? —eso hizo que se forme una sonrisa torcida en sus labios.

—Cuando ya no tuviera la necesidad de usarla —tomó otra uva y se la comió. Su respuesta no la entendí hasta que Anny se puso roja como un volcán y le dio con la paila de madera en la cabeza—. ¡Caray! —se quejó y yo enrojecí.

—¡Para la próxima ve hablar de tus.. de tus cosa lejos de mi presencia!

—¡Dios!

Es un buen momento para desaparecer. ¿Como puede decir algo así con tanta calma?

El desayuno continuó un poco incómodo, después de aquella respuesta hasta que mi madre salvo el día.

—Necesito hablar contigo, hija.

Yo miré desde ella hasta Edgar, quién solo se limitó a ignorarme. ¡Genial! No se cómo entenderlo.

Tome otra manzana, está vez roja y salí con ella al pueblo. Ninguna de las dos hablo palabra al salir de la casa y se lo agradezco porque solo quiero caminar en silencio.

Ella se paró en el mercado a ver un vestido que le llamo la atención y yo solo la seguí hasta la pequeña tienda de una señora en su cincuenta.

—Esta hermoso —exclamó como una niña chiquita—. ¿No te gusta, Gemma? Estoy segura que te queda.

—No, no creo que sea mi estilo —negué rápidamente.

—¡Oh vamos! —se puso un poco triste—. No tienes tantas opciones de ropa, creo que te vendrá bien algo nuevo. ¿No crees? —me dio una sonrisa por lo que lo considere.

—Esta bien.

—¡Si! —le dio la cara a la vendedora—. Quiero este vestido, y éste, éste y éste otro..

Comenzó a escoger ropa sin un mañana y yo a mirar cada uno de ellos. Son lindos y la verdad tiene buen gusto, aunque no son los tipos de vestidos que "usaría" la princesa real.

Son en colores muy neutros y vibrantes, las faldas no son esponjosas como las de los vestidos que solía usar y es entendible, porque aquí hasta las mujeres son piratas, por lo que es necesario ropas desahogadas que les permitan moverse en caso de una batalla.

Mi madre escogió un vestido que me llamó mucho la atención, pero volvió a ponerlo en su lugar. Es azul y por alguna tonta razón me acordé de los profundos y penetrantes ojos azules de Edgar.

El vestido es sencillo en si, su corset tiene los pases adelante y en la cintura un cinturón que aguarda el final del pase y el comienzo de la falda. Por la forma tan sencilla supe que no me dejará sin aire como lo que acostumbro a usar.

La falda de este tiene un corte en la pierna derecha que comienza en el muslo y no tiene diseño alguno ni mucho menos bordados, pero es hermoso en si.

—Vamos —mi madre me saco de la ensoñación del vestido.

Al ver que no tiene pensado comprarlo lo hice yo.

—Quiero ese vestido —señale el vestido. La señora lo vio y fue por el.

—Vaya, pensé que no querías comprar ninguno —me miró divertida, mi madre.

—Es un vestido único en su clase —añadió la dueña, para después entregármelo.

—¿En serio? ¿Por qué? —indague curiosa, tome una camisa transparente negra y unas mallas por igual.

—Si, es muy poco común el azul aquí. Dicen que representa la abundancia del Océano, por eso es poco común —respondió.

La mire curiosa porque es una historia que necesito que él me explique, ya que es confusa.

—Es interesante.. —susurre pensativa—. ¿Cuanto es?

—Cuatro doblones de oro —me dio una sonrisa y me acordé de que no traigo conmigo dinero.

—Este.. su capitán lo pagará cuando esté por aquí —le guiñe un ojo. Ella se sorprendió y luego sonrío con complicidad—. Estoy segura que le pagará el doble.

Salí de la tienda y encontré a mi madre en otra tienda, comprando tela. Me acerque a ella y le topé por el hombro.

—¿De que querías hablarme?

—¡Oh, cierto! —soltó todo lo que tenía para arrastrame entre la multitud.

—¿A donde vamos? —interrogué cuando vamos caminando sin rumbo o eso creía yo.

—A mi casa —la seguí sin pretextos.

A pesar de que la isla es pequeña, a comparación de los grandes países, la población que aquí hay es numerosa, es una Isla hermosa y rica en muchas cosas que no son literalmente comestibles.

Cruzamos del otro lado de la isla, donde las casas son más grandes y limpias que las demás casas, donde creo que aquí viven los de clase alta. ¿No?

Llegamos a una casa de una planta, muy bonita y retirada de las demás, tiene un jardín delantero muy bonito y es único porque no había visto casas con alguno.

Es hermosa en si, si dejamos de lado la cerca de está que esta cercada y en cada barrote hay un cráneo humano.

Un poco más atrás de ella se alza una construcción un poco deteriorada, que parece un templo sagrado griego y a pesar de estar casi en ruinas se ve hermoso.

Entramos a la casa y me permití observar. Es una casa sencilla sin muchos adornos para una pirata, pero linda que es lo que cuenta.

—Este es mi humilde hogar —me dio una sonrisa y me indicó que tome asiento.

—Es bonito.

—¿Si? —preguntó sorprendida y yo asistí—. Wao, gracias. Yo misma la construí —ahora la sorprendida soy yo.

—Wao, nunca me lo imaginé.

—Lo se —suspiró—. Tengo algo muy importante que enseñarte. Es sobre el templo y necesito que lo veas con tus propios ojos.

PRINCESA INGLESA. (Completa).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora