16) Operación cofre.

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—Gracias por salvarme.

—Si no lo hacía no me lo perdonaría.

Me ayudo a pararme y me cargó como a una princesa mientras yo lo miro fijamente en todo el camino.

Bienmente el pudo dejarme morir porque eso no le afectaría a un pirata, pero que se arriesgue por mí no tiene precio.

Entramos a la casa de mi madre y el me depósito en el mueble antes de salir de mi vista. Mi tobillo duele como mil agujas sin dejar de lado el dolor punzante de mi sien.

El regreso después de un tiempo con vendas, hierbas medicinales y comenzó a desinfectar mi sien para luego vendarla.

También me ayudo con el dolor de mi tobillo, el cual está torcido, poniéndolo en su lugar para después ponerme una venda con hierbas.

—Tienes que descansar un rato. Lo necesitas.

Se paró y se recogió el cabello en un intento de una mini cola para después salir del lugar. Yo por mi lado me puse a mirar el techo mientras la medicina hace su trabajo para poder pararme.

💀💀💀

—Saldremos en unas horas, no podemos permitir que la isla desaparezca.

—Tienes razón, pero estas pensando con la cabeza caliente. Debes de calmarte primero.

—No hay tiempo para pensar con ella fría.

Yo solo veo a Edgar y a mi madre discutir sobre el plan de ir a buscar el cofre, al mismo tiempo que Annette me hace unas ratas como las suyas.

Mi madre quiere que salgamos al amanecer para llegar en la noche a la otra dimensión y el quiere salir en la noche para llegar en el día.

Y si me preguntan quién tiene mayor razón le diría que mi madre, así será más fácil interceptar el reino, pero el está nervioso con la simple idea de que todos mueran, por eso quiere ir lo más rápido posible.

—Edgar —me observó por un rato, le pedí que se acerque y lo hizo—. Mi madre tiene razón, de noche será más fácil interceptar el Reino, de día corremos el riesgo de ser visto y el puede planear un plan rápidamente para proteger el cofre, después de todo es mi padre y un buen estratega —él me miró fijamente y luego suspiro frustrado.

—Ustedes ganan, pero eso no quiere decir que tú irás —sentenció firmé en su decisión. Lo mire indignada.

—No puedes impedirme eso, puedo tomar mis propias decisiones.

—¿Ah sí? —sonrió con superioridad—. Ya lo veremos.

¡Lo odio! ¿Como se atreve?

El salió con mi madre de la habitación y yo me quede maquinando un plan de escape, porque conociéndolo puede que me dejen encerrada en la habitación, pero nadie detiene a Gemma Spencer, no señor, yo ire porque ire.

Es un deber y si puedo ayudar no lo dudaré ni un segundo.

—¡Listo! —Annette exclamó feliz y rápidamente me pare para ir a verme.

—Ya no aguantaba tanto tiempo sentada —me pare en el espejo de la peinadora y me sorprendí—. Wao, eres una artista. Están bellas, gracias —me di vuelta para darle un abrazo fuerte.

—No hay de que —soltó una risita.

Las ratas estan hechas de mi mismo cabello rojo y tienen adornos dorados con azules por todas ellas, una hermosura.

Entonces algo pico..

Aún no se que relación hay entre ella y Edgar, la verdad nunca lo supe. Ella no parece ser una sirvienta porque no lleva ese tipo de ropa, sino que viste como una chica de alta clase, además que anda y entra por la casa como dueña y señora al igual que el.

—¿Puedo pedirte un favor? —tome sus manos entre las mías mientras nos sentamos en la cama.

—Claro, si puedo ayudarte lo haré.

—Se que Edgar planea dejarme encerrada en alguna habitación con el propósito de que no vaya con ellos y para eso necesito de tu ayuda —ella me miro sin entender—. Necesito que robes la llave y me abras la puerta cuando eso suceda, se que también irás por eso te pido que me ayudes a subir a la embarcación sin ser vista.

—No puedo hacer eso. ¡Edgar se va a enfadar muchísimo! —exclamó asustada—. No me gustaría hacerlo enojar.

—Tranquila, yo pagaré el castigo que te ponga si llega a darse cuenta de que me ayudaste.

—Trato —estrecho su mano con la mía rápidamente.

—Oye.. —la curiosidad pudo más que yo—. Edgar y tú.. ¿Que son? —la sorpresa es evidente en su rostro; sin embargo, se echó a reír segundos después.

—No estaras pensado eso, ¿O si? —me miró divertida y yo me removí incómoda—. ¿El no te lo dijo?

—No te lo estaría preguntando.

—Cierto —asintió apenada—. El y yo somos hermanos —me dio una sonrisa débil— Mis padres murieron una vez en alta mar y desde entonces somos el y yo, pero no le gusta hablar de ello.

—Oh, yo lo siento, no quise..

—Descuida, no es algo que me duela..

Nos quedamos hablado hasta que la mandaron a buscar y me di cuenta de muchas cosas sobre ellos y sus antepasados, ella también se dio cuenta de mi vida y me siento bien porque tenía mucho que no hablaba con alguien así, hace mucho.

Cosa que me hizo extrañar incontrolablemente las charlas divertidas con Federico, extraño a mi amigo y también a Leila, a pesar de que siempre hubo una línea de dama y princesa entre nosotras, aún así también la echo de menos. No la puedo odiar simplemente por un error suyo, sería muy irracional.

La tarde paso y las personas siguen muy inquietas porque al amanecer zarparán a otra dimensión, sin embargo, Edgar no vino en todo el día porque se quedó a practicar el plan de inicio y el de emergencia por si ocurre una novedad.

Se que habrá que rehacerlo de nuevo cuando vean mi llegada porque sin duda llegaré con Dios mediante, pero no me importa que lo hagan de nuevo, después de todo será por su falta de compasión a no dejarme querer ir.

Llegó la noche y tampoco ha llegado, no ha cenado ni ha venido a dormir a casa y no se porque llevo tanto su vida pendiente, pero me preocupa lo que están haciendo y eso me tiene sin pegar un ojo en toda la noche, sino que me he quedado a mirar por la ventana hacía en pueblo.

Hasta que la puerta se abrió y mi mirada fue hasta allí, me imaginé qué sería Anny, pero no, es él que viene entrando.

—¿Esperándome despierta? Me halagas —se desordenó el cabello y se acercó un poco a donde estoy sentada.

—Solo no puedo dormir, no te sientas tan importante —me pare y me acerque más a él, tengo que hacer que me deje ir por voluntad propia a como de lugar.

—Ambos sabemos que lo soy —el término de cortar la distancia entre nosotros tomándome por la cintura.

—No creo —solté una risita y trate de salir de su agarre, pero este se intensificó.

—Claro —susurró irónico antes de besarme.

Mis manos rápidamente se colaron en sus hebras, y las suyas se ajustaron más en mi cintura como si eso fuese posible.

El beso comenzó tierno, pero eso se fue por el caño cuando hale un poco de su cabello para profundizar el beso con la idea de conseguir convencerlo. Se que lo va a considerar o eso creía porque el rompió el beso y me mira fijamente poniéndome nerviosa. ¿Se habrá dado cuenta de mi intención? No creo.

—Tienes todo el poder de destruirme..

Mi corazón se aceleró cuando dijo aquello con su vista fija en mí, pero no me dio tiempo de responder porque rápidamente tomo mis labios entre los suyos con ímpetu mientras desliza su mano por el corset y empieza aflojarlo, muy despacio.

PRINCESA INGLESA. (Completa).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora