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Lo que no te mata te hace más fuerte.

Samantha tubo en claro eso cuando quedó en medio de la calle sujetando el volante con fuerza, su latidos se incrementaron y la adrenalina se disparó casi cuál bala. Temblando bajo del carro el cual tenia la parte de atrás destruida por el golpe del camión, el cual por suerte cayo en las rampas de seguridad a los lados de la carretera.

Ya teniendo los pies sobre la acera sus piernas flaquearon y cayo al pavimento, dios por qué le mandaba cosas así?. Primero la secuestran, después casi muere por neumonía y desnutrición, ahora! Casi muere arrollada por un camión.

(...)

En la base militar todo era un poco más tranquilo, claro estaban preparados para un ataque dios nunca sabe.

Pero para nuestro teniente favorito no estaban tan tranquilas ya que en sentía un presentimiento de que algo malo iba a pasar y tenía razón, ojo de loca no se equivoca, en ese instante su teléfono sonó notando que era el número de su princesa, así que contesto.

— ¿Que paso? —.

— Buenas tardes, ¿hablo con el señor Simón? —escuchar la vos de un hombre si lo puso alerta, que hacía con el teléfono de su hija?—.

— ¿Quién lo busca? —.

— Hablo desde la carreta 25, para informarle que Samantha Riley a sufrido un accidente —.

La base tembló y rogó por su vida.

(...)

— Señorita, necesito que se este tranquila para poder revisar si tiene más heridas —hablo la paramédica hacia la rubia la cuál no dejaba de quejarse del dolor—.

— ¿Como quiere que esté tranquila si tengo el puto brazo dislocado? —.

— Señorita —la paramédica estaba empezando a perder la paciencia, nunca trato con una joven tan exagerada—.

La menor solo se quejaba del dolor, por el impacto del noche tenía su brazo dislocado, pero como la adrenalina ya había pasado y el dolor era inspiró aún que el brazo ya estaba acomodado.

— Llamamos a tu padre para que viniera por ti —un oficial de policía de acerco a las dos mujeres—.

Samantha se quedó callada, su padre era una persona razonable y podría entender que todo fue un accidente....si es que no viene enojado.

— Está bien —.

Y como si lo hubiera invocado, una camioneta Ford lobo se detuvo cerca del accidente de este bajaron su padres, su tío y su abuelo vestidos de civiles.

— ¡Samantha! — su padre su el primero en acercarse hacia ella— ¿Estás bien?¿Te duele algo? —y la bombardeo con miles de preguntas—.

— Papá! Papá! Estoy bien! —como pudo lo intento tranquilizar— solo tengo un brazo dislocado, es todo —.

La mirada azul de Simon no estaba más tranquila, sabía lo que es un hombro dislocado.

— Vamonos —.

La chica de puso de pie para caminar detrás de su padre, este no se detendría a hablar con los oficiales para ver lo del choque, de eso se encargo Price.

— Sube — abrió  la puerta trasera para que la menor se subiera, ya arriba la cerro y fue hacia el piloto prepara para irse si el capitán y Soap no se apuraban—.

(...)

Al llegar a la base militar fue llevada al área médica donde los doctores se encargaron de terminar de acomodar su brazo e inmovilizarlo.

— Bien Sami —el doctor la miro mientras acomodaba el cabestrillo —estaras en reposo durante 3 meses —.

— ¿Que? —casi grita al escuchar esa cantidad de tiempo— ¡es mucho! —.

— Lo se Sami, pero tienes que recuperarte, y también tienes que ir a rehabilitación si quieres seguir boxeando— la menos soltó un bufido algo molesta y decepcionada, el deporte de amaba lo tendría que dejar durante 12 semanas por una lesión—.

— Está bien —bajo de la camilla— gracias por acomodar mi brazo —.

— De nada Sami —el doctor se despidió y al igual que la rubia cada quien tomo su camino—.

Samantha camino asta su habitación con la mirada abajo, no le gustaba la idea de reposar, necesitaba mantenerse activa o caería en la tristeza.

Tal vez está exagerado un poco, pero al igual que su padre, no puede estar en un solo lugar.

Al llegar a su habitación, tomo algo de ropa para darse un baño lo necesitaba.

(...)

La tarde cayo sobre la ciudad, dentro de aquella base militar un teniente se encontraba terminando con sus actividades diarias, se iría dar un baño y después quién sabe, pero primero debía ir a buscar a su hija para recordarle que comiera, ser padre es tan difícil.

Aún que sabe que fue un irresponsable calenturiento borracho precoz que no tardo en lanzarse sobre la que se puede llamar la madre de Sami y embarazarla.

Tampoco lo podemos culpar, es humano y ya andaba urgido de muuuuuchooooo tiempo.

— Samantha soy yo, abre —toco la puerta de la habitación pero no recibió respuesta— Samantha —volvió a llamar obteniendo silencio como respuesta—.

Intento abrir pero la puerta detenía candado, ya desesperado empezó a golpear la puerta con fuerza.

— ¡¡Samantha abre!! — al no obtener respuesta retrocedió unos pasos y de una fuerte patada abriendo, casi derrumbando, la puerta solo para ver su hija acostada en su cama— mmm —.

Despacio y alerta se acercó a la cama de la menor, a simple vista pareciera que estaba dormida pero Ghost tenía otro presentimiento.

— Samantha despierta —tomando su hombro despacio la puso boca arriba pero se horrorizo al ver tal escena— mierda mierda mierda —rapidamente tomo a su hija en brazos para llevarla el hospital—.

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Holis de nuevo, está vez tal vez tarde un poco más en actualizar

Perdonen los horrores de ortografía

Una pequeña no tan pequeña Donde viven las historias. Descúbrelo ahora