Epílogo.

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—Ed..

Su llamado quedó inconcluso cuando cerró la puerta nuevamente para esquivar una botella de ron.

—No vuelvas.. ¡Desaparece! —exclame con dolor y volví y tiré otra botella contra la puerta, está vez llena.

Ella pareció hacerme caso y se fue.

Van tres meses. ¡Tres Benditos meses y no despierta!

Curarla fue una tarea difícil, pero por lo menos esta en coma, aunque eso no me tranquiliza del todo porque puede morirse y eso es lo que me esta destrozado de a poco.

La puerta se abrió de golpe y por ella entraron Marissa y Annette, por sus caras supe que aún no ha despertado así que me pare y comencé a salir.

—Edgar —la voz autoritaria de Marissa me detuvo—. Refugiarte en tu habitación bebiendo si tener conciencia de cuántos has bebido no la traerá de vuelta —mi cara se contrajo a escucharla.

—Ya lo se, Marissa..

—Si lo sabes. ¿Esta bien que cuando despierte te vea en esas condiciones? —señaló mi horrible aspecto. Yo no dije nada—. Soy su madre y a mi también me duele verla postrada ahí, así que no me vengas a tratar de decir que solo a ti te duele lo que está pasando, porque no es así..

»Todos estamos dolidos, pero no por eso estamos bebiendo hasta parecer unos casi muertos sin signos vitales —me miró bastante enojada. Bien, está en su derecho.

—Edgar —Anny llamo mi atención. La pobre está asustada—. Ella movió un dedo, es una señal. ¿No?

—¿Lo.. hizo? —flaquee un poco, que manera de comenzar una mañana. Ella asintió—. Lamento lo anterior..

Y con eso salí rumbo al lago, necesito despejar mi mente un poco..

Voy muy metido en mi mundo todo el camino y es que no quiero ver las caras de lastima de los demás porque para nadie es un secreto que mi prometida está en un coma indescifrable.

Si solamente ella.., si solamente me hubiese hecho caso quizás las cosas hubiesen sido diferentes, pero no la puedo juzgar porque yo hubiese hecho lo mismo si pudiera.

Patee las piedras del lago una vez estuve allí y entre sin molestarme en quitarme mis pertenecías y me sumergí en las profundas aguas.

La extraño muchísimo y eso duele. Duele verla postrada en una cama sin ninguna mejoría. Duele querer volver a ver sus hermosos ojos marrones mirarme. Duele no poder verla sonrojarse con mi cercanía. Duele no poder besarla y tocarla, y Duele más aún no poder acariciar su ahora corta cabellera y verla disfrutar de mis caricias. Duele, duele, duele y no se va el dolor..

Sentí como mi cuerpo fue tirado hacia la superficie y comencé a toser como un desquiciado, se me ha olvidado que estaba en el agua.

—¡¿Acaso estás loco?! —la cachetada que me dio no me la vi venir—. ¡Si te mueres!¿Que le diremos? —esta asustada, frustrada y preocupada.

—No me iba a morir.. —quite su cuerpo del medio con un empujón, el cual cayó en el agua.

—¡Oye! —se quejó cuando salió del agua.

—Anny, Hermanita querida —le di una sonrisa forzada—, Hazme un favor y vete a chillar a otro lado, tu voz.. —hice movimientos con mi mano cerca de mi oído—, Tu voz ya me está dando dolor de cabeza.

—¡Es que no entiendes, ella despertó! —eso hizo que me pare en seco. ¿Acaso esta jugando conmigo?—. Pidió verte, fue lo primero que dijo..

No la dejé terminar de hablar y comence a correr con dirección a la mansión. ¡Dios! Por fin volveré a verla despierta que no se cómo sentirme en éstos momentos.

PRINCESA INGLESA. (Completa).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora