Par De Idiotas (Kyu-Hae-Min-Hyuk)

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Esta tarde, una en apariencia como cualquier otra, dos chicos sostienen una lucha sin tregua. Ninguno está dispuesto a perder, porque no está en juego solo un simple juego de vídeo, sino algo mucho, mucho más valioso ¿Cómo llegaron hasta esta situación absurda? fácil, es porque son los dos idiotas más grandes de SúperJunior. Pero como todo buen idiota, son los únicos que no se dan cuenta de este hecho.


Uno de  ellos es el maknae del grupo, que piensa que debido a eso y a su auto-proclamada inteligencia, puede hacer lo que él quiera y salirse siempre con la suya, cosa que hay que admitir, la mayoría de las veces sucede así.


El otro es, en apariencia la otra cara de la moneda, siempre haciéndose el payaso y riendo como pez sin oxígeno, haciendo o diciendo estupideces, aparentando ser el idiota tierno, logrando sin mayor esfuerzo y utilizando su cara de niño bonito, todo lo quiere.


Como todos saben el aburrimiento puede ser fatal en la gente ociosa, llevarlos a hacer cualquier cosa, sin detenerse a pensar en las consecuencias de sus actos, si a esto le sumamos la idiotez natural de estos dos, el resultado es lo que los llevó a este enfrentamiento sin cuartel, se preguntaran ¿Qué es lo que está en juego?


Lo que está en juego ¿Cómo les digo? bueno... son los novios de este par, así es, los novios, él que gane tendrá al novio del otro. Todo empezó unos días atrás, este par se encontraban al igual que hoy, jugando videojuegos, pero se aburrían, querían un juego más emocionante, querían que él ganador tuviera una recompensa real, algo por lo que valiera la pena ganar, y que el perdedor sintiera el dolor de perder algo importante, algo real.


Así fue como, creyéndose cada uno mejor jugador que el otro y si a esto le sumamos su natural idiotez, un orgullo exagerado y demasiado auto confianza: el resultado seria, está loca tarde de videojuegos, donde han jugado más de cinco horas entre gritos, maldiciones y uno que otro empujón.


En fin el juego ya terminó, pero ¿Quién es el ganador? y ¿Quién es el perdedor?, un chico salta de alegría y se burla de manera majadera de su contrincante, que se encuentra pálido y sin asimilar todavía el resultado del juego, estos dos lo han conseguido, tal vez no sean tan idiotas como creí, porque sin duda uno de ellos sabe muy bien cómo se siente ser un ganador de verdad y él otro sabe en carne propia el sabor amargo de la derrota.


"No puede ser... no puede ser... ¿Cómo pude perder?" Lo conozco tan bien, que estoy seguro que es lo único que se repite en su hueca cabeza, no puede creer que el chico pez pudo ganarle, la verdad es que me da un poco de risa la situación, pero ¿porque perdió? Yo tengo mi propia teoría y es que; fue pura suerte, creo que las probabilidades eran de un cincuenta/cincuenta, porque cuando juntamos a dos idiotas del mismo nivel, cualquiera podría ser el resultado.


Así fue como llegaron al momento más esperado por él ganador y el más temido por él perdedor, el momento de reclamar el premio, también el momento donde yo me vuelvo él protagonista de esta historia, ¿quieren saber por qué? Simplemente, porque yo soy el premio.


Durante el juego o parte del juego me encuentro viendo televisión, por mera casualidad con él novio inocente del flamante ganador, debo aclarar que yo hasta aquí también soy inocente. Cuando entraron en la sala y mi novio se sentó junto a mí en el sofá, con una extraña expresión en el rostro, tratando de evitar mi mirada y Él otro se paró entre el televisor y nosotros, era evidente que algo tramaban.


El pez empezó a hablar algo sin sentido, sobre que jugó con valentía para salvar la honra de su amado novio, bla... bla... bla... pero que era su obligación, darle una lección al perdedor y que por eso y que por ningún otro motivo "tiene", aunque no "quiera" que hacerlo, reclamar su premio, o sea yo, siguió con su estúpido discurso por un rato, hasta que sin aviso, me tomo de una muñeca y me arrastró con él, entramos a mi habitación y le puso el seguro a la puerta, hasta ese punto yo todavía no entendía lo que estaba sucediendo, ni el motivo de su aburrido discurso.


Pero cuando se abalanzó sobre mí y me beso como un desesperado, fue cuando junte los cabos y entendí de qué se trataba todo, lo empuje con fuerza lejos de mí, pero el muy idiota lo intentó de nuevo, como reflejo de mi cuerpo entrenado en artes marciales y que juro fue sin darme cuenta, doy un salto en el aire y le atine una patada en el estómago, la cual le hizo doblarse, supongo que de dolor, aunque este chico siempre ha sido un poco exagerado, caminé hacia la puerta y al pasar por su lado lo empujé de la cabeza y terminó de caer al suelo.


Seguí mi camino hacia la sala, sintiendo que la sangre me hervía dentro de las venas ¿Cómo se atreven a hacer algo como esto? Cuando llegué al living la escena que vi en el sofá, hizo que... ¿Han visto cuando a Frankenstein le sale humito? Bueno, así precisamente me sentí yo. El idiota de mi novio abrazaba al monito, como si él fuera la víctima y no se le ocurrió nada mejor, que deslizar una de sus manos por debajo de la camisa del mono, apretándolo con fuerza contra su cuerpo, no culpo al mono... no tiene la capacidad de ver la doble intención en ese abrazo.


Mi querido novio, estaba tan concentrado en ser consolado, que no advirtió mi presencia, hasta que afirme una de sus manos y la doble hasta que soltó al monito. Él muy descarado trato de defenderse, pero lleve su mano hasta su espalda dejándolo inmovilizado sobre el sofá, se quejaba y chillaba de dolor como un bebé, porque me asegure de que le doliera. Trato en vano de justificarse, porque le hundí la cabeza en el sofá, sofocándolo, no es mi culpa que la rabia sea más fuerte que la razón.


En eso estaba, cuando alguien afirmó mi mano para que le soltara la cabeza, de nuevo mi cuerpo reaccionó y de un manotazo empuje a la persona, la cual trastabilló un poco antes de caer al suelo, me giré para ver quien me interrumpió y vi al pobre monito en el suelo sobre su trasero, con los ojos muy abiertos del susto y con cara de no entender nada.


Fue entonces, que me di cuenta, de que él no sabía nada sobre el juego o lo del premio, deje libre al idiota de mi novio, el cual tosió ahogado buscando oxígeno para llenar sus pulmones y caminé hacia el monito asustadizo, me pareció muy tierno sentado en el suelo mirándome hacia arriba con los ojos bien abiertos, y fue en ese momento cuando se me ocurrió la mejor manera de darle una lección a esos dos idiotas.


El monito aun asustado, me sonreía tontamente cuando le tendí una mano para ayudarle a levantarse del suelo, le di una de mis mejores sonrisas y sin soltarle la mano lo conduzco hacia mi habitación, donde todavía estaba el pez sobándose la panza, entramos y detrás de nosotros entró el otro idiota sobándose la mano, tuve que reprimir una carcajada al ver a los dos haciendo lo mismo.


Los miré con mi cara más tierna. Oh... como voy a disfrutar esto, los dos me miraron desconcertados, sin siquiera imaginar lo que pretendía hacer, le sonreí al monito y lo senté en mi cama, afirmé al pez del brazo, lo levanté de la otra cama y lo llevé hasta la puerta, de un empujón lo saque para fuera, al otro solo le hice un gesto y salió por su cuenta, después de todo no era tan idiota.


Me detuve en el umbral y antes de cerrar la puerta, les dije: "Los dos pierden" y cerré la puerta antes de que pudieran objetar algo, el chico mono ya no tenía cara de asustado, sonreía sin entender nada de lo que acababa de ocurrir, me senté en la cama con él y le acaricie su rostro suavemente, apenas rozando con la yema de mis dedos por su pálida piel, él sonríe dejándome ver sus encías.


Pero es evidente que sonríe porque no entiende lo que va a suceder ahora. Lo cual no les puedo contar, no en este momento por lo menos, porque voy estar muy ocupado, ustedes comprenderán que si les voy a dar una lección al par de idiotas que están afuera, tengo que hacerlo lo mejor posible, como dijo el pez, no es que yo quiera hacerlo, es mi responsabilidad como su hyung.



Super Junior (one-shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora