Slark y los tesoros de Skadi

Capítulo 19: Secuelas de locura, Parte 1

Aviso: He vuelto, dije que terminaría esto, y así lo haré, y vengo mejor ahora, mi mente se ha liberado, el bloqueo a terminado, cada semana, un capítulo nuevo.

Hace una hora...
—Es...así como termina todo...—
Sludirán estaba encarcelado, o mejor dicho, su alma estaba encarcelada en un cristal, era como una mancha o sustancia verde, tan solo podía ver, no podía moverse ni oír...
—Si...no he cambiado nada, les mentí a todos ellos...tal como antes, no he cambiado nada, por más que lo he intentado...—
Vio pronto lo que le deparaba, el extraño mecanismo escogía una que otra esfera de cristal, luego las ponía sobre un círculo de que hechizo sabrá quien, a su costado derecho yacía un círculo con el cuerpo muerto de un espectro, luego, este círculo brillaba por unos momentos, energías sombrías y celestinas envolvían a la esfera y al cuerpo del espectro, pronto, el espectro se levanto para salir de la habitación. Algunas esferas dejaban de brillar, indicando el paso de la desdichada alma hacia el Laberinto Estrecho.
—Sentenciado por la eternidad a ser un combustible, hasta que alguien consiga pasar todas las pruebas, me lo tengo bien merecido...—
Pronto fue su turno, la máquina lo escogió, aunque notó que en el círculo no había un cadáver de un espectro, sino una sustancia extraña, parecía como si pudiera moldearse.
—Padre, madre, perdonad a esta excusa de hijo; Norman, amigo mío, lo siento por no darme cuenta; profesor, amigos míos, todos los que he conocido, perdón por todo; a todos les digo, estoy arrepentido, lo siento...—
Y mientras brillaba en su esfera, vio como la sustancia tomaba su forma, aunque, ¿eso importaba ahora?, sintió como su presencia se desvanecía, que suerte tiene, al parecer morirá pronto y no tendrá que esperar mucho...
—He dicho tantas mentiras, pero juro...a cualquiera que me escuche...y en especial a ustedes...por todo lo que existe...que lo que les dije antes...era completamente...verdad...—

Hace unos minutos...
—Supongo que lo intente—
El alma de Reshir viajaba hacia las puertas del Laberinto Estrecho, pudo verlos con claridad, gigantescas para que puedan caber todas las almas de los que morían, en sus alrededores habían estatuas de gárgolas, en su mente, hablaba consigo mismo.
—Lo siento mamá, lo siento papá, no pude reparar el daño que os cause—
Su andar se volvió más lento, si pudiera soltar lágrimas, no dejaría de llorar por lo fracaso que fue en la vida, no culpa a la niña por haberlo matado, era todos contra todos, eso lo entiende...
—Debí de dar lo mejor de mí cuando pude, este es el camino...de aquel que siempre tomo la salida fácil—
A lo lejos escucho un aleteo, volteo para ver que lo causaba, si tuviera un corazón, le daría un paro cardíaco al ver a una de las gárgolas observándolo frente a frente...
—Continua, se que tienes arrepentimientos, mas es tarde ya, tú tiempo ya se ha terminado y tienes que aceptarlo— hablo con firmeza
Aquellas palabras solo le causaron más dolor, afirmo con la cabeza y siguió su camino, ya todo acabó, al menos ya no tiene que preocuparse en recuperar lo que perdió, ya no tiene que seguir en ese juego maldito de esa divinidad extraña, no obstante...en lo profundo de su ser una herida no para de sangrar, a pesar de que no tiene cuerpo...
—Quisiera volver a escuchar tus consejos padre...quisiera tener otra vez tus caricias madre...—
La puerta estaba ya a solo unos metros...pronto entraría en el Laberinto Estrecho...y el sabe muy bien que su destino...no será estar junto a ellos...
—Me lo merezco...lo se muy bien...perdónenme padres míos...perdónenme...por no ser lo suficientemente trabajador...perdónenme...por ser tu vergüenza y no tu orgullo...perdonen a este patético...hijo suyo—

Presente
Todos lo pagaron caro, todos estaban heridos, iniciaron siendo 8, y ahora son solo 6, atrapados en esta serie de pruebas. Los supervivientes todavía se aferran a la esperanza de escapar, sin embargo, uno sabe la verdad, uno sabe que será inútil seguir, ninguno podrá cumplir lo que desean, porque el pasado no puede ser cambiado y deben de aceptar su condena eterna...pero obviamente no se los dirá, solo ayudo a uno porque era un familiar de alguien a quien el apreciaba, y eso es todo...o debería serlo. La curiosidad lo invade al ver a uno de sus compañeros, el más viejo y por ende el más sabio, él también debe saber que no importa lo que haga, escapar será lo mismo que estar encerrado, entonces...¿por qué sigue aquí, por qué no simplemente se deja caer en el abrazo de la muerte?
—Tranquila, todo va estar bien—
Y allí estaba, cargando a una niña que lo abrazaba
—Perdóname...papá...dile a mamá...que por favor...me perdone...—
Y allí estaba, cargando a una niña que alucinaba. Todos empezaron a llegar, cada uno poniéndose al lado de la sala en la que habían sido teletransportados. Era una sala hexagonal con un piso de ladrillos de color verde-agua claro, las paredes que eran del mismo color tenían 3 franjas de un verde oscuro en la parte superior, media e inferior, el techo era de un color alrededor de una mesa hexagonal. Slark se acerco al viejo para poder hablar, ahora con Riza dormida, no tendrá interrupciones.
—¿Qué sucede Slark?— él ya lo había detectado, aquella inquietud
—Es algo privado, ¿tienes tiempo?— respondió sin prisa
Scoped se quedo pensándolo por unos segundos y luego asintió, alejándose junto con el criminal, no le vendría mal una charla luego de todo el desastre que estaba sucediendo, dejo a la chica sentada en el suelo con cuidado, caminaron hacia una de las esquinas, alejándose de los demás...
—Dime, ¿qué ocurre?— pregunto el exguardia
—Tú sabes muy bien que nuestros sueños de escape son imposibles, ¿verdad?— Slark devolvió la interrogante
Scoped dio un suspiro, al parecer no era el único...
—La oferta es demasiado buena, todos son unos tontos, se dejaron llevar por las esperanzas de escapar que no ven lo raro de está situación— contesto —Pero...es bueno saber que tú no te hayas dejado engañar, o...tal vez es porque no tienes esperanza alguna de salir...¿no?—
El rastreador nocturno dio un gruñido
—No lo entiendo, tú sabes que esto es una mentira, que lo más probable es que la dichosa "salida", solo sea convertirse en una marioneta de esa divinidad, entonces, ¿por qué sigues en dicha mentira?— interrogó exasperado
—Sabes, lo mismo te quisiera preguntar a ti— él le contesto —Dime, ¿por qué te aferras a tu vida en este "juego"?¿por qué no te has suicidado o rendido?—
Otro gruñido salió de la boca Slark
—Eso es personal— contesto con molestia
—Si claro, no me engañas, rastreador nocturno— habló de forma sarcástica el exsoldado —no es solo tú motivo personal lo que te mantiene luchando, aún sin que te des cuenta, en el fondo de tu corazón tienes esperanza, esperanza de que la promesa de esa divinidad sea cumplida—
—Eso no es cierto— respondió bajo pero lo suficiente como para que lo escuche —Yo ya deje eso atrás—
—Quizás esa sea la razón por la que acabaste aquí— dio un suspiro antes de hablar —Siempre lo diré, los jóvenes son idiotas, todos tienen esperanza, sin embargo, muchos no quieren aferrarse a ella con temor a que resulte falsa— entrecerró los ojos antes de encararlo —A pesar de ello, si no te aferras a las esperanza, la desesperación toma su lugar, y eso casi nunca acaba bien—
Los recuerdos volvieron a Slark, aquello que sucedió...esa tarde, aquello que lo condenó eso nunca debió de haber pasado...

En el pasado...
—Entonces, ¿cómo les pagaras?—
—¿Pagar a quién?—
Hanzo suspiro nuevamente, tenía que decirlo ahora...
—Te despidieron de la arena, ya no eres un luchador, sino un participante opcional, puedes participar, pero solo una vez por semana, y si ganas te darán la mitad de lo que deberías ganar—
Slark no podía creerlo, no, no estaba pasando...
—Te timaron mientras hacías el contrabando, y con corrupción ahora te pusieron deudas, dime ahora, ¿qué es lo que te queda?—